Homenaje ¡°al contubernio de malos espa?oles¡±
En el 50 aniversario de Munich, el Gobierno pide consenso ¡° y ambici¨®n patri¨®tica¡±
Si el 50 aniversario del llamado por la prensa franquista ¡°Contubernio de M¨²nich¡± hubiera coincidido cinco a?os atr¨¢s su conmemoraci¨®n hubiera discurrido seguramente por derroteros diferentes. La crisis econ¨®mica que asola a Espa?a ha convertido el homenaje a los 118 hombres que en 1962 se reunieron tres d¨ªas en la capital B¨¢vara, en una llamada del Gobierno a la unidad de las fuerzas pol¨ªticas, de los agentes econ¨®micos y de la sociedad, en su conjunto, adem¨¢s de una apuesta indudable y firme, como entonces, por solucionar los problemas de Espa?a como parte de Europa. De M¨²nich, 1962 a Espa?a, 1977, y su esp¨ªritu de la transici¨®n, ha sido el hilo conductor que han trazado el presidente del Congreso, Jes¨²s Posada, el ministro de Exteriores, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa Margallo, y algunos de los supervivientes de ese evento. El secretario general del PSOE, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, exalt¨® ¡°el patriotismo¡± de los participantes en el cuarto congreso del Movimiento Europeo al ser capaces de unir sus voces y sus esfuerzos, siendo de ideolog¨ªas diferentes, con el objetivo de luchar por la democracia para Espa?a.
Cientos de personas abarrotaron anoche la sala de mayor dimensi¨®n del Congreso para participar en el primero de los actos que se celebrar¨¢n en recuerdo del llamado Contubernio de M¨²nich. All¨ª se reunieron hace cincuenta a?os dem¨®cratas del interior y del exilio, encuadrados en filas democratacristianas, liberales y socialistas, aunque tambi¨¦n hubo una representaci¨®n del Partido Comunista. De los 118 asistentes a ese encuentro, que tuvo consecuencias duras para los que fueron desde Espa?a ya que el r¨¦gimen franquista les castig¨® con el destierro, el exilio o el confinamiento en las Islas Canarias, quedan 16 supervivientes.
Algunos de ellos estuvieron en este acto, repleto de familiares, pol¨ªticos y representantes del Cuerpo Diplom¨¢tico de muchos pa¨ªses, especialmente europeos. Eugenio Nassarre, como presidente del Consejo General del Movimiento Europeo, actu¨® de anfitri¨®n con la satisfacci¨®n de saludar a quien ha ocupado ese puesto durante muchos a?os, Carlos Bru, socialista, uno de los participantes en el contubernio. Como hace cincuenta a?os ayer estuvieron juntos el socialista Jos¨¦ Federico de Carvajal, que fue presidente del Senado y el democratacristiano, Fernando ?lvarez de Miranda, primer presidente de las Cortes Constituyentes de 1977. ¡°Hoy hace falta el esp¨ªritu de M¨²nich¡±, consider¨® Carvajal. Ese esp¨ªritu se consigui¨® al juntarse con no pocas tensiones socialistas y democristianos de dentro y de fuera. El final del congreso fue fruct¨ªfero al ser capaces de ponerse de acuerdo en un texto final ¡°que fue el precedente de la transici¨®n y de la Constituci¨®n de 1978¡±. De Este hilo conductor tiraron todos los oradores; los que estuvieron en M¨²nich y los pol¨ªticos ahora en activo.
Hasta llegar a las consideraciones de pol¨ªtica actual, en el recuerdo de los oradores no falt¨® el reconocimiento de sus compa?eros que sufrieron las consecuencias de su desaf¨ªo a la dictadura, sin que la inmensa mayor¨ªa obtuviera el reconocimiento que ellos s¨ª tuvieron. ¡°Los de M¨²nich a la horca; Franco s¨ª; los de M¨²nich no¡±. Este cartel recibi¨® al dictador en Valencia tres d¨ªas despu¨¦s del congreso en Alemania del que dio cuenta la prensa europea. Los medios espa?oles adictos al r¨¦gimen tildaron el encuentro como ¡°el contubernio de espa?oles fracasados, traidores a la Patria y filocomunistas¡±. No s¨®lo fueron palabras sino que el Gobierno de Franco les persigui¨® con sa?a a su vuelta. Algunos no volvieron a pisar Espa?a durante muchos a?os; la polic¨ªa les esperaba en la frontera para no dejarlos pasar. Casi iban con lo puesto. As¨ª muchos pasaron al exilio como ya lo estaban Rodolfo Llopis, el l¨ªder del PSOE en el exilio; el historiador Salvador de Madariaga y el democristiano Jos¨¦ Mar¨ªa Gil Robles. Los tres muy activos en ese congreso europeo de 1962.
Adem¨¢s de Carvajal, ?lvarez de Miranda, Carlos Br¨², Joaqu¨ªn Satr¨²stegui, ??igo Cavero ¨C que fue ministro de UCD y presidente del Consejo de Estado ¨C estaba Jaime Pini¨¦s, Carmelo Cembrero y Jaime Miralles. Familiares de Jes¨²s Barros de Lis, Jos¨¦ Luis Ruiz Navarro, Alfonso Prieto, Joan Casals y Jos¨¦ F¨¦lix Pons, padre del que fuera tambi¨¦n presidente del Congreso, F¨¦lix Pons, Jes¨²s Prados Arrarte, Jos¨¦ Vidal Beneyto, Fernando Baeza y Manuel de Irujo, escuchaban asintiendo algunos de los episodios que narraron Carvajal y ?lvarez de Miranda.
¡°Gracias por el coraje, por la coherencia y por vuestro patriotismo¡±, les dijo el socialista Rubalcaba. Tanto el l¨ªder del PSOE, como Carvajal y ?lvarez de Miranda, reprodujeron algunas de las sentencias de Salvador de Madariaga. ¡°Hoy ha terminado la guerra civil¡±, dijo el historiador en 1962 al ver reunidos a espa?oles de distintas creencias ideol¨®gicas. Lo que ocurri¨® hace cincuenta puede sintetizarse en otra sentencia de Madariaga, refiri¨¦ndose a los dos grupos que fueron a Munich: Unos desde alg¨²n lugar de Europa, exiliados desde la guerra; otros desde Espa?a. ¡°Los que anta?o escogieron libertad, perdiendo la tierra; y los que escogieron la tierra y perdieron la libertad; vamos ahora juntos a recuperar la tierra y la libertad¡±.
A¨²n quedaban 15 a?os para que se celebraran las primeras elecciones democr¨¢ticas pero el esp¨ªritu de M¨²nich marc¨® un hito cuyo esp¨ªritu quisieron trasponer a la situaci¨®n actual tanto el presidente del Congreso, Jes¨²s Posada, como el ministro de Exteriores, Garc¨ªa Margallo: ¡°El consenso que gui¨® a los hombres de M¨²nich es el que pido en nombre del Gobierno, para la Espa?a de hoy; pido a todos ambici¨®n patri¨®tica¡±. Rubalcaba, que hab¨ªa hablado antes que los miembros del Gobierno, bas¨® su discurso en rendir homenaje emocionado a los ¡°patriotas¡± del contubernio, pero sin extrapolar ¨¦pocas y situaciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.