Francisco Paesa, el viejo zorro acorralado
El delator de Luis Rold¨¢n sigue, a sus 75 a?os, enfrentado a la justicia en su refugio de Par¨ªs
A sus 75 a?os, Francisco Paesa S¨¢nchez sigue fiel a su estilo, siempre en dificultades, siempre caminando desde su refugio parisiense sobre el filo de la navaja de la que nunca ha ca¨ªdo. Una cohorte de detectives y abogados de Reino Unido, Suiza y Luxemburgo estrechan el cerco para empujarle hacia la c¨¢rcel, un territorio que nunca ha pisado. Le acusan de haber estafado 10 millones de d¨®lares a Alexandr L¨¦bedev, editor de los diarios brit¨¢nicos The Independent y Evening Standard, un empresario peculiar que le persigue para salvar su ¡°honor¡±, no su ¡°dinero¡±.
L¨¦bedev asegura que confi¨® a Paesa 20 millones de d¨®lares para fundar un banco en Bahr¨¦in, archipi¨¦lago de 33 islas en el Golfo P¨¦rsico, pero la mitad del dinero ha desaparecido en una gigantesca red de sociedades, testaferros y cuentas de para¨ªsos fiscales sin que la entidad financiera haya abierto sus puertas. Cuatro de los millones supuestamente estafados se enviaron al Overseas Union Bank de Singapur, el mismo banco en el que Paesa hizo desaparecer en 1994 los 10 millones de euros que Luis Rold¨¢n, ex director general de la Guardia Civil, escond¨ªa en sus cuentas suizas. El dinero del magnate ruso salt¨® como en el juego de la oca por cinco bancos distintos en idas y venidas absurdas, un calco de las maniobras que emple¨® para hacer desaparecer el bot¨ªn de Rold¨¢n, que fue encarcelado por malversaci¨®n, cohecho, fraude y estafa.
Paesa se present¨® en Par¨ªs a L¨¦bedev, de 51 a?os, y a sus abogados como Francisco S¨¢nchez, una persona con gran experiencia bancaria y contactos en el Gobierno de Bahr¨¦in, pa¨ªs del que era residente. El empresario ruso pic¨® el anzuelo y lleva a?os de pleitos intentando recuperar su honor y su dinero. Funcionarios de la Corte de Apelaci¨®n del Gran Ducado de Luxemburgo, donde se ha presentado la denuncia, han registrado el despacho de su sobrina Beatriz Garc¨ªa, en la c¨¦ntrica calle Royal, su fiel colaboradora. El caso se encuentra bajo secreto sumarial, ¡°pero avanza lento y sin pausa, como es la justicia aqu¨ª¡±, confiesa un funcionario.
El empresario ruso es un enemigo dif¨ªcil. Seg¨²n la revista Forbes, tiene una fortuna estimada en 2.000 millones de d¨®lares y en conversaci¨®n telef¨®nica con este peri¨®dico muestra su determinaci¨®n en cazar al ¨²nico hombre que, seg¨²n ¨¦l, le ha enga?ado. ¡°Mire, nunca me hab¨ªan estafado as¨ª. Rob¨® el dinero en cuanto lleg¨® a Bahr¨¦in¡±. El d¨ªa en que L¨¦bedev y sus asesores tomaron el t¨¦ con el avispado Francisco S¨¢nchez ignoraban que estaban frente a un profesional del enga?o, un tipo que hab¨ªa dado su primer golpe en 1971 en un diminuto pueblo suizo.
El Rolls-Royce de Paesa iba y ven¨ªa en diciembre de aquel a?o desde su casa en Gland hasta el aeropuerto internacional de Ginebra, unos veinte minutos, cargado de invitados de toda Europa. En la puerta de su chal¨¦ A Rajada, el empresario espa?ol, embotado en un ajustado esmoquin negro, los recib¨ªa acompa?ado de una mujer bajita de extraordinaria belleza. El besamanos dur¨® una hora: el pr¨ªncipe V¨ªctor Manuel de Saboya y su esposa, Marina Doria; Karim Aga Khan; los exreyes Miguel y Ana de Ruman¨ªa; Muley Abdallah, hermano del rey Hassan II de Marruecos; los barones de Rothschild; Senjun Tsumoka, embajador de Jap¨®n en la ONU; Omar Sharif, Gina Lollobrigida...
