Animales pol¨ªticos

Por iniciativa del dibujante de El Sol, Luis Bagar¨ªa, fue frecuente en Espa?a la elaboraci¨®n iconogr¨¢fica de aut¨¦nticos zool¨®gicos pol¨ªticos, donde al confeccionar la imagen de un personaje se intentaba fundir su aspecto f¨ªsico con el rasgo dominante de su personalidad. As¨ª, Antonio Maura se convirti¨® en pavo real, La Cierva en una serpiente y Romanones en una entra?able vulpeja. No fue un recurso exclusivo del periodismo espa?ol, ni limitado a la elaboraci¨®n de im¨¢genes: Clemenceau en Francia y el dictador Machado en Cuba se ganaron el apelativo de el Tigre. Y no hace mucho que un escritor amigo del presidente Zapatero, Suso de Toro, para reflejar la firmeza de aquel en aplicar las propias decisiones, le calific¨® de bulldog. Puestos a mirar al presente, la imagen de un apesadumbrado mochuelo le vendr¨ªa bien al ministro Montoro, sobre todo cuando ha de informar de lo que se le ha ca¨ªdo encima. Un pach¨®n de gran cara y nada fiable encaja con el presidente Rajoy, mientras a la vicepresidenta Soraya le corresponder¨ªa cualquier tipo de perrillo de raza avispado, ¨¢gil y sumamente listo, tal vez un Yorkshire.

Lo menos simp¨¢tico en el zoo pol¨ªtico popular es la presencia de hienas. Me refiero a aquellos o aquellas dirigentes pol¨ªticos que en la actual circunstancia de crisis adoptan una postura peculiar en que se mezclan la dureza y la satisfacci¨®n. La risa de la hiena es su signo distintivo en las apariciones p¨²blicas, especialmente cuando golpe a golpe van reduciendo los derechos y los recursos vitales de una mayor¨ªa de ciudadanos. De acuerdo con la norma adoptada por su partido, no cabe esperar de ellos la menor explicaci¨®n pormenorizada de los sucesivos recortes y despidos, ni menos una expresi¨®n de sentimiento por los efectos que sus medidas van a provocar. La sensibilidad no es el atributo de los tecn¨®cratas, pero lo peor es que tampoco son tecn¨®cratas. No explican los tajos que van a dar, m¨¢s all¨¢ de que son necesarios y que si quitan A es por no quitar B ¡ªejemplo: rebaja de sueldos por no cesar a interinos, categor¨ªa adem¨¢s esquilmada en el recorte¡ª, sin por otra parte dar cuenta alguna de los propios falseamientos, del tipo del d¨¦ficit presupuestario que antes no exist¨ªa y que al aflorar a la superficie no es merecedor de comentario alguno. Tienen el poder, deciden sin consulta previa, as¨ª en el caso de los recortes a las Universidades, y si se produce alguna actitud de protesta, como ocurri¨® con los rectores, ya se encargar¨¢n sus medios de machacar a los ineducados que rechazaron la reuni¨®n despu¨¦s de darse una comilona. Una muestra perfecta de despotismo no ilustrado. Por lo dem¨¢s eficaz, ya que la t¨¢ctica de golpes escalonados, casi siempre por sorpresa y escondiendo la letra peque?a, va causando una evidente desmoralizaci¨®n en una mayor¨ªa social que puede ser casi un¨¢nime en pedir responsabilidades por el mal gobierno, si bien al mismo tiempo es consciente de que nada puede hacer. El PSOE se encuentra maniatado por las responsabilidades contra¨ªdas en otro mal gobierno, el suyo en la crisis, y el buen t¨¢ctico que es Rubalcaba no es el l¨ªder adecuado para responder a este reto. Obviamente no provocar¨¢ incendio alguno.

La risa de la hiena est¨¢, pues, justificada. Y cabe recordar que, por encima de todo, la hiena es un gran mordedor. La crisis crea dificultades al Gobierno, ciertamente, pero al mismo tiempo proporciona la ocasi¨®n de poner en pr¨¢ctica sus ideas-fuerza, de imponer la disminuci¨®n generalizada de salarios, del despido libre y del desmantelamiento del Estado de bienestar. ?Para qu¨¦ seguir protegiendo a categor¨ªas sociales que no contribuyen a la producci¨®n? Quitar jubilaciones no es rentable en votos, pero los pensionistas s¨ª pueden ser ahogados mediante el copago de medicamentos, la restricci¨®n en los recursos para hospitalizaci¨®n, el acceso a los centros de d¨ªa. Las palabras ensalzan la excelencia en la Universidad, mientras la reducci¨®n dr¨¢stica de recursos y la elevaci¨®n de tasas se orientan a algo bien distinto: consagrar la miseria de la Universidad p¨²blica. Darwinismo social puro.

Y en el principio fue la Banca. Las hienas respetan a los leones. Ning¨²n reproche al desastre causado por gestores, en su mayor¨ªa ¡°populares¡±. Haber hecho un agujero de cien mil millones sin que se hunda el pa¨ªs gracias a Europa es presentado como prueba del acierto propio. Ante el futuro, el control creciente de los medios, a punto ya de consumarse en TVE, garantiza el ¨¦xito de la contrarreforma. La risa seguir¨¢ escuch¨¢ndose.