Madrid se aferra al euro por receta pese a la suspensi¨®n en Catalu?a

La suspensi¨®n cautelar del euro por receta en Catalu?a, acordada ayer por el Tribunal Constitucional, ha abierto una nueva caja de los truenos sobre las tensiones entre el Gobierno de la Generalitat y el Ejecutivo central. Pero al pulso entre Mariano Rajoy y Artur Mas, una partida ya casi exclusivamente copada por el debate soberanista, se a?ade ahora otro frente que enfrenta a la Comunidad de Madrid ¡ªla joya de la corona del PP, el Gobierno aut¨®nomo de un bar¨®n popular con m¨¢s presupuesto y mayor poblaci¨®n¡ª directamente con La Moncloa.

El Ejecutivo de Mariano Rajoy ya plante¨® el pasado diciembre un recurso de inconstitucionalidad del euro por receta, aprobado por la Generalitat el pasado junio gracias tambi¨¦n a la abstenci¨®n del PP de Alicia S¨¢nchez-Camacho en el Parlamento aut¨®nomo. El pasado viernes anunci¨®, adem¨¢s, que tambi¨¦n lo plantear¨¢ para el copago farmac¨¦utico que entr¨® en vigor el pasado 1 de enero en la Comunidad de Madrid.

El Gobierno cree que ese copago ¡°vulnera la igualdad de los ciudadanos¡±

Pese a esa advertencia y a la decisi¨®n del Constitucional, el Gobierno que preside Ignacio Gonz¨¢lez no se da por aludido y seguir¨¢ cobr¨¢ndolo hasta que el alto tribunal se pronuncie sobre su caso. As¨ª lo se?alaron ayer fuentes del Ejecutivo regional, que vincularon de todas maneras esa decisi¨®n al mero respeto a los tiempos de la justicia, negando as¨ª una voluntad directa de desaf¨ªo.

El abono de un euro por cada receta entregada en la farmacia para medicamentos que tienen un precio igual o inferior a 1,67 euros, IVA incluido, ha estado en vigor en Catalu?a durante siete meses y ha permitido recaudar casi 46 millones de euros. La admisi¨®n a tr¨¢mite del recurso supone ahora la suspensi¨®n autom¨¢tica durante cinco meses del pago del euro por receta en Catalu?a, lo que ayer provoc¨® la indignaci¨®n y el rechazo del Gobierno de Mas, buena parte de la clase dirigente y colectivos profesionales del sector farmac¨¦utico de esa comunidad. La Generalitat, que no ha confirmado todav¨ªa la recepci¨®n de la notificaci¨®n de la suspensi¨®n cautelar, asegur¨® que presentar¨¢ alegaciones ante el Constitucional, mientras que el Colegio de Farmac¨¦uticos de Barcelona se?al¨® que no har¨¢ efectiva la resoluci¨®n hasta que el tribunal la notifique de forma oficial.

En cualquier caso, la suspensi¨®n supone el primer paso de una decisi¨®n no solo jur¨ªdica, al margen de lo que dicte la sentencia definitiva, sino de un mensaje eminentemente pol¨ªtico que tiene que ver una vez m¨¢s con los equilibrios territoriales y el reparto de competencias entre el Estado y las comunidades aut¨®nomas. Lo dijo la n¨²mero dos del Gobierno, la vicepresidenta Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, tras el Consejo de Ministros del pasado viernes: el Ejecutivo entiende que la implantaci¨®n ¡°vulnera el principio de igualdad¡± de los espa?oles y con ella se ¡°grava un acto m¨¦dico¡±. Ese argumento se basa en la tesis del Consejo de Estado de que las comunidades aut¨®nomas no pueden determinar los precios de productos sanitarios, ya que ¡°se considera que vulnera la normativa prevista en el Estado para garantizar la coordinaci¨®n de la sanidad y la igualdad de los espa?oles¡±.

Santamar¨ªa, que calific¨® ayer la admisi¨®n a tr¨¢mite del recurso de normal praxis constitucional, volvi¨® a insistir, en declaraciones a los periodistas en los pasillos del Senado, en que ¡°todos los espa?oles tienen que ser iguales en asuntos esenciales¡±, informa Europa Press. La vicepresidenta volvi¨®, adem¨¢s, a apelar al poder del Ejecutivo central, al agregar que solicit¨® la suspensi¨®n de la norma porque est¨¢ legitimado para ello, y por esta raz¨®n el Tribunal Constitucional se ha limitado a acceder ¡°a una petici¨®n que ha hecho el Gobierno¡±. ¡°Ya digo, normalidad constitucional¡±, zanj¨®.

No obstante, esa normalidad de la que habla Santamar¨ªa no lo es tanto ni para el Ejecutivo de la Generalitat ni, de momento, para Ignacio Gonz¨¢lez en Madrid. ¡°Un d¨ªa nos dir¨¢n que es inconstitucional respirar en catal¨¢n¡±, manifest¨® Francesc Homs, consejero de la Presidencia y hombre fuerte del equipo de Artur Mas. Y si los argumentarios que el PP difunde entre sus dirigentes rechazan el euro por receta porque el partido entiende que ¡°vulnera las competencias del Estado¡±, el presidente de la Comunidad de Madrid, donde ya se han expedido m¨¢s de 1,6 millones de recetas, siempre ha defendido que esta medida es de su competencia y que ¡°no es discriminatoria¡±.

La decisi¨®n enfrenta a Ignacio Gonz¨¢lez con La Moncloa

Pese a estas fricciones, el n¨²mero tres de los populares, el vicesecretario de Organizaci¨®n y Electoral, Carlos Floriano, neg¨® el lunes que exista ¡°intranquilidad¡± en el PP madrile?o. ¡°No vemos ninguna situaci¨®n de intranquilidad¡±, asegur¨®. Y en esa tesis abund¨® ayer el portavoz popular en la Comisi¨®n de Sanidad del Congreso de los Diputados, Manuel Cervera, quien, por otro lado, admiti¨® que en alg¨²n momento tuvo que fallar el di¨¢logo entre Rajoy y Gonz¨¢lez. ¡°El Gobierno de Espa?a¡±, se?al¨®, ¡°tiene el mismo criterio en todo el territorio nacional¡±, y rechaz¨® que haya actuado ¡°movido por intereses populistas¡±. ¡°Cuando Catalu?a puso en marcha la pr¨¢ctica del euro por receta, el Gobierno primero intent¨® dialogar con el Ejecutivo auton¨®mico catal¨¢n y solo cuando no hubo posibilidad de llegar a un acuerdo, interpuso el recurso al Tribunal Constitucional¡±. Y ¡°este mismo proceso¡±, prosigui¨®, es el que se ha seguido con la Comunidad de Madrid.

Por eso, a la espera de que el Gobierno plantee un recurso formal ante el Constitucional tambi¨¦n para el euro por receta implantado en Madrid, el Ejecutivo de Gonz¨¢lez seguir¨¢ adelante con su plan de copago farmac¨¦utico. Aunque desde su propio partido no se cansen de recordarle, como hizo Cervera, que ¡°el Tribunal va en la l¨ªnea del propio Ejecutivo central, en la creencia de que todos los espa?oles debemos tener el mismo trato sanitario, independientemente de la comunidad aut¨®noma en la vivamos o nos encontremos¡±.