Quejas de los presos: ¡°La amnist¨ªa es imposible... No est¨¢n haciendo nada¡±
Estos extractos de conversaciones entre visitantes y presos de ETA reflejan el malestar y el desconcierto existente entre ellos con el colectivo
Estos extractos de conversaciones entre visitantes y presos de ETA refleja el malestar y el desconcierto existente entre ellos con el colectivo. Recogidas durante las ¨²ltimas semanas, las conversaciones expresan los ecos que sonaron en las prisiones tras la decisi¨®n del colectivo de presos de ETA, del pasado 2 de junio, tras un debate iniciado en oto?o, de rechazar la reinserci¨®n individual de los reclusos, ¨²nica salida legal a su situaci¨®n, optando por la exigencia de amnist¨ªa general.
Un primer extracto trasluce la situaci¨®n:
¡ª?Y c¨®mo ves las cosas, Ana?
¡ªPuff. Si te contara... No s¨¦, bastante cr¨ªtica en muchos sentidos ?no? Bastante cr¨ªtica, sobre todo, por c¨®mo se han hecho las cosas. Una cosa, s¨ª, es que las decisiones b¨¢sicas hab¨ªa que tomarlas. Pero luego, c¨®mo estamos haciendo las cosas... A m¨ª me chirr¨ªan muchas.
¡ª(Ininteligible)
¡ªLas cosas que se oyen... Adem¨¢s, estoy muy dolida con algunas cosas. Bueno..
Otra charla refleja lo mismo:
¡ª?Qu¨¦ tal and¨¢is en el tema de comunicaci¨®n? El colectivo, las relaciones...
¡ªEeeh, bueno. Tenemos un poco m¨¢s de informaci¨®n. Pero, claro, las cosas nos vienen ya hechas. Tenemos pocas opciones de hablar, de opinar. Y cuando no tienes posibilidades de opinar, pues eso, tienes que tragar lo que te viene. Y punto. Entonces, pues con esa sensaci¨®n estamos. Y cuando reivindicamos nuestra participaci¨®n en el proceso pol¨ªtico, lo reivindicamos tambi¨¦n de cara al interior, mirando a casa.
Un tercer di¨¢logo evidencia las cr¨ªticas que hacen los reclusos de la organizaci¨®n terrorista:
¡ªBueno, no s¨¦, en la calle habr¨¢ ilusi¨®n, porque si no, hay cosas que no se pueden entender.
¡ªMuchas veces no se pueden comprender c¨®mo se est¨¢n haciendo las cosas.
¡ªS¨ª, s¨ª... Pero tendremos que hacerlo.
¡ª?Tendremos que hacerlo?
¡ªAlgo tendremos que hacer.
¡ªPero no seas pesimista.
¡ªPesimista, no. Es lo que vemos. Nosotros ya sabemos lo que vemos d¨ªa tras d¨ªas.
Un cuarto di¨¢logo remacha igualmente en las mismas ideas:
¡ªA m¨ª lo de ayer no me ha gustado nada. ?Qu¨¦ quieres que te diga? M¨¢s de lo mismo.
¡ªNo est¨¢n haciendo nada... Estoy muy enfadada... Ma?ana hablar¨¦ con estos (pudiera referirse a Arnaldo Otegi y Arkaitz Rodr¨ªguez). Pero pensaba que iba a ser algo m¨¢s, algo distinto... Pero bueno. ?Hasta cu¨¢ndo? Porque no va a haber una amnist¨ªa...
¡ªLa amnist¨ªa es imposible. ?Habr¨¢ alguien que se lo crea? Yo no. Tenemos que ir nosotros por delante y decir: ¡®?Quieres m¨¢s? Toma¡¯. Hay un mont¨®n de presos, que no se os olvide, que est¨¢n todav¨ªa en primer grado y hay que quitar eso... Yo no s¨¦ lo que pensar¨¢n otros presos... No estoy en plan negativa. Lo que pasa que a m¨ª me sale hablar las cosas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.