El final de ETA, en punto muerto
Ocho meses despu¨¦s de la declaraci¨®n de cese definitivo de la violencia de ETA, el proceso de consolidaci¨®n del final del terrorismo en Euskadi est¨¢ en punto muerto. Sus principales protagonistas no est¨¢n haciendo sus deberes. La izquierda abertzale, que dio a la banda el ¨²ltimo empuj¨®n para su declaraci¨®n final y sigue manteniendo que ese final es irreversible, no ha dado ning¨²n paso desde el 20 de octubre. No ha reconocido con nitidez el da?o causado por el terrorismo, cuando el Gobierno vasco lo ha hecho con las v¨ªctimas de la polic¨ªa durante la Transici¨®n en Euskadi. Tampoco ha actuado la izquierda abertzale de modo decidido para lograr que los presos de ETA asuman la legalidad y la reinserci¨®n individual, del mismo modo que ella misma asumi¨® la Ley de Partidos, lo que propici¨® la legalizaci¨®n de su marca, Sortu, en junio.
El resultado es que los presos de ETA siguen reclamando un imposible, la amnist¨ªa. Hay una par¨¢lisis, al haberse impuesto la minor¨ªa radical sobre la mayor¨ªa de reclusos, lo que refuerza las posiciones m¨¢s inmovilistas en el Gobierno de Rajoy.
El presidente reconoci¨® p¨²blicamente el 20 de octubre la importancia de la declaraci¨®n de cese definitivo de la violencia de ETA, y una prueba de su credibilidad en el final del terrorismo vasco es la reciente y masiva retirada de escoltas.
Sin embargo, apenas ha dado pasos para consolidar ese final. Es verdad que el Gobierno se opuso a la ilegalizaci¨®n de Amaiur, planteada por UPyD, y enunci¨® un plan de reinserci¨®n de presos, al que a¨²n no ha dotado de contenido. Pero mantiene la legislaci¨®n especial contra los presos etarras ¡ªcon la oposici¨®n a su acercamiento a las c¨¢rceles vascas y a la excarcelaci¨®n de los que tienen enfermedades graves¡ª, lo que se interpreta, desde el Pa¨ªs Vasco, con que, en el fondo, no ha asumido que el cese definitivo de ETA ha abierto una nueva etapa pol¨ªtica.
La actitud del Gobierno del PP choca con la opini¨®n de una amplia mayor¨ªa de vascos que, desde el cese definitivo, defiende el acercamiento de presos a las c¨¢rceles vascas y de que se les apliquen beneficios penitenciarios si asumen la legalidad y la reinserci¨®n individual, seg¨²n las encuestas. Esto explica que el Gobierno vasco, el PSE y el PNV hayan recomendado a Rajoy que acerque a los reclusos reinsertables para romper el bloque monol¨ªtico del colectivo, en el que se han impuesto las tesis maximalistas de una minor¨ªa.
El Gobierno del PP teme que un movimiento en esta direcci¨®n lo interprete la izquierda abertzale como una concesi¨®n pol¨ªtica. Pero teme a¨²n m¨¢s los ataques de las ¨¦lites de algunas asociaciones de v¨ªctimas del terrorismo y de la derecha medi¨¢tica, contrarias a flexibilizar la pol¨ªtica penitenciaria, y crecidas por el inmovilismo de la izquierda independentista y de los presos.
Tampoco el PNV y el PSE est¨¢n por enfrentarse p¨²blicamente con el Gobierno del PP por esta cuesti¨®n. Por un lado, temen hacerle el juego pol¨ªtico a la izquierda abertzale ante la proximidad de las elecciones vascas. Adem¨¢s, el PNV se ve en pocos meses inquilino de Ajuria Enea y prefiere capitalizar desde el Gobierno vasco el tramo ¨²ltimo del fin del terrorismo de ETA. En definitiva, el PNV ha concedido una tregua al Gobierno del PP hasta la celebraci¨®n de las elecciones vascas.
El resultado es que el Gobierno del PP ahora solo recibe presiones reales desde el inmovilismo y est¨¢ llegando a alimentar la ilusi¨®n de que es posible una disoluci¨®n de ETA por la v¨ªa de detener los restos de la banda que quedan dispersos por el mundo, cuando la clave del final del terrorismo vasco est¨¢ en las c¨¢rceles, donde se encuentran la inmensa mayor¨ªa de sus militantes y de sus l¨ªderes.
Esta confusi¨®n se aclarar¨¢ tras la celebraci¨®n de las elecciones vascas. Un 85% de los vascos, seg¨²n los sondeos, votar¨¢ a partidos, con el PNV en cabeza, que defienden activar la pol¨ªtica penitenciaria, lo que marcar¨¢ la hoja de ruta del fin de ETA, salvo que el Gobierno central est¨¦ dispuesto a arriesgarse a abrir un abismo en Euskadi, a lo que se opondr¨ªa el PP vasco.
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