Tocata y fuga a la francesa
Carlos D¨ªvar sali¨® ayer del Poder Judicial para no volver. Sin despedirse y por la puerta falsa
Las modas cambian, pero a lo largo del siglo XVIII entre los arist¨®cratas franceses hizo furor una costumbre que consist¨ªa en salir de una ceremonia o una reuni¨®n sin despedirse de nadie, ni siquiera de los anfitriones. La moda lleg¨® a estar tan arraigada que incluso se consider¨® que el saludar al marcharse de una velada era un s¨ªntoma de mala educaci¨®n. No hab¨ªa problema en que se insinuase la necesidad de partir mirando insistentemente el reloj, pero en ning¨²n caso era de recibo que el invitado se despidiera del due?o de la casa o del anfitri¨®n de la fiesta.
Esa moda origin¨® en Francia el llamado ¡°sans adieu¡± (sin adi¨®s), que en Espa?a pas¨® a denominarse como despedida a la francesa.
Carlos D¨ªvar, que ayer renunci¨® a sus cargos de presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, realiz¨® ayer una despedida a la francesa.
El s¨¢bado pasado, los vocales le hab¨ªan comunicado que hab¨ªa perdido su confianza como consecuencia del asunto de los 32 viajes de fines de semana largo a Puerto Ban¨²s y otros destinos tur¨ªsticos y que esperaban que dimitiera para no perjudicar m¨¢s a la instituci¨®n. Los miembros del Poder Judicial dieron por supuesto que tras las celebraciones del Bicentenario del Tribunal Supremo, D¨ªvar presentar¨ªa su dimisi¨®n.
El todav¨ªa presidente dijo lamentar lo ocurrido por lo que afectaba a la carrera judicial, pero en ning¨²n momento mostr¨® el menor signo de arrepentimiento. A su entender no hab¨ªa hecho nada ilegal. No se le ocurri¨® decir que se hab¨ªa equivocado, ni que rectificar¨ªa en el futuro porque todo lo atribuy¨® a una campa?a de desprestigio contra ¨¦l. Y hasta se lo debi¨® creer.
El caso es que D¨ªvar todav¨ªa seguir¨ªa en el Consejo si hubiera dicho que se hab¨ªa equivocado y hubiera devuelto el dinero con el que pag¨® sus salidas tur¨ªsticas de fin de semana, si hubiera pedido perd¨®n y hubiera anunciado su prop¨®sito de rectificar. La divisi¨®n de fuerzas en el Consejo, aunque solo fuera para no apoyar a la facci¨®n contraria, no hubiera permitido su ca¨ªda.
Fue precisamente su empecinamiento en no dar explicaciones ni a los vocales ni a la prensa, o en dar explicaciones poco realistas ¡ª20 viajes a Puerto Ban¨²s son dif¨ªciles de justificar con actividades oficiales¡ª las que acabaron con su trayectoria en el Consejo. Porque tras se?alar primero que uno de los viajes a Bilbao se justificaba por asistir a una toma de posesi¨®n, se descubri¨® que ese acto fue en otra fecha, y para cubrirse aleg¨® que hab¨ªa sido invitado por el Gobierno de Cantabria. El desmentido de su expresidente Miguel ?ngel Revilla, dej¨® al aire sus verg¨¹enzas.
Seguramente, la Asociaci¨®n Preeminencia del Derecho no recurrir¨¢ en s¨²plica la decisi¨®n de la Sala Penal del Supremo de archivar la querella contra ¨¦l, y ya no se perseguir¨¢ penalmente su actuaci¨®n, pero la frialdad con la que fue despedido ¡ªen ausencia¡ª del Tribunal Supremo y la postura de los vocales que iban a exigir su remoci¨®n si no llega a renunciar, marca la tristeza de un final que nunca debi¨® ser de esa manera.
Ayer, Carlos D¨ªvar, pasadas las doce del mediod¨ªa, sali¨® del Consejo para no volver, cuando su sustituto iniciaba la rueda de prensa. A la francesa, sin despedirse y por la puerta falsa.
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