A sus 34 a?os, un joven de la madrile?a calle de Eguiluz, junto a la glorieta de Bilbao, hijo de un funcionario de Correos y un ama de casa, ofrec¨ªa una espl¨¦ndida fiesta con tablao flamenco y fuegos artificiales en la tranquila y discreta Gland, de unos 5.000 habitantes, para presentar en sociedad a su pareja: Ratna Dewi, la viuda del presidente de Indonesia Achmed Sukarno, fallecido en Yakarta un a?o antes. Hola y Semana recogieron el sarao del ¡°multimillonario¡± espa?ol en el que se bebieron 200 botellas de champ¨¢n y 100 de whisky y cen¨® una partida de caviar regalo del sha de Persia.
Paesa sigue fiel a su estilo. Un empresario ruso le persigue y acusa de haberle estafado 10 millones de d¨®lares
El verdadero nombre de Ratna Dewi es Nemoto Naoko, y su origen, tan humilde como el de Paesa. Trabajaba como animadora de un club nocturno de Tokio cuando en 1959 conoci¨® a Sukarno y este la convirti¨® en su cuarta esposa. La ca¨ªda pol¨ªtica de su esposo la empuj¨® hasta Par¨ªs, donde se refugi¨® con su hija y 65 millones. Dos a?os despu¨¦s de la fiesta de Glad, la pareja se present¨® como matrimonio en un posado para Semana en la estaci¨®n suiza de Gstaad. La uni¨®n dur¨® lo que la exbailarina tard¨® en descubrir que el ¡°multimillonario¡± espa?ol no era tal. El Rolls que condujo a los invitados era alquilado; la villa A Rajada y el esmoquin, tambi¨¦n. Paco ya demostraba entonces una gran habilidad ejercitada desde ni?o para aparentar lo que no era: fue el primero de su pandilla en el colegio de los Maristas de San Jos¨¦ en fumar Chester, en vestir traje cruzado con pa?uelo, en apoyar los codos en las barreras de toros de Las Ventas, en casarse con una francesa rica ¡ª un enlace que fracas¨® y del que tuvo una hija¡ª, en hablar de finanzas como un banquero.
Cuando se cas¨® con la viuda de Sukarno ya utilizaba sus primeras identidades falsas, se hac¨ªa llamar Francisco Paesa Ballester y dirig¨ªa en Ginebra el Alpha Bank, una oficina donde canalizaba dinero de espa?oles que evad¨ªan su fortuna a Suiza. ¡°Le apasionaban las finanzas. Se quedaba con un porcentaje y colocaba lo dem¨¢s¡±, recuerda Juan G., compa?ero de la academia madrile?a Cebri¨¢n Rodrig¨¢?ez, donde se prepar¨® para ingresar en la Escuela de Ingenieros Agr¨®nomos, una carrera que dej¨® a los 22 a?os.
El Alpha Bank quebr¨® y Paesa prosigui¨® su aventura en los dos territorios que domina: los negocios turbios y los servicios secretos. Fue expulsado de Suiza, enga?¨® al presidente Mac¨ªas, al que convenci¨® para crear un Banco Nacional de Guinea que solo estaba en su imaginaci¨®n y trabaj¨® como agente secreto para el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez con ¡°servicios¡± inconfesables: intent¨® comprar a las novias de Amedo y Dom¨ªnguez, los polic¨ªas que participaron en la organizaci¨®n de los GAL, coloc¨® a ETA una partida de armas marcadas y ayud¨® a Rold¨¢n a salvar su bot¨ªn suizo.
Ahora, El Zorro, clave que usaba en sus cuentas suizas, ha engordado, pero no pierde su swing. En octubre fue detenido y puesto en libertad en Sierra Leona (?frica) junto con su sobrino Alfonso cuando aterrizaba en una avioneta senegalesa sin asientos. Cre¨ªan que el aparato llevaba drogas. ¡°No parec¨ªa nervioso¡±, afirma un funcionario de Freetown que presenci¨® su detenci¨®n.
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