Los pioneros del ¡®boom¡¯ nuclear
El pueblo conquense de Villar de Ca?as acoge los primeros negocios al calor de la inmediata construcci¨®n del almac¨¦n de residuos at¨®micos
Como los pioneros en la conquista del Oeste, la gente comienza a llegar a Villar de Ca?as. Al calor del almac¨¦n nuclear, ingenieros, constructores y hosteleros han empezado a instalarse en este pueblo de Cuenca de 500 habitantes en el que hace un a?o no hab¨ªa ninguna perspectiva de futuro. Por ahora no son demasiados, quiz¨¢ los m¨¢s osados e intr¨¦pidos, pero el pueblo comienza a sentir una actividad sin precedentes. Ya hay una gestor¨ªa, la sucursal de Banesto ha reabierto, tres ingenier¨ªas tienen su sede y casi 10.000 parados han llevado all¨ª su curr¨ªculo. Y el boom nuclear solo est¨¢ naciendo.
Fernando Montero ten¨ªa cierta relaci¨®n con Villar de Ca?as. Sus abuelos eran de all¨ª. Aunque ¨¦l es, como tantos, hijo de la emigraci¨®n y naci¨® en Valencia. En diciembre pasado, cuando el Consejo de Ministros anunci¨® que Villar de Ca?as acoger¨ªa el almac¨¦n nuclear ¡ªuna obra pendiente en Espa?a desde hace a?os¡ª, no se lo pens¨® demasiado. Estaba trabajando en la Rep¨²blica Checa, pero llam¨® a Santiago Escobedo, arquitecto y amigo de la infancia, y le propuso dejarlo todo y volver al pueblo. Escobedo se encontraba trabajando en Alemania y se uni¨®. En poco m¨¢s de un mes ya estaban en Villar de Ca?as en la primera ingenier¨ªa que lleg¨® al municipio. Hoy ocupan un bajo en la plaza del pueblo, en una casa encalada de una altura. A la entrada de la localidad, un cartel anuncia su empresa: Asteco Ingenier¨ªa. Una rareza para alguien que pase por casualidad por este rinc¨®n de Cuenca de calles enrevesadas y pocos servicios.
¡°Aqu¨ª, como m¨ªnimo, va a circular dinero. Otra cosa es ver qui¨¦n conseguir¨¢ los contratos, pero para ganar una carrera hay que estar preparado¡±. As¨ª justifican su fuerte apuesta. En la oficina, a¨²n en obras y entre maquetas, trabajan cuatro personas que se han mudado desde Valencia al pueblo, y afirman que la vida nocturna y de ocio sorprende. Ya tienen alg¨²n contrato con Enresa, la empresa p¨²blica que construir¨¢ el almac¨¦n nuclear que acoger¨¢ los residuos radiactivos de las nucleares espa?olas.
La obra a¨²n tardar¨¢. En el terreno elegido, a unos dos kil¨®metros del casco, hay catas del terreno para los estudios previos. Hay que conocer bien el subsuelo. Dos operarios manejan un sondeo en el que suena un clonc met¨¢lico repetitivo. Lo que hay en marcha no es nada comparado con lo que ser¨¢ la construcci¨®n del almac¨¦n, que costar¨¢ alrededor de 1.000 millones de euros. Enresa ha licitado el proyecto principal de ingenier¨ªa por algo m¨¢s de 37 millones de euros, pero faltan muchos meses ¡ªprobablemente a?os¡ª de papeleo.
El lugar elegido para la construcci¨®n era el que afectaba a m¨¢s vecinos, 18, que recibieron 10.376 euros por hect¨¢rea
Para evitar la impaciencia de los vecinos, Enresa ha acordado financiar con 19 millones obras en las dos carreteras auton¨®micas del entorno. Se trata de 36 kil¨®metros que mejorar¨¢n la vida de los vecinos y, en el futuro, el transporte de residuos nucleares en cami¨®n hasta el ATC (las siglas de almac¨¦n temporal centralizado).
Un paseo por el pueblo preguntando a los vecinos recuerda a la escena de La vida de Brian en la que el Frente Popular de Judea concluye que los romanos no han hecho nada por ellos, pero cuando repasan les salen una larga lista de ventajas. La primera respuesta de los habitantes de Villar de Ca?as es que el almac¨¦n no ha tra¨ªdo nada, quiz¨¢ porque les vendieron que en un a?o se ver¨ªa mucho m¨¢s movimiento. Pero cuando se escarba un poco s¨ª que admiten movimiento.
