¡°El paso del Gobierno con los presos de ETA es positivo¡±
¡°Son muy pocos los etarras que se arrepienten de su actividad terrorista¡±
Son excepcionales los casos de etarras cuyos hijos han seguido su estela. El v¨¢stago de Josu Urrutikoetxea, Josu Ternera, y poco m¨¢s. Javier Elzo (Beasain, 1942), prestigioso catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Universidad de Deusto, que ha realizado numerosos informes sobre la juventud vasca y la violencia, afirma que no hay ning¨²n estudio espec¨ªfico sobre c¨®mo explica un exetarra a su hijo su participaci¨®n en actos violentos. Una pel¨ªcula vasca, de pr¨®ximo estreno, El cazador de dragones, escrita y producida por ?ngel Amigo, se aproxima, por vez primera, al tema.
Lo que Elzo s¨ª est¨¢ en condiciones de asegurar, tras numerosos estudios, es que son la familia y el grupo de amigos los agentes claves de transmisi¨®n de la ideolog¨ªa de la izquierda abertzale a los j¨®venes vascos, sobre todo si sus padres han estado encarcelados. No as¨ª las ikastolas, como se ha venido diciendo interesadamente desde algunos sectores.
Lo que ha sucedido estos a?os es que la mayor¨ªa de los exetarras no han transmitido a sus hijos el germen de la violencia, pero s¨ª la ideolog¨ªa de la izquierda abertzale. ¡°Son muy pocos los que se arrepienten de su actividad terrorista. Otros optan por ocultar su pasado, sobre todo en el caso de militantes que han tenido actividades discretas¡±, se?ala Elzo. Por eso considera un ¡°paso positivo¡± la reciente propuesta del Gobierno de no exigir a los presos de ETA el arrepentimiento para su acercamiento a las c¨¢rceles vascas.
Pero la mayor¨ªa de los exmilitantes de ETA optan por la excusa o la justificaci¨®n e, incluso, por el orgullo militante, cuya expresi¨®n llevada al paroxismo reflejan muchos de ellos en sus intervenciones durante sus juicios en la Audiencia Nacional. Fernando Reinares, en su libro Patriotas de la muerte, de la sesentena de exetarras que entrevist¨® no encontr¨® ninguno que se arrepintiera.
¡°Algunos etarras que han abandonado la organizaci¨®n no han sido bien acogidos en su entorno personal, que tiende a magnificar su papel, sobre todo si han sido encarcelados¡±, se?ala el catedr¨¢tico vasco. Esta no es una singularidad del terrorismo vasco, tambi¨¦n sucede en el IRA ¡ªa¨²n permanecen en la c¨¢rcel 39 presos irreductibles¡ª e incluso en las Brigadas Rojas, que tuvieron a¨²n menos apoyo popular. En el caso de Euskadi, los etarras han cesado su actividad terrorista sin haber logrado sus metas de una Euskal Herria unida, independiente, euskald¨²n y socialista. Han fracasado en esos objetivos, pero, precisa Elzo, no creen en su fracaso absoluto porque han conseguido crear ¡°un potente movimiento social independentista y de izquierdas¡±, cuyos recientes resultados electorales ¡ªen municipales y generales¡ª est¨¢n a la vista. La clave de esta situaci¨®n radica en la permanencia del apoyo a ETA del llamado ¡°segundo c¨ªrculo alrededor del n¨²cleo central¡±. El n¨²cleo central es la banda, que hoy en d¨ªa, y ya desde antes del cese definitivo de la violencia, no pasa de las 50 personas; el primer c¨ªrculo lo compon¨ªan las personas que le serv¨ªan de apoyo log¨ªstico, fuera para la comisi¨®n de actos terroristas o para mantener su infraestructura, que ha oscilado entre 3.000 y 5.000 personas.
Pero la singularidad de ETA, la que la ha diferenciado de las Brigadas Rojas o de los GRAPO, es el soporte social, el llamado ¡°segundo c¨ªrculo¡±, que explica, en gran medida, su persistencia durante tantos a?os. Elzo calcula en unas 50.000 las personas que mantienen ese soporte social de los terroristas, y no cree que variara sustancialmente despu¨¦s de la reanudaci¨®n de la violencia por parte de ETA tras la amnist¨ªa de 1977. ¡°Son quienes han legitimado el terrorismo de ETA¡±, se?ala Elzo. Y, por ¨²ltimo, est¨¢ el tercer c¨ªrculo, el de los votantes, que ha variado entre 25.000 y 175.000 personas, en el que muchos de ellos cuestionan la violencia. ¡°En la periferia de ETA hay un espacio, electoralmente indefinido, que a tenor de las circunstancias (treguas) suscita adhesiones, que se traducen en votos con la variabilidad que hemos visto¡±. Pero, subraya Elzo, lo m¨¢ximo que ha logrado la izquierda abertzale es el 25% de los votos frente a un rechazo mayoritario y expreso del 75% de la poblaci¨®n.
Para fortalecer ese clima de legitimaci¨®n del terrorismo, la izquierda abertzale ha jugado con habilidad varias cartas que, a juicio de Elzo, explican su permanencia. Algunas, de impacto en la juventud, como la ecolog¨ªa o la lucha contra las drogas. Otras, que le han funcionado durante demasiado tiempo, como lanzar las sospechas sobre las v¨ªctimas de ETA, con el ¡°algo habr¨¢ hecho¡±, as¨ª como la red de apoyo que ha logrado organizar en torno a los presos, con las visitas a organizadas de los familiares a las c¨¢rceles. Elzo considera que, en definitiva, la izquierda abertzale ha logrado crear una ¡°sociedad paralela¡±.
Asimismo, ha sabido explotar los casos en los que el Estado no ha controlado la tortura y las condenas a etarras sin pruebas suficientes. Ha habido, tambi¨¦n, errores pol¨ªticos por parte de los partidos democr¨¢ticos, como la ruptura del Pacto de Ajuria Enea, avanzados los a?os noventa, lo que implic¨® el enfrentamiento entre nacionalistas y no nacionalistas en vez de centrar los bloques entre violentos y no violentos.
La conclusi¨®n de Elzo es que ¡°sin Batasuna, ETA no hubiera permanecido tanto tiempo¡± e, incluso, es la izquierda abertzale la que recoge la herencia pol¨ªtica de los etarras a sus hijos o a otros que no lo son. Y es, por tanto, ¡°la izquierda abertzale la que debe pedir perd¨®n a la sociedad vasca en su conjunto y, m¨¢s en particular, a las v¨ªctimas, por el inmenso da?o que les ha causado en estos a?os pasados¡±.
Elzo cree, tambi¨¦n, que como los presos de ETA no se van a arrepentir ¡ª¡°No van a admitir que su sacrificio de tantos a?os de c¨¢rcel no ha servido para nada¡±¡ª, lo que debe hacerse es exigirles dos condiciones: el reconocimiento del da?o causado y el compromiso de no volver a hacer uso de la violencia.
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