M¨¢s all¨¢ de la conllevancia
La mayor¨ªa cree, en Catalu?a y el resto de Espa?a, que es posible un acuerdo El vendaval independentista ha disparado el apoyo a la opci¨®n federal
?Est¨¢n los catalanes y el resto de los espa?oles condenados a la separaci¨®n como ¨²nica alternativa a la mutua conllevancia que prescribiera Ortega en su famoso discurso parlamentario de 1931? No necesariamente, al menos si se atiende al sentir ciudadano existente a uno y otro lado del Ebro tal y como queda recogido en los datos del sondeo de Metroscopia que acompa?an a estas l¨ªneas. Pero antes de entrar a considerarlos perm¨ªtaseme una importante nota cautelar a su respecto: los datos referidos concretamente a Catalu?a se sustentan en una muestra estad¨ªsticamente correcta pero de tama?o reducido (200 personas) y tienen un margen te¨®rico de error de + 7.1 puntos. Tal base muestral resulta, obviamente, insuficiente para captar de forma plenamente n¨ªtida e incontrovertible el estado de opini¨®n de la ciudadan¨ªa catalana, especialmente en un tema tan lleno de matices, ambig¨¹edades y posibles equ¨ªvocos como el que aqu¨ª se trata. Pero ello no quita toda validez a los datos obtenidos que resultan ¨²tiles e ilustrativos si nos conformamos ¡ªcomo desde aqu¨ª declaro que es mi intenci¨®n¡ª con darles un sentido orientativo y tendencial (por m¨¢s que, como se ver¨¢, resulten pese a todo ser llamativamente coincidentes con los ¨²ltimos datos disponibles ¡ªjunio de 2012¡ª del Centre d¡¯Estudis d¡¯Opini¨® (CEO) de la propia Generalitat, basados en una muestra de 2.500 personas).
Para empezar, lo que este sondeo nos dice es que la idea que predomina claramente tanto entre los catalanes (57%) como, sobre todo, entre el resto de los espa?oles (73%) es que la situaci¨®n actual no es tan grave como parece y que todav¨ªa es posible llegar a un acuerdo de convivencia entre Catalu?a y el resto de Espa?a. ?Qu¨¦ tipo de acuerdo? No es papel de la ciudadan¨ªa arbitrar soluciones a problemas complejos, pero del an¨¢lisis de las preferencias que ahora expresa en cuanto al tipo de Estado que desear¨ªa para la mejor convivencia de cuantos por el momento integramos Espa?a cabe extraer una interesante conclusi¨®n: el s¨²bito auge de la opci¨®n federal, la ¨²nica que registra un repunte en cuanto a apoyos populares. En 2010 solo el 10% de los espa?oles optaba por esta forma de Estado. En abril de 2012, el 13%. Y ahora, apenas cinco meses despu¨¦s, ese porcentaje ha pasado, s¨²bitamente, al 21%.
En cambio, permanecen estancadas, en el conjunto de Espa?a, la preferencia por el retorno a un Estado centralista y la opci¨®n por la independencia. En Catalu?a, la opci¨®n federalista ¡ªseg¨²n estos datos¡ª parecer¨ªa empatar ahora, en apoyo popular, con la propuesta independentista, sin que quepa olvidar que un porcentaje no muy inferior de ciudadanos (26% en total) apuesta por dejar las cosas como est¨¢n o, incluso, por volver a un Estado centralista. Es decir, el principal efecto del vendaval soberanista que, de forma innegable, ha sacudido en las ¨²ltimas semanas la vida pol¨ªtica catalana podr¨ªa estarse traduciendo en una revitalizaci¨®n de la opci¨®n federalista, percibida quiz¨¢ como alternativa intermedia entre el irredentismo centralista y el maximalismo independentista. Un dato que podr¨ªa avalar esta interpretaci¨®n es la situaci¨®n de empate en que ahora parecer¨ªan encontrarse quienes, en caso de refer¨¦ndum, votar¨ªan en Catalu?a a favor (43%) y en contra (41%) de la independencia. Los datos del CEO, de junio pasado, registraban un 51% a favor, un 21% en contra y un 21% de abstencionistas. Con las cautelas interpretativas ya indicadas, los datos del actual sondeo parecer¨ªan as¨ª sugerir que la convocatoria de elecciones en clave de refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n podr¨ªa estar contribuyendo ¡ªno sin cierta paradoja¡ª a decantar hacia el no a muchos de quienes hasta ahora parec¨ªan pasar del tema y no se pronunciaban. Sin olvidar, adem¨¢s, un significativo dato que aporta el estudio del CEO: solo un 23% de los ciudadanos de Catalu?a se sienten ¡°solo catalanes¡± y un 71% combina en cambio, en diferente grado e intensidad, ambas identidades, catalana y espa?ola.
Va de suyo que la soluci¨®n federal solo es posible desde la incondicional lealtad a las reglas de juego que la misma conlleva tanto por parte de los irreductiblemente centralistas como de los irreductiblemente independentistas. Sumados, ambos representan el 37% de la ciudadan¨ªa espa?ola y en torno al 45% de la catalana: porcentajes muy sustanciales pero que no parecen suficientes para inclinar de modo definitivo la balanza en uno u otro sentido. De ah¨ª, quiz¨¢, el novedoso y al parecer pujante viraje de la opini¨®n ciudadana hacia la opci¨®n federal.
Resumiendo el pensamiento de los padres fundadores de la democracia estadounidense, el historiador Richard Hofstadter acu?¨® una frase memorable: ¡°La democracia es un sistema arm¨®nico de frustraciones mutuas¡±. Quiz¨¢ ese es el mensaje que, entrel¨ªnea, contienen las respuestas ciudadanas al sondeo: sepamos todos (a un lado y otro del Ebro) aceptar que se frustren parte de nuestros sentimientos, emociones y anhelos (por profundos y, sin duda, respetables, que puedan ser) si a cambio se consigue, para un mayor n¨²mero, una mejor convivencia, arm¨®nica y en paz.
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