D¨ªvar: ¡°Lo importante es la verdad en todos los instantes¡±

Los periodistas son ahora tremendamente inc¨®modos para el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos D¨ªvar. Investigado por la fiscal¨ªa del Supremo por una veintena de viajes a Marbella con alojamiento en hoteles de lujo cargados presuntamente en el Presupuesto del Consejo, D¨ªvar ¨Cque ha presidido una entrega de premios en el CGPJ- ha optado por escabullirse de la prensa y guardar silencio ante las preguntas de los medios. En su discurso en el acto, sin embargo, ha dejado algunos mensajes velados. ¡°Lo que importa es siempre la verdad en todos los instantes¡±, ha asegurado.

Adem¨¢s de los periodistas, D¨ªvar ha tenido que enfrentarse esta tarde a otra situaci¨®n inc¨®moda: el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, quien tiene que decidir si presenta una querella contra ¨¦l si considera que ha cometido el delito de malversaci¨®n del que le acusa un vocal del Consejo, se ha sentado hombro a hombro con ¨¦l. Torres-Dulce y D¨ªvar se han saludado con un fr¨ªo y protocolario apret¨®n de manos al t¨¦rmino del acto, y durante este apenas se han cruzado una mirada y una t¨ªmida sonrisa. El fiscal general tampoco ha querido hacer declaraciones a los medios: ¡°No es el momento ni el lugar¡±, se ha justificado.

El discurso del presidente del Supremo se ha seguido con especial atenci¨®n por si utilizaba esa tribuna para lanzar alg¨²n mensaje acerca de su delicada situaci¨®n. D¨ªvar ha pedido que la justicia no cierre la puerta a ning¨²n discapacitado ¨Cel Foro Justicia y Discapacidad del Consejo entregaba sus premios a personas o entidades que trabajan por los derechos de los discapacitados- y ah¨ª, hablando de ese asunto, ha dejado, con intenci¨®n o no: ¡°Lo que importa siempre es la verdad en todos los instantes¡±. Lo que no ha aclarado es cu¨¢l es la verdad de su supuesta malversaci¨®n de fondos p¨²blicos.

En otro momento del discurso, el presidente del Supremo ha lanzado otro posible mensaje entre l¨ªneas. ¡°Basta una sola miseria para condenar a una sociedad, para que se rompa el pacto c¨ªvico¡±, ha dicho. Las palabras han podido traicionarle, porque utiliz¨® la misma expresi¨®n, ¡°miseria¡±, para referirse a los gastos ocasionados con sus viajes cargados al Consejo. Y ha a?adido: ¡°Una ciudad que cierra sus puertas a un solo ciudadano es una ciudad en la que no quiero estar. Espero que con la ayuda de Dios podamos conseguir una ciudad de la Justicia que no cierre sus puertas a nadie¡±.

Las puertas no estaban cerradas para ¨¦l, al menos las del Consejo, porque las ha utilizado para salir nada m¨¢s terminar el acto, rodeado de guardaespaldas. No tendr¨ªa ganas de c¨®ctel.