Rajoy camina por el filo de la navaja

Mariano Rajoy camina sobre el filo de la navaja en la gesti¨®n del final de ETA. Mientras ministros y dirigentes del PP amenazan con la ilegalizaci¨®n de Sortu, tras el reconocimiento de este partido por el Tribunal Constitucional, el asunto ni siquiera se trat¨® en el encuentro que el presidente mantuvo con el l¨ªder del PNV, I?igo Urkullu. Es m¨¢s, Urkullu record¨® c¨®mo el PP tuvo la oportunidad de promover la ilegalizaci¨®n de la izquierda abertzale cuando UPyD la plante¨® en el Congreso hace unos meses, y se neg¨®.

Estamos, por tanto, ante fuegos de artificio, aunque tampoco viene mal que el PP avise a la izquierda abertzale de que algunos comportamientos del pasado le pueden crear problemas con la ley.

La clave de la situaci¨®n est¨¢ en que Rajoy mantiene que la declaraci¨®n del cese definitivo de la violencia de ETA del 20 de octubre marca un tiempo nuevo. Ah¨ª radica su complicidad con Urkullu sobre la gesti¨®n del fin de la banda. Pero Rajoy no es resolutivo. Al contrario que Urkullu, pero a este le sirve de poco porque las llaves de las c¨¢rceles las tiene Rajoy.

La falta de resoluci¨®n de Rajoy se explica en que no tiene una presi¨®n de la opini¨®n espa?ola en esa direcci¨®n. M¨¢s bien, al contrario. Cada paso que da, por modesto que sea ¡ªcomo el rechazo a la ilegalizaci¨®n de la izquierda abertzale o el anuncio de un plan de reinserci¨®n de presos de ETA¡ª le abre un agujero en su electorado. Le salta parte de la derecha pol¨ªtica y medi¨¢tica y algunas ¨¦lites de asociaciones de v¨ªctimas del terrorismo, que han pasado de defender los derechos de las v¨ªctimas a convertirse en un lobby de presi¨®n pol¨ªtica sobre el Gobierno. Y Rajoy bastante tiene con la crisis econ¨®mica como para abrirse nuevos frentes.

Urkullu tiene la presi¨®n de la opini¨®n vasca, opuesta a la del resto de Espa?a. Una encuesta de la prensa vasca, del lunes, a la que ayer aludi¨® el l¨ªder del PNV, se?alaba que una amplia mayor¨ªa de vascos apoya el acercamiento de los presos a las c¨¢rceles de Euskadi, que tengan beneficios penitenciarios y que el Gobierno abra un di¨¢logo con ETA para consolidar el fin del terrorismo.

La gran mayor¨ªa de los partidos vascos, empezando por el PNV y el PSE, cree que no habr¨¢ disoluci¨®n de ETA mientras no exista una hoja de ruta para sus presos, y eso es muy dif¨ªcil sin un contacto entre el Gobierno y la banda. Es lo que Urkullu insinu¨® ayer que pidi¨® a Rajoy que hiciera para consolidar el cese de ETA, de cuya irreversibilidad no duda el l¨ªder del PNV. Pero no obtuvo compromisos concretos.

Es dif¨ªcil que el Gobierno est¨¦ dispuesto a dar un paso de esa magnitud, al menos antes de las elecciones vascas. Al contrario, en su discurso juega al voluntarismo de que va a forzar la disoluci¨®n de ETA por la v¨ªa de la actuaci¨®n policial.

Es ah¨ª d¨®nde Rajoy y Urkullu discrepan. Pero tampoco quieren exhibir sus diferencias para no favorecer a la izquierda abertzale. Al contrario, tratan de buscar complicidades por la v¨ªa de los ¡°pasos lentos¡± de Rajoy. Pero ?Rajoy ser¨¢ capaz de ¡°dar pasos, aunque sean lentos¡±, con la presi¨®n que tiene y la que est¨¢ cayendo? Y si no es capaz, ?no hay riesgo de un peligroso choque de opiniones a medida que pasa el tiempo?