La clave est¨¢ en los presos
ETA est¨¢ bajo m¨ªnimos y ni al Ministerio ni a la Consejeria de Interior del Gobierno vasco les consta que vaya a volver a cometer atentados. Pero la clave de la consolidaci¨®n del final de ETA, cuyo anuncio de cese definitivo se confirma, no est¨¢ tanto en las detenciones que las Fuerzas de Seguridad puedan lograr en las pr¨®ximas semanas entre lo que queda de una banda terrorista muy desestructurada, sino en encauzar la situaci¨®n de las c¨¢rceles, donde est¨¢ el grueso de la organizaci¨®n, m¨¢s de 700 militantes entre Espa?a y Francia, y la inmensa mayor¨ªa de sus l¨ªderes hist¨®ricos.
Por m¨¢s que se le d¨¦ vueltas, mientras no se encauce la situaci¨®n de los presos de ETA la consolidaci¨®n del final de la violencia no ser¨¢ posible en Euskadi, aunque Interior lograra detener a lo poco que queda de la banda. Esta cuesti¨®n se entiende bien en el Pa¨ªs Vasco y bastante menos en el resto de Espa?a, donde la gravedad de la situaci¨®n econ¨®mica consume todas las energ¨ªas, incluidas las de los principales responsables pol¨ªticos, que no est¨¢n como para perderlas en dedicar un minuto a quienes quisieron desestabilizar con centenares de asesinatos la democracia.
As¨ª las cosas, el colectivo de presos de ETA, que abarca a la inmensa mayor¨ªa de los 700 encarcelados, al hilo de la declaraci¨®n de cese definitivo de la banda, abri¨® en oto?o un debate sobre la posibilidad de aceptar la legalidad penitenciaria o no. La izquierda abertzale trat¨® de influir con un llamamiento a los presos a que aceptaran la legalidad penitenciaria y la reinserci¨®n individual para facilitar su salida de prisi¨®n, del mismo modo que ella asumi¨® la Ley de Partidos para volver a participar en la vida pol¨ªtica institucional.
La consolidaci¨®n del fin de ETA no ser¨¢ posible sin un cauce con sus reclusos
El debate culmin¨® con un fiasco hace 15 d¨ªas. El n¨²cleo duro de ETA en las c¨¢rceles ¡ªunos 70 u 80 presos¡ª, espoleado por abogados radicales y de gestoras pro amnist¨ªa, se impuso sobre la mayor¨ªa del colectivo, que, para evitar la ruptura, se dobleg¨® y no asumi¨® la legalidad penitenciaria en las conclusiones.
En estos momentos, entre los presos de ETA hay una minor¨ªa irreductible, 70 u 80, y otra minor¨ªa, m¨¢s reducida a¨²n, los de la v¨ªa Nanclares, que ha asumido la legalidad penitenciaria. Y una gran mayor¨ªa, repartida entre presos desorientados y los dispuestos a asumir una reinserci¨®n individual, pero sin humillaciones como la delaci¨®n. Pero para dar el paso necesitan un est¨ªmulo.
Esta cuesti¨®n est¨¢ sometida a debate entre los partidos que cuentan en esta cuesti¨®n y que creen que se est¨¢ ante una oportunidad in¨¦dita. El PNV y el PSE defienden que si el Gobierno del PP, que tiene la competencia en pol¨ªtica penitenciaria, visualiza las ventajas de la reinserci¨®n individual con incentivos ¡ªcomo podr¨ªa ser un acercamiento selectivo de reclusos predispuestos a asumir la legalidad¡ª, romper¨ªa el bloque monol¨ªtico del colectivo.
En los a?os ochenta, ambos partidos, PSOE y PNV, protagonizaron con cierto ¨¦xito la pol¨ªtica de dispersi¨®n de presos por las c¨¢rceles porque debilit¨® la influencia del n¨²cleo duro sobre el colectivo. La consecuencia fue que m¨¢s de un centenar de presos de ETA se reinsertaron.
Ahora, la cercan¨ªa a las c¨¢rceles vascas de los presos reinsertables les facilitar¨ªa el paso al alejarles de los irreductibles. En Euskadi, en contraste con el pasado, se vive un clima de fin de violencia del que participan una mayor¨ªa de la izquierda abertzale y muchos familiares de presos, cuya proximidad podr¨ªa catalizar el paso de su reinserci¨®n individual.
El Gobierno del PP, que ha recibido mensajes del PNV, del PSE y del Gobierno vasco en esta direcci¨®n, duda. La presi¨®n la tiene en direcci¨®n contraria: de parte de la derecha medi¨¢tica y de ¨¦lites de algunas asociaciones de v¨ªctimas del terrorismo en las que prima la venganza sobre el criterio constitucional de la reinserci¨®n.
Pero en este terreno tambi¨¦n las cosas est¨¢n cambiando por la base. Los encuentros reconciliatorios desde hace cinco a?os entre 27 v¨ªctimas de ETA y de los GAL, organizados por la Oficina de V¨ªctimas del Terrorismo del Pa¨ªs Vasco, desvelados este fin de semana, casan mucho m¨¢s con el actual clima pol¨ªtico y social de Euskadi que con los deseos de venganza de algunos profesionales del antiterrorismo etarra.
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