Momento desconstituyente
¡°Desde mi perspectiva nacionalista no puedo dejar de constatar, no sin emoci¨®n, que hoy coincidimos todos en la voluntad de poner fin a un Estado centralista; coincidimos todos en alcanzar por la v¨ªa de la autonom¨ªa un nuevo sentido de la unidad pol¨ªtica de Espa?a¡±. Son palabras de Miquel Roca en el debate general sobre el Proyecto de Constituci¨®n en el Congreso de los Diputados (las cursivas son m¨ªas).
En ese clima se hizo la Constituci¨®n y en ese clima se procedi¨® despu¨¦s a la construcci¨®n del Estado auton¨®mico. Que no estuvo exento de dificultades graves. Tras el resultado del refer¨¦ndum de ratificaci¨®n de la iniciativa auton¨®mica el 28-F de 1980 en Andaluc¨ªa, se inici¨® un proceso de descomposici¨®n de UCD, que se acelerar¨ªa en el oto?o de ese mismo a?o, tras la sucesi¨®n de Adolfo Su¨¢rez por Landelino Lavilla, y que desembocar¨ªa en el intento de golpe de Estado del 23-F de 1981, coincidiendo con el debate de investidura de Leopoldo Calvo Sotelo.
En la resaca del refer¨¦ndum andaluz, de la crisis de UCD y del golpe de Estado del 23-F, se aprobaron los pactos auton¨®micos de julio de 1981, mediante los cuales se defini¨® la estructura del Estado tal como la conocemos. La aprobaci¨®n de los pactos por UCD y PSOE exclusivamente, plante¨® un problema constitucional grave, ya que dichos Pactos inclu¨ªan la LOAPA (Ley Org¨¢nica de Armonizaci¨®n del Proceso Auton¨®mico), que supon¨ªa una reducci¨®n muy importante para el ejercicio del derecho a la autonom¨ªa. Dicho problema constitucional fue resuelto con el mismo esp¨ªritu con el que se hizo la Constituci¨®n. Durante el debate parlamentario, por invitaci¨®n expresa de UCD y PSOE, se lleg¨® al acuerdo de que la LOAPA fuera recurrida ante el Tribunal Constitucional, a fin de que se despejaran las dudas de constitucionalidad. El Tribunal Constitucional, por unanimidad, declar¨® anticonstitucional el n¨²cleo esencial de la LOAPA, aceler¨¢ndose a partir de ese momento la construcci¨®n pac¨ªfica del Estado auton¨®mico.
De ese clima constituyente del Estado auton¨®mico, que se prolong¨® de 1978 a 1983, no queda nada. El v¨ªnculo entre unidad de Espa?a y derecho a la autonom¨ªa ha quedado roto. Roto en Catalu?a, en donde el nacionalismo catal¨¢n, tras la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto, ve la unidad de Espa?a como un obst¨¢culo insoportable para el ejercicio del derecho a la autonom¨ªa. Y si no roto, s¨ª seriamente afectado, en el resto del Estado, ya que el Gobierno, con mayor¨ªa absoluta, en lugar de considerar que el derecho a la autonom¨ªa puede ser un instrumento de gobernabilidad, vive el ejercicio de tal derecho como un obst¨¢culo para la acci¨®n del Estado.
Nos hemos instalado en un momento desconstituyente, en el que se est¨¢ procediendo a derribar lo que se construy¨® con base en el clima constituyente de 1978-83. De ah¨ª que, a¨²n coincidiendo con el editorial de ayer viernes, Debate constituyente, no veo que exista la m¨¢s m¨ªnima posibilidad de que tal debate pueda producirse. Un debate constituyente presupone la disposici¨®n de llegar a acuerdos. Y dicha disposici¨®n no existe no para buscar una relaci¨®n integradora entre Catalu?a y Espa?a, sino para nada. Dir¨ªa m¨¢s. Se est¨¢ haciendo uso del conflicto con Catalu?a para imponer una agenda, no reformista sino reaccionaria, en todos los terrenos.
Basta repasar la acci¨®n normativa en este primer a?o de Gobierno de Mariano Rajoy para comprobarlo. Ah¨ª est¨¢ el uso abusivo del decreto-ley. No se ha buscado el acuerdo en ning¨²n terreno. Ni en el de las relaciones laborales, ni en el de la educaci¨®n en todos sus niveles, ni en el de la sanidad, ni en el de la justicia. Dos huelgas generales, innumerable huelgas de m¨¦dicos y dem¨¢s personal sanitario, de profesores en los distintos niveles de ense?anza, del personal investigador del CSIC, protestas de jueces y dem¨¢s personal de la Administraci¨®n de justicia con advertencia de huelga. Esto es lo que ha generado y sigue generando la acci¨®n de Gobierno. Y no se ve en el horizonte ning¨²n prop¨®sito de rectificaci¨®n, sino todo lo contrario.
No es solamente el ejercicio del derecho a la autonom¨ªa lo que est¨¢ siendo puesto en cuesti¨®n. Tambi¨¦n se ha puesto en cuesti¨®n el sistema de relaciones laborales, el sistema educativo con la devaluaci¨®n de la educaci¨®n p¨²blica, el sistema de protecci¨®n de la salud con la privatizaci¨®n de su gesti¨®n, el sistema de acceso a la justicia con las tasas judiciales y hasta con la entrega del Registro Civil a los registradores de la propiedad.
En una situaci¨®n de emergencia, en lugar de buscar el acuerdo para hacer frente a la misma, se est¨¢ potenciando el conflicto en todas las direcciones imaginables. Quien siembra vientos¡
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