El pueblo, dedicado mayoritariamente a la cebada, el girasol y el trigo, ha visto c¨®mo uno de los tres bares ha ampliado y ahora tiene un comedor, otro ha cambiado de manos; la oficina de Banesto ha reabierto despu¨¦s de 15 a?os cerrada; la gasolinera, en ruinas y vallada despu¨¦s de muchos a?os sin uso, dicen que est¨¢ vendida ¡ªo apalabrada, seg¨²n las versiones¡ª; hay nuevos due?os en la tienda de comestibles. El pueblo es un hervidero de rumores sobre fabulosos negocios por llegar: desde un hotel de cinco estrellas hasta plantas de fabricaci¨®n de hormig¨®n, aunque es probable que muchos de ellos solo rellenan los silencios durante la timba.
M¨¢ximo Arribas, al que todos llaman Finito, agricultor de 63 a?os, predice que ¡°en 10 a?os, el pueblo habr¨¢ cambiado completamente¡±. Finito, que observa la demolici¨®n de una casa que estaba casi en ruinas, conoce a alguno de los 18 agraciados que vendieron sus tierras a Enresa. El lugar elegido fue el que beneficiaba a m¨¢s propietarios. Los due?os vendieron 52 hect¨¢reas a 10.376 euros la hect¨¢rea cuando en el registro de la propiedad, el cereal de secano en Villar de Ca?as figura a 4.350.
Al Ayuntamiento llegan cientos de curr¨ªculos de fresadores, camioneros o alba?iles que buscan trabajo
Nieves lleg¨® en agosto a alquilarle, junto con dos socios, la tienda de alimentaci¨®n a Daniel. Este se ha quedado con un peque?o estanco en la misma tienda. ¡°Somos muy arriesgadas¡±, cuenta Nieves, que cada d¨ªa recorre 60 kil¨®metros de ida y vuelta desde su pueblo, Taranc¨®n, hasta Villar de Ca?as. En agosto hay algo de trabajo, ya que Villar de Ca?as es la t¨ªpica localidad de la que mucha gente emigr¨® a Madrid y Valencia y vuelve en agosto, pero Nieves no se piensa rendir. La tienda es de tres socios: ¡°Hay que aguantar. En enero empezar¨¢n las carreteras y comenzar¨¢n a llegar obreros¡±. Daniel asiente desde el mostrador de enfrente, el del estanco: ¡°Aqu¨ª estamos esperando la llegada del Esp¨ªritu Santo, que va a ser el almac¨¦n nuclear¡±.
Muchos piensan igual. La secretaria municipal, Carmen Barco, explica que el Ayuntamiento ha recibido 141.000 euros por la venta de dos parcelas a Enresa, con lo que espera ¡°sanear las arcas municipales y realizar obras para los agricultores¡±.
El Ayuntamiento teme que la especulaci¨®n frene los negocios. Algunos de los due?os de terrenos y casas han triplicado los precios de venta. Ante el temor de que los eventuales negocios vayan a pueblos vecinos, el consistorio ha realizado una tasaci¨®n que considera ajustada para todos los solares calificados como zona urbana.
El Ayuntamiento se ha convertido en un centro de peregrinaci¨®n para gente en busca de trabajo. Barco muestra la ¨²ltima pila de curr¨ªculos que le han llegado. Hay fresadores que trabajan en Alemania, camioneros, alba?iles... Algunos est¨¢n escritos a mano y Barco se los lleva a casa para pasarlos al ordenador antes de mandarlos a la C¨¢mara de Comercio de Cuenca, que los archiva por si hacen falta. El listado de curr¨ªculos es la prueba de la desesperaci¨®n del pa¨ªs.
