El can¨®nigo de Granada
El periodista Joaqu¨ªn L¨®pez D¨®riga recuerda a su t¨ªo, sacerdote republicano, que solicit¨® asilo en M¨¦xico
Una de las cartas m¨¢s excepcionales entre las miles enviadas por los republicanos espa?oles solicitando asilo en M¨¦xico es la de Luis L¨®pez D¨®riga Meseguer, exde¨¢n de la catedral de Granada, para quien sus principios cristianos son del todo incompatibles con la causa de Franco. Una aut¨¦ntica rareza en un momento en el que la jerarqu¨ªa cat¨®lica espa?ola hab¨ªa definido la guerra civil como ¡°cruzada¡±.
As¨ª lo expone en su carta, escrita a m¨¢quina y con registro de entrada en la Embajada de M¨¦xico en Par¨ªs el 9 de agosto de 1939. Tras presentarse como ¡°doctor en Filosof¨ªa, en Teolog¨ªa y en ambos Derechos, Maestro Nacional, acad¨¦mico de Bellas Artes y profesor de Sociolog¨ªa en la Universidad de Granada¡±, afirma: ¡°Y por sus ideas antifascistas, expuestas en el Parlamento espa?ol como diputado de las Cortes Constituyentes, tuvo que abandonar la profesi¨®n aunque conserva su conciencia inspirada en los principios cristianos que son la ra¨ªz de la verdadera Democracia¡±.
Luis L¨®pez D¨®riga fue diputado por el Partido Republicano Radical Socialista nada m¨¢s proclamarse la II Rep¨²blica en 1931 y defendi¨® con su voto la separaci¨®n Iglesia-Estado y el divorcio, lo que le cost¨® una suspensi¨®n a divinis y la excomuni¨®n en 1933. Durante la Guerra Civil pas¨® de Madrid a Valencia antes de su exilio en M¨¦xico.
¡°Se instal¨® en Veracruz¡±, recuerda su sobrino nieto Joaqu¨ªn L¨®pez D¨®riga, probablemente el periodista con mayor influencia y audiencia en M¨¦xico. ¡°En mi familia le llam¨¢bamos el can¨®nigo de Granada¡±, dice conmovido al entregarle EL PA?S la carta de su t¨ªo.
El periodista, nacido en la castiza Cuesta de Santo Domingo de Madrid, de familia originaria de Santander y dividida como tantas otras por la guerra, se muestra sorprendido por la novedad del pensamiento pol¨ªtico de su pariente ¡ª ¡°aunque no s¨¦ si estoy de acuerdo con eso de que los principios cristianos son la ra¨ªz de la verdadera democracia¡±¡ª y emocionado por su ¨²ltimo p¨¢rrafo: ¡°(Tiene) el honor de dirigirse a su excelencia para significarle su ferviente sentido antifascista y su adhesi¨®n incondicional a las leyes vigentes en la Rep¨²blica Mexicana, en especial a las que se refieren al ejercicio de la profesi¨®n religiosa¡±.
El sacerdote republicano pasar¨ªa sus d¨ªas en M¨¦xico impartiendo clases de humanidades en diferentes liceos hasta su muerte a principios de los a?os sesenta. La Iglesia le levantar¨ªa el castigo pero nunca pudo volver a Espa?a.
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