Desde Mallorca, nunca m¨¢s

Hace ahora tres a?os, al cumplirse fatalmente 50 de su tr¨¢gica existencia, ETA recurri¨® a una bomba lapa para asesinar a dos guardias civiles en la tur¨ªstica zona de Palma Nova, en Calvi¨¢ (Mallorca). Era su noveno atentado del a?o, 36 horas despu¨¦s de pretender una matanza en la casa cuartel de Burgos. Ese d¨ªa, en Euskadi, la izquierda abertzale asegur¨® altiva que ¡°pensar en una derrota policial de ETA es una quimera¡±.

Hoy, Bildu, el ensayo pol¨ªtico elegido por la izquierda independentista para incorporarse a la v¨ªa democr¨¢tica, acaba de sufragar la mitad de los gastos que supone reconstruir el monolito dedicado en Tolosa (Gipuzkoa) a Juan Mar¨ªa J¨¢uregui. Est¨¢ en el lugar donde fue asesinado por un etarra este gobernador civil el 29 de julio de 2000, y viene siendo arrasado peri¨®dicamente. La viuda de J¨¢uregui, Maixabel Lasa, es la directora de la Oficina de Atenci¨®n a las V¨ªctimas en los Gobiernos de Ibarretxe y de L¨®pez.

Mientras, ETA cumple su tercer aniversario sin atentar en Espa?a ¡ªel 16 de marzo de 2010 asesin¨® a un guardia civil e hiri¨® a otro, en Francia¡ª y han pasado nueve meses desde que proclam¨® el abandono de la violencia. En definitiva, el mismo tiempo que sus v¨ªctimas y la inmensa mayor¨ªa de partidos pol¨ªticos llevan esperando a que anuncie su disoluci¨®n y que, en base al argumentario etarra, tardar¨¢ demasiado en llegar porque ir¨¢ indefectiblemente unida al futuro de sus 634 presos, en las c¨¢rceles de Espa?a y Francia.

Mientras ETA exista, la ¡°incertidumbre¡± sobre el cese del terror continuar¨¢. La Asociaci¨®n Catalana de V¨ªctimas de Organizaciones Terroristas se lo record¨® ayer, en la plaza de Cort de Palma, a las autoridades ¡ªentre ellas una delegaci¨®n del Gobierno vasco¡ª que conmemoraron el ¨²ltimo asesinato de los guardias civiles Carlos S¨¢enz de Tejada y Diego Salv¨¢. Precisamente la madre de este, en el reciente homenaje tributado en Vitoria, dijo que esperaba tener ¡°el privilegio de ser la ¨²ltima madre¡± de un asesinado por ETA.

En julio de 2009, la izquierda ¡®abertzale¡¯ ve¨ªa ¡°imposible¡± la derrota de ETA

Sin embargo, la propia polic¨ªa, la c¨²pula judicial, todos los partidos a excepci¨®n de UPyD y del sector mayororejista del PP, e incluso el ministro del Interior, Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, trabajan con la hip¨®tesis de que ¡°esto se acab¨®¡±, como defini¨® de manera muy expresiva un curtido experto en materia antiterrorista cuando fue consultado sobre la capacidad de maniobra de que dispone ETA. Ahora mismo, la debilidad de aquella organizaci¨®n a la que no se pod¨ªa derrotar por la v¨ªa policial, seg¨²n los c¨¢lculos abertzales de hace tres a?os, la convierte en una presa f¨¢cil de los golpes policiales. En junio, por ejemplo, bast¨® que Interior decidiese enviar un mensaje de su control de situaci¨®n para que apenas en una semana fueran detenidos seis etarras en lugares tan dispares como Londres, Francia y el Pa¨ªs Vasco.

Adem¨¢s, ETA, desde su renuncia del pasado 20 de octubre, ya no decide su futuro inmediato por s¨ª sola. Supone, sin duda, la novedad m¨¢s determinante con respecto a la decena de treguas vividas hasta ahora con una decepcionante mezcla de desilusi¨®n y hast¨ªo progresivo. Una vez que el entorno de la izquierda radical ¡ªeufemismo utilizado para identificar al mundo de Batasuna¡ª ha entendido que jam¨¢s la violencia la llevar¨ªa al poder y a la autodeterminaci¨®n, la organizaci¨®n terrorista sabe que su futuro queda subordinado a la acci¨®n pol¨ªtica. ¡°A Otegi y a otros muchos les ha costado demasiado llegar hasta aqu¨ª como para que todo salte por los aires¡±, admit¨ªa un representante de Bildu al valorar cu¨¢l es actualmente la correlaci¨®n de fuerzas entre las v¨ªas pol¨ªtica y militar de este sector.

