Doble apuesta del PSOE: oferta de pacto, protesta en la calle
Los socialistas recuperan espacio, pero el Gobierno los a¨ªsla
La situaci¨®n no es sencilla para los socialistas, primera fuerza de la oposici¨®n, partido en el Gobierno hasta hace cinco meses: en un pa¨ªs acogotado por la crisis y con el Consejo de Ministros anunciando sacrificios a los ciudadanos cada viernes, un sector de la militancia empuja para girar a la izquierda, salir a la calle y sumarse al descontento social; en paralelo, la direcci¨®n del PSOE busca templar: ejerce de partido de Estado, ofrece pactos al Gobierno, llama a la calma. Es el momento de bucear en principios ideol¨®gicos del partido que algunos lamentan haber aparcado ¡ªel republicanismo, la laicidad, la lucha sindical¡ª. Es el momento tambi¨¦n de unir fuerzas con el Ejecutivo para ahuyentar el fantasma de la intervenci¨®n. Es un dilema.
Trata de resolverlo en cada acto p¨²blico el secretario general, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, que lleva d¨ªas ofreci¨¦ndose al Gobierno para sentarse a pactar la respuesta a la crisis y dar as¨ª firmeza a la posici¨®n de Espa?a frente a Bruselas, y que, a la vez, no deja de subrayar cu¨¢les ser¨ªan las l¨ªneas rojas de los socialistas: defensa de los servicios p¨²blicos y apoyo a la austeridad solo si se combina con pol¨ªticas de gasto p¨²blico. Una reiterada petici¨®n de pacto que pincha en hueso: el de la mayor¨ªa absoluta del PP. El Gobierno, con todos los ojos de todos los ministros puestos en cada gesto de los mercados, sin tiempo ni ganas para sentarse con el primer partido de la oposici¨®n, est¨¢ aprobando los mayores recortes de la democracia por decreto y con car¨¢cter de urgencia.
¡°Lo que est¨¢ pasando no es normal. Es cierto que el PP tiene una mayor¨ªa que le permite actuar as¨ª, pero es que no nos cuentan nada: no nos avisaron del accidente del Rey en Botsuana, ni de la nacionalizaci¨®n de YPF en Argentina, ni de la dimisi¨®n de Rodrigo Rato en Bankia... Y, con todo lo que ha pasado esta semana, la prima de riesgo disparada, los rumores... La situaci¨®n es obviamente muy dif¨ªcil, pero no sabemos exactamente hasta qu¨¦ punto, no nos lo dicen¡±, asegura un dirigente de la m¨¢xima confianza de Rubalcaba.
"Rajoy no nos avis¨® de lo de YPF, Bankia o el accidente del Rey... No es normal"
Seg¨²n los socialistas, la estrategia del Gobierno cambi¨® de golpe tras las elecciones andaluzas del 25 de marzo, que mantuvieron al PSOE en el Ejecutivo aut¨®nomo contra todo pron¨®stico. Las conversaciones entre el presidente Mariano Rajoy y Rubalcaba para consensuar algunas cuestiones ¡ªnombramientos en RTVE, el Tribunal Constitucional, el Defensor del Pueblo¡ª, que se hab¨ªan iniciado ya, quedaron cortadas en seco por el Gobierno. Rajoy enfureci¨® a Rubalcaba al desvelar en el Congreso que ambos hab¨ªan mantenido una reuni¨®n secreta en La Moncloa, y a continuaci¨®n el Gobierno cambi¨® por decreto la ley de RTVE para eliminar la capacidad de bloqueo de la oposici¨®n en la elecci¨®n del presidente de la televisi¨®n p¨²blica. Todo, seg¨²n el PSOE, fue ¡°desleal¡±. ¡°El resultado de las andaluzas mostr¨® un declive del PP y, a partir de ese momento, lo tuvieron claro: al PSOE, ni agua¡±, interpretan en la direcci¨®n socialista.
?Qu¨¦ propondr¨ªa el secretario general del PSOE si finalmente Rajoy accede a sentarse con ¨¦l a consensuar medidas? Rubalcaba est¨¢ a¨²n trabajando en esa propuesta, pero las l¨ªneas maestras las avanz¨® ya el pasado septiembre, durante la precampa?a electoral para las generales del 20-N, y las repite desde entonces: compromiso de luchar contra el d¨¦ficit recortando gasto ¡ªno podr¨ªa ser de otra manera, teniendo en cuenta que fue el PSOE en el Gobierno quien plante¨® la reforma de la Constituci¨®n para incluir ese principio en la Ley Fundamental¡ª pero a condici¨®n de que ¡°no se desmantele el Estado de bienestar¡± por el camino. Y a condici¨®n de que, junto a la austeridad, se haga hueco a las ¡°pol¨ªticas de crecimiento¡±: gasto p¨²blico, inversi¨®n. Keynesianismo. Un renovado Plan Marshall europeo.
El primer respiro para Rubalcaba fue el 25-M andaluz; el segundo, Hollande
Al mismo tiempo, Rubalcaba ha decidido claramente acompa?ar la protesta social o sindical, contestando las medidas del Ejecutivo en el Parlamento y tambi¨¦n en la calle. ?l no est¨¢ en las manifestaciones, pero s¨ª est¨¢ el partido: con presencia de dirigentes federales en las marchas y con declaraciones directas como las de Elena Valenciano, su n¨²mero dos, animando a las familias a ¡°defenderse¡± del Gobierno con ¡°movilizaciones¡±. El punto de inflexi¨®n fue la huelga general: los socialistas meditaron hasta el ¨²ltimo momento su respaldo, conscientes de que una parte del mundo sindical no les hab¨ªa perdonado a¨²n por su propia reforma laboral de 2010, pero al final decidieron sumarse y no percibieron rechazo.
El ascenso de IU, constante en las encuestas y constatado en las elecciones, presiona tambi¨¦n en esa l¨ªnea de intentar ocupar el espacio de la calle y los movimientos sociales. Y las cr¨ªticas crecientes a la Monarqu¨ªa por el caso Urdangarin y por el viaje de caza del Rey a Botsuana han resucitado el republicanismo de un sector del PSOE. ¡°En los congresos regionales de estos meses, cuando alguien defend¨ªa la Rep¨²blica, el auditorio se ca¨ªa de aplausos. Eso no pasaba desde hace muchos a?os¡±, reflexiona un miembro de la ejecutiva que ha asistido a varios.
La derrota inapelable del PSOE el 20-N es de hace seis meses, pero parece lejana. La crisis, que muta cada d¨ªa, lo ha acelerado todo. El PP acusa el desgaste en las encuestas del CIS, aunque sigue ¡°a mucha distancia¡±, como subray¨® el socialista Eduardo Madina para frenar cualquier atisbo de euforia. La traves¨ªa del desierto que auguraba aquel domingo de funeral de noviembre sigue ah¨ª; y, sin embargo, est¨¢ deparando sorpresas. Andaluc¨ªa y Asturias dieron a Rubalcaba el primer respiro inesperado. El segundo se lo dio Fran?ois Hollande, nuevo presidente de Francia, convertido inmediatamente en ¡°la esperanza de la socialdemocracia europea¡±. El PSOE insiste en sacudirse la depresi¨®n y aguarda el siguiente giro de una larga, imprevisible legislatura.
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