Espa?a votar¨ªa a Obama (... y cada vez quiere menos a Merkel)

Si los espa?oles pudiesen votar en las inminentes elecciones presidenciales estadounidenses, lo har¨ªan masivamente (71 %) a favor de Barack Obama. Solamente un 7 % optar¨ªa por el candidato republicano, Mitt Romney. Y no deja de ser llamativo que dos de cada tres votantes (62 %) del PP se declaren hipot¨¦ticos votantes de Obama (quien en l¨ªneas muy generales podr¨ªa equivaler, en el contexto de su pa¨ªs, a un l¨ªder socialdem¨®crata moderado europeo), mientras que solo un 14 % se decanta por Mitt Romney, candidato de un partido que en general, y con algo de buena voluntad, cabe ubicar en el ¨¢mbito del centroderecha (si bien en el momento actual bizquea claramente m¨¢s hacia la derecha, sin m¨¢s, que hacia el centro). Desde su elecci¨®n como Presidente hace cuatro a?os, Obama ha contribuido de forma llamativa a mejorar la imagen de Estados Unidos, y no solo (y ni siquiera principalmente) en Espa?a. En su pa¨ªs, en cambio, su popularidad ha experimentado sacudidas y vaivenes y ha declinado considerablemente: no en Espa?a, donde invariablemente ha encabezado (y con escasas variaciones en cuanto a puntuaci¨®n) los rankings de l¨ªderes e instituciones.

Angela Merkel representa el caso opuesto: evaluada de forma ampliamente positiva por los espa?oles hasta hace un a?o (entonces era la segunda figura pol¨ªtica mejor puntuada, detr¨¢s solo de Obama), sus planteamientos a lo largo de los ¨²ltimos doce meses en relaci¨®n con la potencial ayuda europea a nuestro pa¨ªs han ido gradualmente mellando aquel aprecio inicial. As¨ª, en el momento actual, obtiene una calificaci¨®n de solo 3.9 (frente al 6.0 que lograba en noviembre de 2010), lo que la coloca en el ¨²ltimo lugar de la tabla, junto con el Banco Central Europeo (3.9) y el Papa Benedicto XVI (3.9). Esta continuada y profunda p¨¦rdida de imagen de Angela Merkel en la sociedad espa?ola tiene, seg¨²n los datos de encuesta disponibles, una causa clara: la generalizada creencia de que la forma en que est¨¢ actuando en relaci¨®n con nuestro pa¨ªs no se basa realmente en la defensa de lo que es mejor y m¨¢s conveniente para el conjunto de la Uni¨®n Europea, sino en el intento de proteger los exclusivos intereses de la econom¨ªa alemana a algo menos ya de su cita con las urnas.

Adem¨¢s de Merkel, y en el actual ambiente de crisis generalizada, tambi¨¦n experimentan mermas en su puntuaci¨®n ¡ªaunque de mucha menor entidad¡ª la propia Uni¨®n Europea, que es evaluada ahora por los espa?oles con un 5.2 (frente al 5.8 de hace un a?o) y el presidente de la Comisi¨®n Europea, Durao Barroso, que consigue un 4.9 (frente al 5.3 de 2011). El presidente de Francia, Fran?ois Hollande, pierde solo una d¨¦cima y queda con un 5.3, que le coloca en el segundo lugar del ranking. Solo el primer ministro italiano, Mario Monti, sigue mejorando gradualmente su evaluaci¨®n, que es ya superior en 2.4 puntos a la que hace un a?o obtuviera su predecesor, Silvio Berlusconi.