Los obispos se enredan ante la crisis

La crisis empieza a quebrar la unidad de los obispos, con el cardenal Antonio Mar¨ªa Rouco en la primera l¨ªnea de fuego. El debate se centra, sobre todo, en el silencio de la Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE), de la que el prelado de Madrid es presidente. Tan dada a pronunciarse sobre todo lo divino y lo humano, la CEE no ha dicho palabra sobre las dificultades econ¨®micas que padecen millones de espa?oles, y mucho menos sobre los culpables. Enfrente, despu¨¦s de meses de callar, se alzan poco a poco las voces de la Conferencia Episcopal Tarraconense (CET), que agrupa a los obispos catalanes, y de varios obispos a t¨ªtulo personal. El ¨²ltimo en hacerlo ha sido el de San Sebasti¨¢n, Jos¨¦ Ignacio Munilla, con severas criticas a la actuaci¨®n de las instituciones financieras.

Munilla se refiri¨® a la ¡°dram¨¢tica situaci¨®n que viven las familias¡± en una homil¨ªa pronunciada el mi¨¦rcoles en la bas¨ªlica de Azpeitia (Gipuzkoa) con motivo de la fiesta del fundador de los jesuitas, san Ignacio de Loyola. Dijo: ¡°En la medida en que Occidente ha ido perdiendo sus ra¨ªces cristianas, se invierten sus valores, colocando el tener por encima del ser. Es el motivo ¨²ltimo por el que nuestra sociedad se encuentra al borde de la quiebra. De forma bastante general, las Administraciones han gastado el dinero que no ten¨ªan y las instituciones financieras sustentaron sus escandalosos beneficios sobre una econom¨ªa irreal, ficticia e insostenible. Los sueldos con los que fueron blindados los consejos de administraci¨®n han sido inmorales, y siguen si¨¦ndolo¡±.

Sin embargo, el prelado vasco advierte de que ¡°no se trata solamente de mirar hacia arriba, pensando que la situaci¨®n presente es solo responsabilidad de quienes han llevado las riendas de la econom¨ªa¡±. A?ade: ¡°Estamos ante un pecado del que todos hemos sido c¨®mplices. Tambi¨¦n nosotros hemos comprado lo que no necesit¨¢bamos, pagando con un dinero que no ten¨ªamos, construyendo un modelo de sociedad contraria a los valores del Reino de Dios. Hasta en los niveles m¨¢s populares se ha otorgado carta de ciudadan¨ªa al fraude fiscal. Sisar a Hacienda parece estar fuera del campo moral. Salir de esta situaci¨®n va a suponer una catarsis muy grande. ?Ojal¨¢ salgamos transformados! Las pol¨ªticas de ahorro se nos imponen de forma imperiosa y pecan de hipocres¨ªa quienes se resisten a reconocer esta realidad. La situaci¨®n requiere de un sacrificio colectivo para su sanaci¨®n¡±.

La primera brecha entre la jerarqu¨ªa del catolicismo, sobre todo ante sus bases obreras, se produjo la pasada primavera a causa de la reforma laboral del Gobierno Rajoy, tachada de inmoral y anticristiana por la Hermandad Obrera de Acci¨®n Cat¨®lica (HOAC) y la Juventud Obrera Cat¨®lica (JOC). ¡°Es otra agresi¨®n al trabajo humano como principio de vida y rompe el d¨¦bil equilibrio conquistado hist¨®ricamente entre capital-trabajo, alej¨¢ndose del principio defendido por la Iglesia de la prioridad del trabajo frente al capital¡±, dijeron en un manifiesto estas dos organizaciones. El texto fue distribuido en Madrid, inicialmente, en las parroquias con un comentario de la delegaci¨®n de Pastoral del Trabajo del Arzobispado, pero el cardenal Rouco orden¨® a sus vicarios que desautorizasen sendos documentos ¡°a la mayor brevedad¡±.

En cambio, el arzobispo de Barcelona, cardenal Llu¨ªs Mart¨ªnez Sistach, tambi¨¦n miembro de la Prefectura de Asuntos Econ¨®micos de la Santa Sede, expres¨® su apoyo al documento cr¨ªtico con la reforma laboral con la apostilla de que la desautorizaci¨®n de Rouco lo era ¡°como obispo de su di¨®cesis, no como presidente de la Conferencia Episcopal¡±.

Ahora, Mart¨ªnez Sistach se desmarca otra vez del l¨ªder de la CEE haci¨¦ndose acompa?ar por todos los prelados catalanes, que forman la Conferencia Episcopal Tarraconense. Reunido durante tres jornadas (25, 26 y 27 de julio), este organismo public¨® una nota reclamando ¡°poder pedir responsabilidades, especialmente a aquellos que han provocado des¨®rdenes financieros y especulaci¨®n¡±. En concreto, la CET execra del ¡°desencanto que produce la pol¨ªtica, con brotes de corrupci¨®n en el ¨¢mbito de las instituciones y administraciones¡±.