?Sombras o certezas?

Todo son lugares comunes pero nadie, ni desde el Gobierno o los partidos afectados, ha dado una explicaci¨®n convincente de lo que est¨¢ ocurriendo. Quiz¨¢s, la vicepresidenta Santamar¨ªa: ¡°A m¨ª, que me registren¡±. Porque ella, y alg¨²n otro u otra ministra o ministro, s¨ª que est¨¢n limpios de polvo y paja. Este asunto viene de lejos y no se ha querido ¡ªporque se pudo¡ª resolver. Ahora ya no es tiempo de lamentos sino de explicaciones. Y r¨¢pidas.

En la primera legislatura de Aznar, la VI, hab¨ªa una Comisi¨®n o Subcomisi¨®n en el Congreso a la que yo pertenec¨ª en la que estaban el diputado socialista Fern¨¢ndez Marug¨¢n, Jaime Ignacio del Burgo y alguien m¨¢s que no recuerdo. El esc¨¢ndalo Filesa, que tanto azuz¨® el PP ¡ªy Rato especialmente¡ª, era a¨²n un asunto muy cercano. Los socialistas lo hab¨ªan pagado caro y Marug¨¢n, hombre cabal, barbado y honesto, era muy consciente de ello. Decidimos que hab¨ªa que modificar el sistema de financiaci¨®n de los partidos pol¨ªticos y la ley que lo regulaba.

Recu¨¦rdese que estaban permitidas entonces las donaciones an¨®nimas. As¨ª se financiaban, adem¨¢s de las asignaciones p¨²blicas, pr¨¢cticamente todos los partidos, lo cual daba lugar a todo tipo de corruptelas, enjuagues y corrupciones. No fue posible entonces acabar con ese sistema. No se quiso poner el cascabel al gato. Y, desde luego, hab¨ªa gato encerrado. CiU, de quien depend¨ªa el PP para poder gobernar, se opuso rotundamente. Si mi memoria no me falla, las donaciones an¨®nimas terminaron en la etapa de Zapatero, que no todo lo hizo mal, ni mucho menos ahora el PP, y especialmente su extesorero Luis B¨¢rcenas ¡ªcon quien he recorrido monta?as, he tenido largu¨ªsimas conversaciones y a cuya amistad no renuncio sea cual sea su futuro¡ª, est¨¢n sometidos a un escrutinio l¨®gico. Deben, pues, aclarar y explicar el sistema de financiaci¨®n para que podamos creerles. Y la oposici¨®n, toda ella, debe tambi¨¦n contar p¨²blicamente ¡ªel Partido Socialista especialmente¡ª si usaban, as¨ª mismo, de esas malas pr¨¢cticas.

Hace aproximadamente un a?o publiqu¨¦ un art¨ªculo en este diario que tuvo una enorme repercusi¨®n en el que contaba algunas cosas que sab¨ªa por haber intentado ayudar al juez Pedreira, enfermo y sin medios materiales en el juzgado, que intent¨® realizar una investigaci¨®n clara. Pudo a medias. En el PP sent¨® muy mal ese art¨ªculo m¨ªo. Afortunadamente, ahora, el juez n¨²mero 5 de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz, siguiendo la estela de lo que hab¨ªa iniciado su antecesor Baltasar Garz¨®n, intenta aclarar el esc¨¢ndalo de la financiaci¨®n del Partido Popular. Confiamos muchos en que ni la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n ni el juez se arredrar¨¢n ante las presumibles presiones que van a sufrir. El fiscal general es hombre cabal y con arrestos, y el juez es hombre lento, pero seguro.

Este asunto viene de lejos y no se ha querido (porque se pudo) resolver

?Vaya historia!: el juez que inici¨® la investigaci¨®n, honrado en toda Hispanoam¨¦rica y en la Corte Penal Internacional, Baltasar Garz¨®n, fue apartado y condenado por unas escuchas que, a mi juicio, fueron muy limitadas y estaban m¨¢s que justificadas. Y el juez del Tribunal Superior de Justicia, Antonio Pedreira, qued¨® postrado en el lecho del dolor y olvidado. La dignidad tiene su precio. Pero la verdad se va abriendo paso.

Sigamos, pues, con lo que quiero decir. Al margen de lo que hagan los fiscales y jueces, el Partido Popular tiene que explicar con pelos y se?ales los medios con los que se financiaban. Francisco ?lvarez-Cascos, ex secretario general; ?ngel Acebes, excoordinador general; Javier Arenas y Mar¨ªa Dolores de Cospedal, sucesivos secretarios generales del PP; l¨ªderes auton¨®micos afectados por este caso u otros; y, por supuesto, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y Mariano Rajoy, presidentes sucesivos del PP, deben dar una explicaci¨®n convincente. Por supuesto, tambi¨¦n deben hacerlo ?lvaro Lapuerta, Luis B¨¢rcenas, otro tesorero cuyo nombre no recuerdo que le sucedi¨® interinamente, Romay y la actual tesorera.

