Cierre definitivo con un largo recorrido
Urkullu quiere atraer a la izquierda ¡®abertzale¡¯ para que el Parlamento vasco consolide el final de ETA
Hace quince meses, pocos d¨ªas despu¨¦s de la declaraci¨®n del cese definitivo de ETA, el presidente del PNV, I?igo Urkullu, se entrevist¨® con el a¨²n presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, y le reclam¨® la flexibilizaci¨®n de la pol¨ªtica penitenciaria con los presos de la banda, empezando por un acercamiento a las c¨¢rceles vascas, con el argumento de que la nueva etapa que se abr¨ªa con el cese de la violencia requer¨ªa el final de las medidas excepcionales. A Zapatero, aunque compart¨ªa esta opini¨®n, no le pareci¨® conveniente mover pieza ante la inminencia de las elecciones generales del 20-N.
En enero de 2012, Urkullu se lo volvi¨® a plantear a Mariano Rajoy, ya instalado en La Moncloa, y se lo repiti¨® en julio, en un segundo encuentro. Pero Rajoy apenas ha atendido la reclamaci¨®n. El ¨²nico movimiento de entidad que ha realizado su Gobierno ha sido la excarcelaci¨®n, en agosto, del preso terminal de ETA, Josu Uribetxeberria Bolinaga.
Urkullu vuelve por tercera vez a La Moncloa el 30 de enero, ahora como lehendakari ¡ªel d¨ªa 21 se entrevist¨® con el Rey¡ª y volver¨¢ a poner sobre la mesa, junto con el reto de la crisis, la flexibilizaci¨®n de la pol¨ªtica penitenciaria, un asunto que lleva personalmente.
La ¨²ltima encuesta del Euskobar¨®metro, el prestigioso sondeo de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, se?ala que solo el 23% de los vascos defiende el cumplimiento ¨ªntegro de penas de los etarras, aunque otro 29% se opone a la reinserci¨®n de los reclusos con delitos de sangre. Y otra amplia mayor¨ªa apoya medidas como la excarcelaci¨®n de etarras gravemente enfermos.
En Euskadi, tras 15 meses sin terrorismo, ha calado mayoritariamente la idea de que ETA ha cesado definitivamente y ya se la da por amortizada. Pero tambi¨¦n existe una opini¨®n mayoritaria de que para consolidar el fin de ETA deben desaparecer las medidas excepcionales introducidas por los Gobiernos cuando la banda actuaba y reactivarse las pol¨ªticas de reinserci¨®n.
Rajoy es receptivo a estos argumentos de Urkullu, al que valora como interlocutor preferente en la pol¨ªtica vasca. Ha tomado nota de su desmarque de la estrategia de la izquierda abertzale, como revel¨® la inasistencia del PNV a la manifestaci¨®n multitudinaria del 12 de enero en Bilbao, favorable a los presos. Y tambi¨¦n tiene en cuenta su toma de distancia del reto soberanista de Artur Mas al Estado.
Pero Rajoy se encuentra paralizado, atrapado entre la espada y la pared. La presi¨®n procedente de una mayor¨ªa de vascos favorable a la flexibilizaci¨®n penitenciaria y a la reinserci¨®n de los presos etarras tiene enfrente a la proveniente de una amalgama, partidaria de mantener las medidas excepcionales, en la que se unen el sector del PP que rodea a Jaime Mayor con parte de la ¨¦lite de las asociaciones de v¨ªctimas del terrorismo, adem¨¢s de algunos medios de comunicaci¨®n de la derecha y UPyD.
Rajoy, que no quiere a?adir m¨¢s problemas a los que ya tiene, se mueve en ese dif¨ªcil equilibrio y la actitud de ETA facilita su par¨¢lisis. El colectivo de presos de ETA sigue en la consigna de amnist¨ªa para todos, lo que imposibilita una soluci¨®n para los 600 etarras encarcelados en Espa?a, pese a las peticiones de algunos relevantes dirigentes de la izquierda abertzale de que asuman la legalidad penitenciaria del mismo modo que ellos asumieron la Ley de Partidos para lograr que Sortu fuera legal.
Este es el momento en que la izquierda abertzale ha tirado la toalla en ese intento ante la actitud de algunos presos etarras, que consideran ¡°humillante¡± reconocer el fracaso de su pasada actividad terrorista para obtener beneficios penitenciarios y que condicionan al colectivo.
El Ministerio del Interior s¨®lo ofrece dos salidas a los presos de ETA: asumir la reinserci¨®n individual con todas sus consecuencias (reconocer la responsabilidad por el da?o causado, la reparaci¨®n y el rechazo a la violencia) o lograr la disoluci¨®n de la banda, lo que autom¨¢ticamente implicar¨ªa la flexibilizaci¨®n de la pol¨ªtica penitenciaria.
El anterior Gobierno vasco, de Patxi L¨®pez, trat¨® de romper esta par¨¢lisis con la propuesta de un acercamiento selectivo de presos de ETA a las c¨¢rceles vascas para facilitar su reinserci¨®n y que sirviera de acicate para el resto del colectivo. El consejero socialista de Interior, Rodolfo Ares, se lo sugiri¨® al ministro Jorge Fern¨¢ndez, en mayo. Pero Fern¨¢ndez no os¨® dar ese paso. Lo que hizo fue excarcelar, en agosto, al preso de ETA, Uribetxeberria. La dura reacci¨®n que encontr¨® en el sector radical del PP, UPyD, la ¨¦lite de asociaciones de v¨ªctimas del terrorismo y algunos medios de comunicaci¨®n de la derecha le ha disuadido de dar m¨¢s pasos en esa direcci¨®n.
Urkullu aprovechar¨¢ su buena sinton¨ªa con Rajoy para pedirle el mi¨¦rcoles una pol¨ªtica penitenciaria inteligente, que desactive el victimismo en el entorno de los presos de ETA, que puede ser muy contraproducente a largo plazo para la convivencia en Euskadi. Pero, en aras de la eficacia y para evitar que la izquierda abertzale capitalice su posici¨®n, tampoco har¨¢ bandera pol¨ªtica de la cuesti¨®n de los presos de ETA ante Rajoy. Tampoco ha querido dar protagonismo a los facilitadores internacionales para huir de la estrategia de la izquierda abertzale.
Por el contrario, lo que pretende es atraer a ese grupo su estrategia, el Parlamento vasco como motor para consolidar el fin de ETA, con la pol¨ªtica penitenciaria como una de las piezas b¨¢sicas.
Pese a los problemas para su configuraci¨®n ¡ªtambi¨¦n los plantean el PP y UPyD¡ª, todo apunta a que la izquierda abertzale acabar¨¢ integr¨¢ndose en la ponencia parlamentaria, creada al final de la anterior legislatura vasca y que pretende relanzarse en la actual. La izquierda abertzale ha comprobado que su movilizaci¨®n callejera ha tocado techo y, adem¨¢s de confiar en que el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo anule la doctrina Parot hacia el verano, necesita ampliar sus l¨ªmites de influencia. Ser¨¢, pues, el Parlamento vasco el marco en el que se aborde la consolidaci¨®n del final de ETA por ser el ¨²nico capaz de romper las inercias a trav¨¦s de amplios consensos que s¨®lo se logran en un proceso al que se le prev¨¦ un recorrido muy largo.
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