Rumbo a Madrid
Hay una tentaci¨®n que Arenas deber¨ªa evitar: controlar desde la sombra el PP andaluz
Tras casi dos d¨¦cadas de liderazgo indiscutible, Javier Arenas abandona el puesto de mando de la derecha andaluza, un periodo en el que ha modernizado de forma indiscutible las estructuras y el discurso de una organizaci¨®n que estaba anclada en el pasado y que solo se identificaba con los sectores m¨¢s conservadores de la sociedad.
En este tiempo, el PP ha conseguido ganar terreno en las grandes ciudades andaluzas (hoy gobierna las ocho capitales de provincia), pero Arenas no ha conseguido el objetivo que m¨¢s le ha obsesionado en su dilatada carrera pol¨ªtica: la presidencia de la Junta de Andaluc¨ªa. Tras el cuarto fracaso, el pasado 25 de marzo (el m¨¢s frustrante de todos porque la mayor¨ªa de las encuestas le daban una victoria rotunda), era evidente que Arenas ten¨ªa que hacerse a un lado y abrir una nueva etapa en el PP andaluz. Solo faltaba saber cu¨¢ndo se marchar¨ªa y qui¨¦n va a sucederle en el cargo.
Desde las elecciones auton¨®micas, Arenas y el PP andaluz est¨¢n noqueados, perdidos, sin una estrategia clara de oposici¨®n, m¨¢s all¨¢ de la explotaci¨®n del caso de los ERE fraudulentos. Su relato pol¨ªtico se ha inundado de contradicciones (cuestion¨® el plan de ajuste auton¨®mico que finalmente fue aprobado por el Ministerio de Hacienda) y, de forma discreta, en el PP hab¨ªan empezado a organizarse concili¨¢bulos para hablar de la etapa posterior a Javier Arenas, concili¨¢bulos de los que este, por cierto, fue puntualmente informado.
Ante el nuevo periodo que se abre en la derecha andaluza, hay una tentaci¨®n que Arenas deber¨ªa evitar: controlar desde la sombra el PP andaluz, algo que ya hizo en la etapa de Te¨®fila Mart¨ªnez como presidenta regional. El sucesor de Arenas debe tener manos libres para hacer y deshacer como ¨¦l las ha tenido, tiene derecho a acertar y a equivocarse y a tener m¨¢s de una oportunidad si a la primera se lleva un chasco.
Arenas deja la direcci¨®n pol¨ªtica del PP andaluz en manos del alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, hasta la celebraci¨®n del congreso regional de julio. En principio, Arenas va a fomentar un congreso abierto, en el que se pueda presentar sin cortapisas quien tenga leg¨ªtimas aspiraciones, aunque habr¨¢ que estar atentos a los movimientos internos para ver si es, o no, una cita sin tutelas.
La renuncia de Arenas a la presidencia del PP andaluz suscita tambi¨¦n nuevas inc¨®gnitas en la pol¨ªtica nacional. Pese a que en numerosas ocasiones Arenas ha proclamado que esta etapa de su vida ha acabado, ahora m¨¢s que nunca parece que Mariano Rajoy va a reubicar al experimentado y habilidoso pol¨ªtico andaluz en un puesto estrat¨¦gico, ya sea en el partido o en el Gobierno, aunque todo apunta a que su papel se desarrollar¨¢ m¨¢s en la direcci¨®n del PP. Y lo podr¨¢ hacer sin necesidad de cambiar de estatus (es vicesecretario de Pol¨ªtica Local y Auton¨®mica).
Los acontecimientos del fin de semana (con la petici¨®n de rescate para la banca espa?ola) han acrecentado las dudas sobre la coordinaci¨®n dentro del Gobierno y entre el Gobierno y el PP y, posiblemente, han precipitado la marcha de Arenas. Es comprensible que Rajoy crea que es el dirigente id¨®neo para poner a punto la enorme maquinaria de poder que hoy dispone el PP. Otra cosa es lo que crea Mar¨ªa Dolores de Cospedal, quien, con seguridad, no le recibir¨¢ con los brazos abiertos.
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