La red que espi¨® a Telma Ortiz vend¨ªa datos de 3.000 personas al mes
La polic¨ªa ignora a¨²n qui¨¦n pidi¨® informaci¨®n de la hermana de la princesa Letizia Grabar al esposo de Cospedal en un restaurante cost¨® 20.000 euros
La red de tr¨¢fico ilegal de informaci¨®n desarticulada el mes pasado por la polic¨ªa de Barcelona vend¨ªa mensualmente informaci¨®n confidencial de unas 3.000 personas, seg¨²n fuentes pr¨®ximas a la investigaci¨®n. Eso da idea del enorme volumen de informaci¨®n que manejaban los implicados en la trama y de la aparente facilidad con que consegu¨ªan datos no solo de personas an¨®nimas, sino incluso de alguien tan relevante como Telma Ortiz, la hermana de la princesa Letizia, o el marido de Mar¨ªa Dolores de Cospedal, secretaria general del PP.
La Unidad Territorial de Seguridad Privada de Barcelona, que durante m¨¢s de un a?o grab¨® 2.000 conversaciones y sigui¨® a decenas de sospechosos, ha dejado al descubierto un obsceno comercio de datos de todo tipo: estado civil, domicilio, tel¨¦fono, propiedades, vida laboral, actividades empresariales, tr¨¢fico de llamadas realizadas por la persona investigada, etc¨¦tera.
En las pesquisas aparecen involucrados unos 150 sospechosos. Entre ellos, 70 detectives privados, algunos de los cuales hab¨ªan convertido la venta de informaci¨®n en su verdadera actividad profesional. Tambi¨¦n han sido detenidos directivos y empleados de Movistar, Vodafone y Orange que a cambio de 300 euros daban el listado de las llamadas telef¨®nicas realizadas por una persona.
Una comida del esposo de Cospedal fue grabada desde una mesa contigua
El 19 de septiembre del a?o pasado, Ignacio L¨®pez del Hierro, esposo de Mar¨ªa Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, almorzaba con varios ejecutivos de la empresa Neoris. La comida se celebraba en el restaurante Ten con Ten, en la calle de Ayala, de Madrid. Sin que ¨¦l lo advirtiera, en la mesa de al lado estaban dos detectives privadas, una conocida como Meri y otra llamada Merc¨¨, que estaban grabando subrepticiamente toda la conversaci¨®n. Era un encargo supuestamente realizado por un directivo de la citada empresa, que quer¨ªa conocer de qu¨¦ hablaban sus compa?eros.
La operaci¨®n, que tuvo un coste de 20.000 euros, fue minuciosamente planificada. Las detectives fueron varios d¨ªas antes al restaurante con la intenci¨®n de colocar micr¨®fonos ocultos bajo la mesa en la que estaba previsto el almuerzo de L¨®pez del Hierro y sus amigos. No lo consiguieron y por eso tuvieron que idear un plan alternativo.
El cerebro de la operaci¨®n lleg¨® a planear que el espionaje siguiera una vez que los comensales se hubieran levantado de la mesa. Averiguaron que el marido de Cospedal llegar¨ªa en taxi y que quiz¨¢ se ir¨ªa del restaurante por el mismo procedimiento. De modo que el jefe de la operaci¨®n contact¨® con un taxista amigo y le propuso que casualmente estuviera por la zona el d¨ªa D y que recogiera casualmente a L¨®pez del Hierro en su taxi, donde continuar¨ªa siendo grabado en caso de que hablara por tel¨¦fono o fuera acompa?ado. Al final, el dispositivo qued¨® reducido al espionaje en la mesa.
En la trama tambi¨¦n desempe?aba un importante papel el ingeniero inform¨¢tico Mat¨ªas B., que ha realizado trabajos para el CNI, que es capaz de penetrar en cualquier ordenador y obtener subrepticiamente todos los datos contenidos en su disco duro. Otro escal¨®n de la organizaci¨®n lo constitu¨ªa un grupo de funcionarios del Inem y Hacienda, adem¨¢s de polic¨ªas y guardias civiles. Seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n, la mayor¨ªa de los agentes no cobraba por facilitar alg¨²n dato, sino que lo hac¨ªa ¡°como un favor¡± para alg¨²n detective amigo.
Obtener informaci¨®n del Inem (Instituto Nacional de Empleo) resultaba muy barato para el entramado: apenas 10 euros, de los que el funcionario corrupto solo percib¨ªa tres. En cambio, conseguir de Hacienda la informaci¨®n secreta contenida en el formulario 347 (la declaraci¨®n anual de operaciones con terceras personas) era m¨¢s caro: unos 20.000 euros.
El juez de instrucci¨®n n¨²mero 17 de Barcelona tiene encartados en la causa a una funcionaria del Inem de Badalona (Barcelona), a dos funcionarios de Hacienda de Barcelona y a otro del Pa¨ªs Vasco. Sin embargo, la polic¨ªa est¨¢ tras la pista de uno o m¨¢s empleados soplones de los que sospecha que podr¨ªan estar destinados en la sede central de la Agencia Tributaria, a la que los traficantes denominan ¡°la Casa Grande¡±.
Las pesquisas han durado m¨¢s de un a?o: comenzaron a principios de 2011, cuando unos detectives alertaron a la polic¨ªa de Barcelona de la existencia de un entramado de competidores que les estaba haciendo una competencia rabiosa y desleal gracias a disponer de datos confidenciales.
El punto de arranque del caso fue Sergio C., un polic¨ªa local de Santa Mar¨ªa de Palautordera (Barcelona) que compaginaba este empleo con el de detective privado. Este agente estaba en estrecho contacto con Sara D. una detective de Sabadell, entre cuyos clientes ten¨ªa a multinacionales tan importantes como Unilever y Du Pont Ib¨¦rica y bufetes de campanillas como Cuatrecasas.
Poco a poco fueron surgiendo otros escalones del entramado, como los detectives Tom¨¢s R., de Barcelona, y Juan R., de Cantabria, que supuestamente centralizaban todo el descomunal y valioso volumen de informaci¨®n que consegu¨ªa la red.
La polic¨ªa desconoce a¨²n qui¨¦n encarg¨® el espionaje a la hermana de la princesa Letizia. En cambio, sabe todo sobre el sufrido por Ignacio L¨®pez del Hierro, esposo de la dirigente del PP Mar¨ªa Dolores de Cospedal: este fue grabado por dos mujeres detectives en septiembre pasado, cuando almorzaba con otros directivos de la empresa Neoris en el restaurante Ten con Ten, de la calle de Ayala de Madrid. La operaci¨®n, encargada por otro ejecutivo, cost¨® 20.000 euros.
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