?Y si ETA se cansa de esperar una respuesta a la situaci¨®n de sus presos? Este temor existe, pero nadie quiere que aflore: los familiares de presos, porque evidenciar¨ªa una debilidad; la izquierda abertzale, porque se dudar¨ªa de su acci¨®n pol¨ªtica; los Gobiernos central y vasco, porque dinamitar¨ªa el proceso de paz y de convivencia; las v¨ªctimas, porque vendr¨ªan a demostrar que sus reticencias estaban fundadas y se actualizar¨ªa el mensaje de la tregua-trampa. Quiz¨¢ por todo ello peri¨®dicamente se escuchan mensajes muy similares al que en Mallorca lanz¨® ayer Jes¨²s Loza, comisionado del lehendakari para la Convivencia y la Memoria: ¡°Estamos trabajando para hacer realidad que no haya ninguna v¨ªctima m¨¢s¡±.

?Qui¨¦nes est¨¢n trabajando y en qu¨¦ direcci¨®n? Desde los Gobierno central y vasco hasta la Iglesia nadie ha vuelto la cara al nuevo escenario de paz, pero cada uno lo est¨¢ haciendo con su propio ideario y al nivel de su diferente capacidad de maniobra. ¡°El ministro del Interior sabe que ETA no va a volver a matar, juega con eso y quiere ganar tiempo al tiempo para conseguir un sello propio en el tema de los presos¡±, admiten en el entorno del Gobierno vasco, donde existe una ¡°preocupaci¨®n¡± por el efecto de trabajar ¡°sobre v¨ªas personalistas y no sobre una visi¨®n global de situaci¨®n¡±. Es evidente que en los dos ¨²ltimos meses ambos Gobiernos no mantienen el feeling que les retrataba en plena convivencia del pacto pol¨ªtico PSE-PP.

El Gobierno vasco dice a las v¨ªctimas que ¡°trabajar¨¢ para que no haya m¨¢s¡±

Pero nada es igual al contexto de las est¨¦riles treguas anteriores. Entonces, la motivaci¨®n de una conquista pol¨ªtica pr¨¢cticamente asegurada desde el otro lado de la mesa envalenton¨® m¨¢s de una vez a los terroristas, hasta que finalmente comprend¨ªan que la exigencia jam¨¢s la podr¨ªa asumir un Estado de derecho. Incluso hoy ser¨ªa imposible actualizar la esencia de aquel pacto abertzale del acuerde Lizarra en 1998, que sembr¨® la tregua de un a?o despu¨¦s, porque el PNV se ha convertido en el ¨²nico enemigo pol¨ªtico de Bildu-Amaiur.

Ahora todo ha cambiado: esta vez no habr¨¢ negociaci¨®n pol¨ªtica y ETA lo tiene igual de asumido que la imposibilidad legal de que exista una amnist¨ªa para sus presos. A partir de ah¨ª, sin embargo, la exigencia cae del lado de la izquierda abertzale, porque se ver¨¢ impelida a dar explicaciones internas a quienes en su d¨ªa la creyeron cuando asoci¨® su salida pol¨ªtica como cauce para ¡°las reivindicaciones pendientes de este pueblo¡±.

As¨ª las cosas, la debilitada banda terrorista deposita en las manos de otros la soluci¨®n al debate sobre el final de su agon¨ªa en un clima de desafecto social, una vez que la calle ha interiorizado c¨®mo la paz ha llegado para siempre. Con todo, hasta su desaparici¨®n definitiva seguir¨¢ siendo ese fantasma socorrido para quienes lamentan c¨®mo sus anteriores treguas jam¨¢s fueron definitivas. Incluso, no se olvidan de que cinco meses despu¨¦s de que Arnaldo Otegi fuera detenido en la sede del sindicato LAB mientras perfilaba la apuesta pol¨ªtica de Bateragune, ETA fue capaz de asesinar a tiros por primera vez a guardia civil en suelo franc¨¦s.