De los primeros que han conseguido as¨ª un empleo est¨¢ Andr¨¦s Escudero, un ingeniero qu¨ªmico licenciado por Ciudad Real y que tiene el t¨ªtulo de supervisor de instalaciones radiactivas. ?l est¨¢ contratado por Enresa a trav¨¦s de la Ingenier¨ªa Asteco para atender el centro de visitantes que ha abierto la sociedad p¨²blica. All¨ª, ante los paneles con la explicaci¨®n del proyecto y la maqueta, Andr¨¦s cuenta c¨®mo los bidones con los elementos combustibles de las nucleares espa?olas ¡ªradiactivos durante miles de a?os¡ª ser¨¢n traspasados a un almac¨¦n de cemento y acero en dep¨®sitos individuales. El sistema se refrigera por el movimiento natural del aire. Hay una instalaci¨®n similar en Holanda, aunque la espa?ola ser¨¢ mayor. En la holandesa, que ha servido de modelo y gu¨ªa, se puede pasear sobre los bidones con un dos¨ªmetro que marca que no hay radiaci¨®n.
Andr¨¦s conoce el sistema y lo explica con precisi¨®n, pero desde que el 1 de agosto abri¨® el centro de informaci¨®n acuden m¨¢s empresarios y trabajadores en busca de negocio y empleo que vecinos deseosos con dudas: ¡°Vienen constructores, empresas de seguridad, camioneros. No solo de la zona, tambi¨¦n han venido de Madrid, Le¨®n, Murcia, Cartagena...¡±.
En un pa¨ªs en ruina, y en un sector, el de la obra p¨²blica, en m¨ªnimos, hay pocas actuaciones de esta envergadura. Las restricciones presupuestarias no afectan a Enresa, que desde los a?os ochenta ha acumulado un fondo de 3.000 millones de euros que durante a?os sali¨® de una parte del recibo de la luz.
Adolfo Escudero es un aparejador en paro que tambi¨¦n cree que puede haber negocio. Aunque con mucha cautela y cierto escepticismo, Escudero anuncia una promoci¨®n de viviendas. En el bar hay un llamativo cartel con las casas de colorines que planea: ¡°Hay poca prisa. Imagino que se podr¨¢n hacer 15 o 20 viviendas para alquiler, pero no tengo una prisa tremenda¡±, reconoce con sinceridad. Como Escudero hay m¨¢s gente tomando posiciones, pero sin terminar de arrancar.
El almac¨¦n nuclear acoger¨¢ 6.730 toneladas de residuos de alta actividad, los producidos por los 10 reactores nucleares espa?oles. Recibir¨¢ el equivalente radiactivo a las 1.900 toneladas de combustible nuclear gastado enviado a Francia desde Vandell¨°s I entre 1974 y 1997. Enresa y la empresa estatal francesa Areva firmaron el pasado 19 de julio un acuerdo por el que se acordaron que no volver¨ªan los mismos residuos enviados, sino otros con mayor radiaci¨®n, pero en menor cantidad, seg¨²n explica un portavoz de Areva. As¨ª, en vez de 90 cargamentos (con un volumen total de 664 metros c¨²bicos), deber¨¢n ir a Villar de Ca?as solo dos (el equivalente a 25 metros c¨²bicos).
La carga viaja por carretera en contenedores cil¨ªndricos de acero con distintos tipos de blindaje para resistir una ca¨ªda libre desde nueve metros de altura, la ca¨ªda desde un metro sobre un punz¨®n de acero y la resistencia al fuego a 800 grados durante media hora, seg¨²n la web de Enresa. La fecha fijada para la vuelta de los residuos es antes de 2015, aunque es muy complicado que en este tiempo est¨¦ lista la obra. Hay que hacer el proyecto, conseguir el visto bueno del Consejo de Seguridad Nuclear, la declaraci¨®n de impacto ambiental y luego adjudicar la obra. Si en una infraestructura de este tama?o los tr¨¢mites son farragosos, en el sector nuclear, m¨¢s. Enresa ya realiz¨® un dise?o gen¨¦rico hace a?os para ir ganando tiempo, pero a¨²n faltan por incorporar cambios derivados del accidente de Fukushima, en Jap¨®n.
Hasta ahora, las nucleares guardan sus residuos en piscinas. Eso, que se ide¨® como una soluci¨®n temporal, se ha convertido en permanente por la falta de decisi¨®n. Adem¨¢s, las piscinas de combustible empiezan a saturarse ¡ªen Trillo, Asc¨® y en la desmantelada Zorita ha habido que construir almacenes individuales en superficie¡ª. Hace un a?o, el Consejo de Seguridad Nuclear dict¨® que las piscinas no pod¨ªan seguir llen¨¢ndose por m¨¢s tiempo, ya que el accidente de Fukushima hab¨ªa demostrado el riesgo de tener combustible nuclear gastado junto al reactor, ya que en caso de accidente empeora la situaci¨®n.
