La guerra de Afganist¨¢n ha costado 100 muertos y 3.500 millones a Espa?a
Militares y cooperantes espa?oles se marchan este a?o de la provincia de Badghis Moren¨¦s: ¡°No creo que la misi¨®n sea un fracaso. A lo mejor no es un ¨¦xito total¡±
En agosto de 2010, con los cuerpos a¨²n calientes de dos guardias civiles y un int¨¦rprete, el entonces l¨ªder de la oposici¨®n, Mariano Rajoy, emplazaba a Zapatero. ¡°Los espa?oles tienen derecho a saber lo que pasa en Afganist¨¢n. Le pedimos que diga la verdad, que reconozca que no estamos en situaci¨®n humanitaria sino en un conflicto b¨¦lico¡±.
Cuando el pasado 22 de diciembre, Rajoy visit¨® por primera vez Afganist¨¢n, ya como presidente del Gobierno, se mostr¨® bastante m¨¢s cauto. Dijo que los soldados espa?oles operan en ¡°un entorno de riesgo fuera de lo normal¡±; como si se refiriera a una operaci¨®n de tr¨¢fico o a un deporte de aventura.
M¨¢s claro ha sido el ministro de Defensa, Pedro Moren¨¦s, quien ha reconocido que ¡°en ninguna coyuntura es m¨¢s necesario [ser] realista y prudente que al valorar el posible fin de una situaci¨®n de guerra¡±. Guerra, palabra maldita que ha servido, en su caso, para rehuir cualquier compromiso sobre el calendario de retirada, pese a que estudia ¡°adelantar los plazos e incrementar en lo posible la fluidez del retorno de nuestras tropas¡±.
La cuenta atr¨¢s del repliegue ya ha comenzado. Tras el ¨²ltimo relevo, el contingente se ha reducido de 1.521 a 1.406 efectivos, un 10% menos; y, desde noviembre pasado, la responsabilidad de la seguridad en la provincia de Badghis ha pasado a manos de las autoridades locales. Lo que se discute no es la fecha de retirada, 31 de diciembre de 2014 como tope, sino el ritmo. Si es posible salir m¨¢s r¨¢pido. Porque el trabajo ya est¨¢ hecho. O porque es imposible acabarlo.
Con el a?o nuevo las tropas espa?olas han desmontado la base de patrullas que proteg¨ªa las obras de la ruta Lithium, que une el sur con el norte de la provincia de Badghis. La suspensi¨®n se ha atribuido a las razones meteorol¨®gicas, pero cuando vuelva el buen tiempo, ya no habr¨¢ soldados espa?oles para dar seguridad. Entre enero y abril se evacuar¨¢n las dos bases de combate de Ludina y Moqur y, antes de oto?o, toda la provincia de Badghis; unos 1.000 militares en total.
Ni la Ring Road, la carretera de circunvalaci¨®n de Afganist¨¢n, ni la ruta Lithium, su alternativa en Badghis, est¨¢n acabadas, pero ya no hay tiempo ni dinero.
Afganist¨¢n, que figuraba como pa¨ªs prioritario en el Plan Director de la Cooperaci¨®n Espa?ola 2009-2012, ya no aparece en el plan 2013-2016. La Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional y Desarrollo (AECID) tiene previsto entregar antes de abril a las autoridades afganas los proyectos acometidos en la provincia de Badghis; entre ellos, un parque de maquinaria, un hospital, un centro de capacitaci¨®n agraria y otro de formaci¨®n de profesores. La abrupta suspensi¨®n de la ayuda espa?ola alarm¨® a Moren¨¦s, quien pidi¨® que se mantenga al menos hasta que se complete la salida de las tropas. El secretario de Estado de Cooperaci¨®n, Jes¨²s Gracia, ha admitido mantener ¡°ciertos programas¡±, pero no ha concretado cu¨¢les.
En seis a?os, Espa?a ha dedicado 460 millones al desarrollo de Afganist¨¢n, 200 de ellos a trav¨¦s de la AECID. Pero el gasto en cooperaci¨®n ha sido ¨ªnfimo comparado con el militar: 5,3 millones frente a 442,6 en 2012.
La factura de la guerra de Afganist¨¢n suma 2.933 millones desde enero de 2002, casi 3.500 si se a?ade la ayuda civil a la militar: el equivalente a 73,5 euros por cada espa?ol. Y lo peor; 100 soldados y un int¨¦rprete han perdido la vida y otros 80 han resultado heridos graves. ?Ha valido la pena tan alto coste?
Frente a las cr¨ªticas, Moren¨¦s defiende la intervenci¨®n. ¡°Yo no creo que Afganist¨¢n sea un fracaso. A lo mejor no es el ¨¦xito total, pero la situaci¨®n est¨¢ mejor que hace doce a?os y yo no s¨¦ cu¨¢l es la definici¨®n de ¨¦xito total¡±.
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