¡°Si no hay una soluci¨®n, no saldremos del pozo¡±
Siete trabajadores llevan 25 d¨ªas encerrados en una mina de El Bierzo Cinco m¨¢s viajan a pie a Madrid a ver al Rey
Diecisiete minutos se tarda en acceder al coraz¨®n de la mina de Santa Cruz del Sil (Le¨®n) donde siete mineros llevan 25 d¨ªas encerrados. Tres mil metros de piedra y carb¨®n es lo que les separa de sus familias, que suelen ocupar la boca de la galer¨ªa. Desde all¨ª pueden al menos hablar un par de veces al d¨ªa con ellos por tel¨¦fono. La zona donde est¨¢n encerrados es la entrada de una antigua galer¨ªa que ellos mismos han acondicionado para hacerlo un sitio m¨¢s habitable. Pl¨¢sticos y traviesas de madera sirven de aislante de la corriente y la humedad. Este espacio en el que pasan casi todo el d¨ªa tiene aproximadamente 40 metros cuadrados. En el centro hay una mesa, alrededor de la cual tratan de llevar una vida normal. Comen, juegan a las cartas, leen la prensa y debaten sobre multitud de temas, aunque uno predomina sobre el resto: el conflicto de la miner¨ªa. Uno de ellos, Alfredo Gonz¨¢lez, dice que el compa?erismo del grupo les ayuda mucho. ¡°Nos llevamos muy bien los siete. Hasta ahora no hemos tenido ning¨²n roce. Aqu¨ª eso es crucial para convivir y mantener la moral alta¡±.
Las ¨²nicas personas a las que suelen ver es a los compa?eros que les traen la comida tres veces al d¨ªa. ¡°Es lo que nos ayuda a cumplir una rutina, y adem¨¢s en ocasiones se quedan un rato a charlar con nosotros¡±, comenta Alfredo. En un extremo de la sala han dibujado un sol y en el otro una luna, quiz¨¢ sea una forma de cubrir su necesidad de vida exterior. Conforme pasan los d¨ªas reciben m¨¢s cartas y s¨ªmbolos de apoyo como camisetas o s¨¢banas pintadas que van decorando las paredes de piedra y pl¨¢stico. Jos¨¦ Araujo sale al exterior del habit¨¢culo para ense?ar las cartas de sus hijos. ¡°La verdad que para m¨ª lo m¨¢s dif¨ªcil es no poder verles¡±, recalca. V¨ªctor Manuel Almeida, al que llaman El Portugu¨¦s porque sus padres eran originarios de ese pa¨ªs, dice que lo peor es no poder ver a su ni?a. ¡°Tiene 21 a?os pero para m¨ª siempre ser¨¢ una ni?a. Echo de menos a toda mi familia, solo la puedo ver en una foto que tengo de ella y de su madre junto al colch¨®n¡±. A pesar de la entereza, el desgaste del encierro comienza a notarse en sus caras barbudas y reconocen que cada vez m¨¢s se desvinculan del exterior. No les importa si la selecci¨®n espa?ola gana o pierde, o si la Ponferradina asciende de categor¨ªa, a pesar de su gran afici¨®n por el f¨²tbol. Alfredo teme que llegue el d¨ªa en el que duerman menos o se acuesten m¨¢s tarde y ya no sepan si es de d¨ªa o de noche, si toca comer o desayunar. ¡°Como sigamos as¨ª mucho tiempo, nos va a costar mucho acostumbrarnos de nuevo a la vida de fuera¡±, se?ala uno de ellos.
Ayer fue el d¨ªa en el que tres marchas provenientes de las comarcas de Fabero, Toreno y Villablino finalizaron en el patio exterior del pozo Santa Cruz para dar ¨¢nimos a los mineros encerrados y para protestar por los recortes que pretende hacer el Gobierno y que, de aplicarse, hundir¨ªan al sector del carb¨®n.
¡°Me encanta este trabajo. Mi vida es la mina¡±, afirma Jos¨¦ Antonio P¨¦rez
Al finalizar la concentraci¨®n, cientos de manifestantes corearon gritos de ¨¢nimo a los cinco mineros que hoy inician un viaje a pie como medida de protesta y para intentar que el Rey les reciba y muestre su apoyo. Minutos m¨¢s tarde, en el interior del pozo, un fot¨®grafo muestra varios videos y fotograf¨ªas de la multitud. ¡°Se me ponen los pelos de punta¡±, exclama Primitivo Basalo, quien reconoce que estos apoyos les dan fuerza para seguir luchando.
Pese al desgaste, el cansancio, la oscuridad del pozo y la necesidad de ver a sus familias, los mineros de Santa Cruz tienen una cosa muy clara: no piensan ceder en su empe?o y llegar¨¢n hasta el final con el encierro. Jos¨¦ Antonio P¨¦rez piensa que este puede ser el fin de su forma de vida: ¡°No saldremos de este pozo sin una soluci¨®n. Nac¨ª a 100 metros de la mina de Pe?adrada, mi padre era minero, y muri¨® joven por la silicosis. Tengo artrosis en las manos, un dedo in¨²til, la espalda da?ada. Pero me encanta este trabajo. No me veo haciendo otra cosa, mi vida es la mina¡±.
Despu¨¦s de 17 d¨ªas, siguen las movilizaciones en las cuencas asturianas y castellano-leonesas. El Gobierno del Principado reclam¨® p¨²blicamente al Ejecutivo central que suavice la reducci¨®n prevista de ayudas a la explotaci¨®n minera. La Administraci¨®n asturiana considera que existe un ¡°margen suficiente¡± para dialogar y alcanzar un acuerdo con los representantes de los trabajadores que evite el cierre abrupto de los pozos.
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