No podemos tener esa desagradable sensaci¨®n de que fuimos ingenuamente enga?ados quienes les defendimos en medio del tornado. Ellos tienen los documentos o informaci¨®n suficiente. Llevaban esa contabilidad B, cuando la hubo, de las donaciones personificadas y de las an¨®nimas ¡ªlegales hasta hace unos cuatro o cinco a?os¡ª y de a qui¨¦nes o a qu¨¦ menesteres se destinaba ese dinero. No pueden esconderse ni mentir.

Y todos los destinatarios deber¨ªan hacer p¨²blicas sus declaraciones de renta para que la Agencia Tributaria determine si estaban declaradas. Y en el caso de que no lo hubiesen sido, y si incurrieron en un posible delito fiscal, que la Agencia Tributaria env¨ªe el asunto al Juzgado numero 5 que, seg¨²n parece, es indiscutiblemente el competente.

Por lo que yo pude saber, y ya cont¨¦ en estas p¨¢ginas de forma sucinta, s¨ª se entregaban sobres con dinero en efectivo que serv¨ªan como complemento del sueldo que percib¨ªan algunos dirigentes. Creo que la cantidad m¨¢xima eran unos 10.000 euros al mes o su equivalente en pesetas antes de la moneda ¨²nica. De ah¨ª hacia abajo se percib¨ªan cantidades menores, seg¨²n los cargos y responsabilidad. La mayor¨ªa de diputados y dirigentes del PP no percib¨ªa nada de esas cantidades. Y es por ellos, y especialmente por quienes les votaron, por lo que deber¨ªan dar una explicaci¨®n, tanto Cospedal como Rajoy, que son quienes ahora dirigen el partido.

Es posible que ellos acabasen con esas malas pr¨¢cticas, es posible, pero tambi¨¦n deber¨ªan explicar si al principio de sus mandatos respectivos percibieron alguna cantidad de esa opaca procedencia. En resumen: queremos saber la lista de donantes y la de receptores. Nos la deben quienes fueron nuestros dirigentes, amigos algunos de ellos, e incluso aquellos que, pase lo que pase, lo seguir¨¢n siendo.

Es posible que ninguno de los perceptores, si no hubiese declarado esas cantidades que recib¨ªan en met¨¢lico, haya incurrido en delito fiscal, pues la cuota posiblemente defraudada, por lo que yo conozco, no llega al l¨ªmite del delito. Pero en cualquier caso el esc¨¢ndalo est¨¢ servido y Espa?a y los espa?oles, tenemos derecho a conocer lo que se hizo con ese dinero p¨²blico. Y B¨¢rcenas, que tiene un buen abogado, deber¨ªa explicar de d¨®nde sal¨ªa ese dinero y si las empresas que se acogieron a la amnist¨ªa fiscal eran suyas o de m¨¢s personas, pues probablemente, y como consecuencia del generoso sueldo que cobraba, pueda tener una explicaci¨®n que le aparte definitivamente del delito. Callar, a veces, es complicidad. Otra cosa son las responsabilidades pol¨ªticas, que el PSOE, con Rubalcaba a la cabeza, debe pedir con firmeza y no con la boca chica como lo viene haciendo hasta ahora, pues da la sensaci¨®n de que ellos tambi¨¦n tienen algo que ocultar.

El sistema constitucional espa?ol es lo suficientemente fuerte para soportar una crisis pol¨ªtica de esta magnitud. Hay personas muy cualificadas, tanto en el Gobierno, en el PP, y en el PSOE, para sustituir a quienes deban caer, con delito o sin delito, por este monumental esc¨¢ndalo. ¡°Que cada palo aguante su vela¡±, afirm¨® la secretaria general, Mar¨ªa Dolores de Cospedal. Efectivamente, y ella la segunda. Pues el primero que nos debe una explicaci¨®n es el jefe del PP, Mariano Rajoy. Es una cuesti¨®n de patriotismo y de ejemplaridad, como dir¨ªa el fil¨®sofo Javier Gom¨¢. Y de honor. Si no creemos en quienes gobiernan la naci¨®n, ?c¨®mo podr¨¢n soportar los ciudadanos tantos sacrificios como se les est¨¢n exigiendo?

Jorge Tr¨ªas Sagnier es exdiputado del Partido Popular.