¡°Emilio se qued¨® ese d¨ªa sin padre, sin madre y sin hermana. Ten¨ªa 9 a?os¡±
V¨ªctimas de ETA recuerdan a los 11 fallecidos en la casa cuartel de Zaragoza en 1987
Pascual acababa de hacer el relevo de las seis de la ma?ana junto a otro compa?ero cuando ocurri¨®. En ese momento estaban los dos solos vigilando la entrada de la casa cuartel. De repente, vio un coche que se detuvo en mitad de la calle, un poco antes de llegar a la puerta. ¡°?Eh! ?Que ah¨ª no se puede parar!¡±, le grit¨® desde dentro. Pero el conductor se baj¨® y empez¨® a correr. Y el coche comenz¨® a echar humo. ¡°Abr¨ª la verja, sal¨ª y vi que lo estaban esperando en otro coche. O¨ª c¨®mo ¨¦l les dec¨ªa ¡®Ya est¨¢, ya est¨¢¡¯. Mi compa?ero se fue corriendo a avisar al equipo de desactivaci¨®n de explosivos. Pero fue todo muy r¨¢pido. Otro veh¨ªculo entr¨® por la calle y se puso detr¨¢s del que echaba humo. Les dije que se fueran. Dieron marcha atr¨¢s y en ese momento salt¨® todo por los aires. Yo perd¨ª el conocimiento, lo recobr¨¦, lo perd¨ª otra vez. Sent¨ªa mucho dolor, no pod¨ªa levantarme. No recuerdo m¨¢s. Me despert¨¦ ya en el hospital¡±.
Antonio estaba durmiendo junto a su mujer, Carmina. Esa madrugada estaban solos en casa. ¡°Recuerdo un estallido sonoro infernal. Y una luz. Despu¨¦s, el edificio se movi¨® como de un lado a otro¡ y se desplom¨®. Carmina y yo nos quedamos atrapados en el colch¨®n, que hizo como un s¨¢ndwich. Mi mujer empez¨® a gritar: ¡®?Que nos matan!, ?Que nos matan!¡¯. Yo estaba un poco aturdido porque el marco de la ventana me hab¨ªa golpeado en la cabeza. Poco a poco empec¨¦ a darme cuenta de lo que estaba pasando, de que era un atentado. Pero no sab¨ªamos qu¨¦ pasaba fuera¡ si hab¨ªa terroristas¡ Yo, por si acaso, le dije a Carmina: ¡®C¨¢llate, c¨¢llate, no abras la boca¡¯. Y trat¨¦ de ir a por mi arma, que estaba en otra habitaci¨®n. Pero no pod¨ªa pasar. Todo se hab¨ªa derrumbado a nuestro alrededor. Todo eran escombros¡±.
Pascual Grasa y Antonio Frutos tienen grabados a fuego los minutos que siguieron al atentado de ETA contra la casa cuartel de Zaragoza perpetrado el 11 de diciembre de 1987, uno de los m¨¢s sanguinarios de la banda terrorista. Pascual ten¨ªa entonces 32 a?os. Antonio, 27. Ambos eran guardias civiles.
Los dos participaron ayer en el homenaje por las v¨ªctimas que se celebr¨® 25 a?os despu¨¦s de la matanza, en el lugar donde ocurri¨® todo. Del cuartel no queda ni rastro. En ese espacio, entre edificios altos de ladrillo rojo, hay ahora unos bancos, ¨¢rboles, unos columpios, toboganes, las esculturas de unos ni?os jugando que representan a las jovenc¨ªsimas v¨ªctimas de este atentado... Se llama el ¡°Parque de la Esperanza¡±.
Hace 25 a?os, a las seis y diez de ese 11 de diciembre, Henri Parot ¡ªmiembro del comando Argala¡ª, dej¨® un coche bomba en la puerta de la casa cuartel con 250 kilos de amonal y abundante metralla. Murieron 11 personas, y casi 90 resultaron heridas. Ocurri¨® seis meses despu¨¦s de la matanza de Hipercor en Barcelona, que hab¨ªa provocado 21 muertos, todos civiles. ETA estaba cometiendo atentados especialmente virulentos en ese momento para tratar de mejorar su posici¨®n ante el Gobierno en los contactos previos a las conversaciones de Argel. Para ellos era una estrategia. Pero Pascual y Antonio vieron morir ese d¨ªa a sus compa?eros, a las mujeres de sus compa?eros, a los hijos peque?os de sus compa?eros¡ En la casa cuartel viv¨ªan unas 40 familias (180 personas) y algunas decenas de estudiantes de la residencia que alojaba el edificio.
