Artrosis y fractura de cadera, dos dolencias asociadas a la edad

El Rey, de 74 a?os, padece dos condiciones asociadas a la edad: artrosis y fractura de cadera. Es decir, la degeneraci¨®n de una articulaci¨®n por desgaste e inflamaci¨®n, y una rotura com¨²n en personas mayores como consecuencia de una ca¨ªda. En este caso, un traspi¨¦ contra un escal¨®n en un viaje de caza en Botsuana.

El paciente es adem¨¢s un deportista tocado por los accidentes de esqu¨ª. El m¨¢s importante fue un choque con otro esquiador en 1991 que lesion¨® gravemente su rodilla derecha y que desemboc¨® en la sustituci¨®n de la articulaci¨®n por una pr¨®tesis hace unos meses. Lo mismo que ha ocurrido ahora con la cadera del mismo lado.

Una de cada cuatro personas tiene riesgo de desarrollar artrosis a lo largo de su vida y en tres de cada cuatro mayores de 70 a?os se ven signos de esta dolorosa enfermedad, muy invalidante.

Simult¨¢neamente, la fractura de cadera (que implica a la zona superior del hueso de la pierna, el f¨¦mur, en su engaste con los huesos de la pelvis y que suele producirse por ca¨ªdas y golpes) es muy frecuente en personas de avanzada edad, singularmente mujeres, como recuerda el traumat¨®logo Miguel Cuervo, jefe de secci¨®n del Hospital Gregorio Mara?¨®n de Madrid. ¡°De cada 10 roturas, ocho las sufren las ancianas, debido a la p¨¦rdida de densidad de los huesos (osteoporosis) que aparece tras la menopausia y a la estructura ¨®sea femenina, que es m¨¢s fr¨¢gil", asegura. Algunas revisiones sit¨²an la edad media de las personas que sufren esta dolencia en 82 a?os.

Al resbalar, el Rey se torci¨® la cadera derecha, lo que provoc¨® la rotura del gran hueso de la pierna, el f¨¦mur, en tres fragmentos. Lo contaba en la tarde de este s¨¢bado su cirujano, ?ngel Villamor, quien le ha operado tres veces en dos a?os.

El tratamiento m¨¢s com¨²n de la fractura de cadera es el quir¨²rgico. Se examina la lesi¨®n y se colocan fijaciones para sujetar la parte da?ada y permitir que el hueso se repare. En este caso hab¨ªa un factor m¨¢s. El Monarca sufr¨ªa previamente la degeneraci¨®n de la articulaci¨®n, una artrosis que ya le estaba provocando molestias.

Los m¨¦dicos, en la operaci¨®n practicada en la madrugada del s¨¢bado, han buscado reparar tanto la fractura como la artrosis. Han colocado una pr¨®tesis que sustituye la cabeza del f¨¦mur y la zona donde ¨¦sta se ensambla con la pelvis. Se trata de una pieza algo m¨¢s larga que las usadas habitualmente. Adem¨¢s, han colocado dos anillos met¨¢licos que abrazan la zona rota, en el troc¨¢nter, para hacer que los fragmentos rotos se fundan y se repare la lesi¨®n.

El pron¨®stico de la recuperaci¨®n en este tipo de fracturas ha mejorado en los ¨²ltimos 20 a?os, asegura el traumat¨®logo Miguel Cuervo, ya que las operaciones se realizan de una manera mucho menos invasiva, con incisiones peque?as a trav¨¦s de la piel y aplicaci¨®n de fijaciones que aseguran bien la zona lesionada. Ello permite que el paciente pueda, en muchas ocasiones, poder cargar su peso normalmente. "Lo que implica es que al enfermo se le puede mover mucho antes, evitando la aparici¨®n de escaras u otras lesiones asociadas a los grandes periodos de reposo". Adem¨¢s, es muy importante la rehabilitaci¨®n posterior.

La operaci¨®n del Rey, de dos horas y cuarto de duraci¨®n, y m¨¢s invasiva al tener que retirar la cabeza y el cuello del f¨¦mur y colocar la pr¨®tesis, evolucionar¨¢ muy bien. El Monarca se encuentra sin dolores y en la tarde de este s¨¢bado iba a iniciar los primeros ejercicios de rehabilitaci¨®n. Cuatro o cinco d¨ªas de hospitalizaci¨®n, y en siete a 10 d¨ªas podr¨¢ reanudar su trabajo de despacho. El cirujano asegura que cuando el Monarca est¨¦ totalmente recuperado podr¨¢ realizar cualquier actividad.

Los riesgos inmediatos que se corren en situaciones como la que se encuentra el Rey, recuerda el traumat¨®logo Cuervo, son el rechazo al material de fijaci¨®n, por un lado, y el peligro de que se formen trombos en los vasos sangu¨ªneos m¨¢s inferiores por la inmovilizaci¨®n. Posteriormente pueden desprenderse y provocar embolias en otras zonas del cuerpo.