De ¡®abertzale¡¯ a mediador
Jonan Fern¨¢ndez pas¨® de fundar el movimiento social Elkarri a convertirse en defensor del di¨¢logo
Jonan Fern¨¢ndez (Tolosa, Gipuzkoa, 1962) es una especie de guadiana de la pol¨ªtica vasca, pues ha ido apareciendo y desapareciendo de la escena p¨²blica casi tanto como ha querido a lo largo de los ¨²ltimos 25 a?os. Era concejal de Herri Batasuna (HB) en su localidad natal, cargo que ocup¨® entre 1987 y 1991, cuando de pronto alcanz¨® notoriedad al convertirse en el portavoz de Lurraldea. Esta coordinadora ecologista batall¨® a brazo partido contra las instituciones ¡ªla Diputaci¨®n de Gipuzkoa y el Gobierno de Navarra¡ª para impedir la construcci¨®n de la autov¨ªa de Leizaran, que en aquellos a?os fue otro de los objetivos criminales de ETA.
Han pasado m¨¢s de dos d¨¦cadas desde entonces y Fern¨¢ndez va a asumir ahora la Secretar¨ªa General de Paz y Convivencia del Gobierno vasco, un cargo para el que ha sido elegido por el lehendakari, I?igo Urkullu, de qui¨¦n depender¨¢ org¨¢nicamente. Durante todo este periodo, la trayectoria de Fern¨¢ndez ha evolucionado desde la radicalidad de las tesis de la izquierda abertzale hasta la moderaci¨®n de unos postulados pol¨ªticos que defienden el acuerdo y la reconciliaci¨®n para poner fin a la violencia terrorista para siempre.
A finales de 1992, fund¨® y se erigi¨® en el coordinador del movimiento social Elkarri, en el que participaron otros militantes de Herri Batasuna y donde lider¨® una estrategia a favor de la consulta y del di¨¢logo con ETA mediante encuentros de organizaciones pacifistas y conferencias de paz.
Durante esta etapa, en la que entabl¨® amistad con el exministro socialista Ernest Lluch, asesinado por ETA, o el fallecido Nobel de Literatura Jos¨¦ Saramago, al que admiraba, fue modulando su discurso hasta adoptar una posici¨®n de ¡°equidistancia¡± y ¡°neutralidad¡± sobre la realidad vasca, seg¨²n admiten quienes han trabajado junto a ¨¦l.
En aquellos a?os en los que abogaba por una ¡°soluci¨®n dialogada¡± del conflicto, Fern¨¢ndez fue denostado por Batasuna, que neg¨® en 2005 a Elkarri el papel de intermediario que quer¨ªa jugar y le acus¨® de actuar ¡°a favor de una parte¡±.
Tampoco tuvo una buena acogida entre los colectivos de v¨ªctimas, que siempre le han visto m¨¢s pr¨®ximo a las teor¨ªas de la izquierda radical y algunos de los cuales, como la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo (AVT) o Covite, han vuelto ahora a cargar contra ¨¦l.
Tras la desaparici¨®n de Elkarri a finales de 2005 y su refundaci¨®n como Lokarri, Fern¨¢ndez, casado y padre de tres hijos, amante de la monta?a, inici¨® una nueva aventura, m¨¢s en la sombra, y pas¨® a dirigir el centro Baketik, una fundaci¨®n por la paz impulsada por los franciscanos del santuario de Arantzazu, en la localidad guipouzcoana de O?ati, que ahora dejar¨¢.
Los m¨¢s cercanos destacan su capacidad de reflexi¨®n, humildad y su capacidad de convencer.
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