¡°Cuando logramos salir al patio, me encontr¨¦ con un cabo y con su hija. Estaban muertos¡±, recuerda Antonio, que tiene ahora 52 a?os. ¡°Hab¨ªa muchos cuerpos sepultados bajo los escombros. Los bomberos estaban ya aqu¨ª. La gente lloraba, gritaba, les met¨ªan ox¨ªgeno para que respiraran. Las viviendas que estaban m¨¢s cerca de la bomba quedaron destrozadas. Ni siquiera se pod¨ªa salir a la calle desde el patio. No hab¨ªa salida. Al final sacaron a la gente desde la ventana rota de nuestra habitaci¨®n, que se convirti¨® en uno de los accesos al exterior¡±.
La banda asesin¨® ese d¨ªa a seis ni?os de entre 3 y 17 a?os y dej¨® 88 heridos
Las ni?as de Antonio y Carmina, dos gemelas de un a?o, se salvaron de milagro. Los padres, ambos murcianos, las hab¨ªan llevado con su familia a pasar el puente de la Constituci¨®n y a¨²n segu¨ªan all¨ª. ¡°Si no, probablemente habr¨ªan muerto¡±, piensa Antonio. ¡°La onda expansiva fue muy fuerte en su cuarto. Ten¨ªan un acuario que estall¨® en mil pedazos. El tabique de su habitaci¨®n revent¨®¡±.
Las peque?as de este matrimonio se salvaron. Pero el atentado mat¨® a dos gemelas de tres a?os, Esther y Miriam; a una ni?a de seis, Silvia; a otra de siete, Silvia; a otra de 12, Roc¨ªo; y a un menor de 17, ?ngel. A otros los dej¨® hu¨¦rfanos. Sin familia alguna en la que anclar su corta vida. Emilio Jos¨¦ Capilla Franco se qued¨® ese d¨ªa sin su padre, sin su madre y sin su ¨²nica hermana. ¡°Lo vimos perfectamente¡±, recuerda Carmina. ¡°Estaba muy quieto sobre una baldosa, lo ¨²nico que quedaba en pie y que pod¨ªa caerse en cualquier momento. Al final lograron bajarlo de ah¨ª al pobrecico¡±. Sus padres, Emilio y Mar¨ªa Dolores, y su hermana, Roc¨ªo, hab¨ªan quedado enterrados bajo el edificio.
¡°Hab¨ªa muertos; la gente lloraba, gritaba, les daban ox¨ªgeno para que respiraran¡±
La ejecuci¨®n del atentado la llev¨® a cabo Henri Parot junto a su hermano Jean, Jacques Esnal y Frederic Haramboure. Lo ordenaron Francisco M¨²gica Garmendia, Pakito; Joseba Arregi Erostarbe, Fiti; y Josu Urrutikoetxea, Josu Ternera, la direcci¨®n de ETA en ese momento. Todos han sido condenados en Francia o Espa?a a miles de a?os de prisi¨®n o cadena perpetua. Y todos, salvo Josu Ternera, huido, est¨¢n en la c¨¢rcel.
Pascual ha pasado por m¨²ltiples intervenciones quir¨²rgicas; tiene secuelas en la mano, los tendones, una pierna m¨¢s corta que otra... Antonio estuvo tres d¨ªas ingresado con una conmoci¨®n cerebral. ¡°Pero lo peor es lo que queda dentro de la cabeza¡±, dice Carmina. ¡°Es tanto dolor, tanto lo que viste, que jam¨¢s lo olvidas. Han pasado 25 a?os y a¨²n sigues pensando en ello. A¨²n te sobresaltas¡±.
ETA anunci¨® el cese de la violencia hace m¨¢s de un a?o. ¡°Ojal¨¢ que nadie vuelva a sufrir un atentado nunca m¨¢s¡±, pide Pascual. ¡°Yo les pido que entreguen las armas y que se pongan a disposici¨®n de la justicia. Que se ponga de verdad un punto final¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.