En Villar de Ca?as, el debate nuclear est¨¢ m¨¢s presente que nunca. Cada cierto tiempo hay manifestaciones de grupos ecologistas que dejan pintadas contra el cementerio. Sin embargo, en el pueblo la mayor¨ªa de los habitantes se muestran a favor. En las municipales de 2011, ya con la candidatura al almac¨¦n nuclear presentada, el alcalde, Jos¨¦ Saiz, del PP, revalid¨® su mayor¨ªa con 213 votos (el 69,38% del total). ¡°Dicen que no quieren energ¨ªa nuclear, pero si es as¨ª lo que tienes que hacer es encender un candil y apagar la nevera, y eso no lo quiere nadie¡±, afirma Nieves, que regenta la tienda. Frente a ella, Daniel asiente socarr¨®n: ¡°A los fachas es que nos gustan las nucleares¡±.
En su ingenier¨ªa, Fernando Montero tiene una opini¨®n m¨¢s matizada: ¡°Esto no tiene que ver con la energ¨ªa nuclear, si te gusta o no. Los residuos ya est¨¢n generados y algo hay que hacer con ellos. Incluso si se decidiera cerrar las nucleares, ser¨ªa necesario un almac¨¦n¡±.
La opci¨®n elegida por Espa?a es la del dise?o franc¨¦s de Areva que ya existe en Holanda. Un almac¨¦n en superficie para los pr¨®ximos 100 a?os y luego ya se ver¨¢. Nada de aventuras de buscar un emplazamiento geol¨®gico a gran profundidad.
Y Villar de Ca?as fue elegida por descarte, despu¨¦s de las negativas de los Gobiernos auton¨®micos de Valencia y Catalu?a a que fuera a Zarra o Asc¨®, que ten¨ªan mejor puntuaci¨®n, y de que la presidenta de Castilla-La Mancha, Mar¨ªa Dolores de Cospedal, se opusiera a la candidatura de Yebra (Guadalajara). Sin embargo, en una pirueta pol¨ªtica, Cospedal no puso trabas a Villar de Ca?as. Est¨¢ a 140 kil¨®metros de Madrid y 230 de Valencia y bien comunicado (junto a la autov¨ªa A-3). El alcalde llev¨® la candidatura en silencio para no animar a otros candidatos y se present¨® al final. Contra pron¨®stico, el almac¨¦n no fue para un municipio nuclear. Saiz, un tipo campechano que fabrica aperos de labranza, justificaba su decisi¨®n como la ¨²nica salida para el pueblo: ¡°Dicen que viene un cementerio, pero no es as¨ª. El cementerio lo tenemos aqu¨ª¡±. El Ayuntamiento ya ha cobrado un dinero de las parcelas que ha vendido.
No todos los pueblos de alrededor muestran el mismo entusiasmo. La socialista Angustias Alc¨¢zar, alcaldesa del vecino pueblo de Belmonte, duda de c¨®mo se celebr¨® el pleno municipal que solicit¨® el almac¨¦n nuclear en el ¨²ltimo d¨ªa de plazo: ¡°Hay cosas raras. Se hizo un pleno de tapadillo del que no hay acta¡±. Belmonte y otros cuatro Ayuntamientos ¡ªtres del PSOE y uno independiente¡ª han recurrido la selecci¨®n a los tribunales. ¡°?De qu¨¦ te sirve el dinero cuando te han cerrado la escuela? Lo que fija la poblaci¨®n en el mundo rural son los ni?os, y nos est¨¢n cerrando escuelas y centros de salud. Durante la construcci¨®n del cementerio nuclear claro que va a haber movimiento y trabajo, eso no lo niego, pero despu¨¦s de esos cinco a?os, ?qui¨¦n se va a quedar ah¨ª? Vamos a hipotecar el resto de nuestra vida por cinco a?os de trabajo¡±, resume Alc¨¢zar, que es abogada y dice que conf¨ªa en la justicia. Sus recursos se han acumulado a los de Yebra y Asc¨® y los ecologistas, y la Abogac¨ªa del Estado ya ha contestado defendiendo el emplazamiento.
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