El club de los exagentes secretos prepara su primera asamblea general

De entre los numerosos clubes de profesionales veteranos existentes en Espa?a, uno de ellos destaca por la singularidad de sus integrantes: se trata de la Asociaci¨®n de ex Miembros del Servicio de Inteligencia Espa?ol. Presidida por Juan Mart¨ªn Roy, con 30 a?os de profesi¨®n a sus espaldas, hoy integra como socios hasta 70 antiguos agentes secretos de ambos sexos. Son mayoritariamente varones, con menos de un 10% de mujeres.

Ello se explica por qu¨¦ hasta los a?os 70 del siglo XX en Espa?a, las damas no se incorporaron a las tareas de inteligencia. Ahora, la flamante y todav¨ªa discreta asociaci¨®n, por su reducido tama?o, prepara velozmente para el pr¨®ximo mes de enero su primera asamblea general mientras crece semana tras semana desde su fundaci¨®n en Madrid, en diciembre de 2011, por un n¨²cleo primigenio formado por unos cuarenta ex oficiales de inteligencia.

Al amparo de unos estatutos de corte cl¨¢sico, personas de diferentes edades y trayectorias, aunadas por la adscripci¨®n com¨²n al servicio de inteligencia espa?ol durante diferentes etapas de la historia reciente, se prestan solidariamente ayuda mutua a trav¨¦s de su asociaci¨®n y comparten la evocaci¨®n de historiales, misiones y experiencias derivadas del desempe?o de oficios tan antiguos y peligrosos -aunque, para muchos, tambi¨¦n fascinantes o s¨®rdidos-, como los relacionados con el espionaje, el contraespionaje, la acci¨®n encubierta, el an¨¢lisis y la criptograf¨ªa.

No se trata de una asociaci¨®n de jubilados, sino m¨¢s bien de ex integrantes del servicio secreto durante distintas etapas de sus vidas profesionales, que despliegan estos cometidos, desarrollados en la Espa?a democr¨¢tica por el CESID, desde 1977 hasta 2002 y, a partir de entonces, por el Centro Nacional de Inteligencia, del cual la asociaci¨®n recibe apoyo institucional.

Agentes de servicios secretos de la etapa hist¨®rica precedente, como el SECED, creado por el almirante Carrero Blanco, o el Alto Estado Mayor, tambi¨¦n de la era de Franco, pueden asimismo adscribirse a la organizaci¨®n. No podr¨¢n ser socios quienes hayan sido previamente expulsados del servicio de inteligencia por sanci¨®n administrativa o quienes no re¨²nan los pertinentes requisitos estatutarios.

Autonom¨ªa econ¨®mica

La AEMSIE se financia con las cuotas de sus miembros y no recibe subvenciones de nadie, aunque s¨ª puede percibir donaciones de particulares o instituciones. No tiene ¨¢nimo de lucro y algunas de sus funciones se asemejar¨ªan a las de una asociaci¨®n cultural al uso. As¨ª, entre las tareas que desarrolla figuran conferencias, seminarios, consultor¨ªas o asesor¨ªas institucionales, como las recientemente demandadas por las Universidades de Madrid y de Barcelona. De igual modo, puede colaborar en estos menesteres con el Centro Nacional de Inteligencia a demanda de ¨¦ste.

Por el troquel de riesgos que envuelve aquellas actividades desarrolladas por sus miembros -actividades necesarias para la supervivencia del Estado de derecho, siempre y cuando se atengan a las leyes por las que se rigen- algunos de sus antiguos oficiales de inteligencia sufren intensas afecciones psicol¨®gicas y morales -a veces patolog¨ªas espec¨ªficas- que la asociaci¨®n se propone mitigar. Y ello mediante redes de apoyo, al igual que con encuentros inter-socios y tambi¨¦n nexos con organizaciones afines como las que ya existen en otros pa¨ªses. Es el caso de Francia o Israel, dos de los Estados pioneros conocidos en este tipo de articulaci¨®n asociativa. Antes de fundar la asociaci¨®n espa?ola, Mart¨ªn Roy visit¨® la entidad gemela gala, muy vinculadas por cierto a la cultura de inteligencia propia del vecino pa¨ªs, seg¨²n explica.

Cultura de Inteligencia

La asociaci¨®n de ex oficiales espa?oles de inteligencia persigue asimismo difundir, con los l¨ªmites legales evidentes, ¡°aquellas actividades que puedan contribuir a crear y expandir una denominada Cultura de Inteligencia¡±, precisa Mart¨ªn Roy. ¡°Se trata de que cada ciudadano disponga de unos conocimientos siquiera m¨ªnimos sobre qu¨¦ hacen -y qu¨¦ se hace desde- los servicios de inteligencia en un sistema democr¨¢tico como el nuestro¡±, explica el zaragozano Juan Mart¨ªn Roy, presidente del AEMSIE, que desempe?¨® cometidos en Francia y Chile as¨ª como en la divisi¨®n de Contra-Inteligencia del CESID, durante m¨¢s de tres d¨¦cadas. A su lado el vitoriano Enrique Mart¨ªnez de Landa, de 68 a?os, con una copiosa hoja de servicios, funge como secretario de la organizaci¨®n. ¡°Esperamos crecer hasta un n¨²mero de entre 100 y 200 socios a partir de la asamblea general de enero, pero resulta a veces dif¨ªcil conectar con antiguos agentes, dada la tan variada procedencia y los consecutivos destinos de muchos de ellos y ellas¡±, explica.

El secretario pone de relieve que ha habido muchos agentes que tras desplegar su actividad en el servicio de inteligencia han regresado a sus profesiones de origen, desde m¨¦dicos a economistas, ingenieros o bancarios y su localizaci¨®n se vuelve muy laboriosa. ¡°Por ello, pronto contaremos con una p¨¢gina web propia y espec¨ªfica, que facilite el engarce con nuestros futuros socios y allane el acceso ciudadano a nuestra asociaci¨®n¡±, a?ade.

Marco democr¨¢tico

El temor a la politizaci¨®n se combate con el reconocimiento estatutario de las diferencias ideol¨®gicas entre sus miembros, siempre dentro de un marco democr¨¢tico. La disparidad de criterios, en un terreno tan politizado como la acci¨®n secreta, no arredra a los impulsores de la asociaci¨®n; ¨¦stos fueron ocho socios pioneros, los experimentados veteranos Ricardo Mart¨ªnez Isidoro, vicepresidente de la asociaci¨®n; Ignacio Prieto, Jos¨¦ Luis Guaza, Fernando Calder¨®n, Juan Campyns y Jos¨¦ Ortiz. Ellos gestionan en estos d¨ªas asignar la condici¨®n de socios de honor a los principales jefes hist¨®ricos del servicio secreto. Es el caso del teniente general Emilio Alonso Manglano (Valencia, 1926), impulsor del CESID y su director desde 1981 hasta 1996, hoy hospitalizado desde cierto tiempo atr¨¢s en una cl¨ªnica madrile?a. ¡°A nadie se le oculta que Emilio Alonso Manglano ha sido quien puso al principal servicio secreto espa?ol a la altura de las m¨¢s importantes organizaciones de Inteligencia del mundo¡±, concluye.