El Supremo denuncia la politizaci¨®n del Tribunal de Cuentas
Una sentencia advierte que ya hay m¨¢s funcionarios nombrados por los partidos que de carrera El pleno est¨¢ controlado por el PP y el PSOE
No es habitual que el Tribunal Supremo sea tan expl¨ªcito en sus sentencias, pero quiz¨¢ esta vez lo ha hecho porque no es la primera vez que se pronuncia sobre los intentos de llenar el Tribunal de Cuentas con funcionarios de libre designaci¨®n, lo que conlleva un alto riesgo de politizaci¨®n. El asunto es grave porque este organismo es clave para detectar la corrupci¨®n. En una sentencia del pasado 3 de diciembre, desestima dos nombramientos de cargos, la subdirectora adjunta de la Asesor¨ªa Jur¨ªdica y el asesor econ¨®mico financiero, nombrados por indicaci¨®n del pleno, el m¨¢ximo ¨®rgano. El texto reclama m¨¢s funcionarios de carrera, que llegan por oposici¨®n, para que sean mayor¨ªa y afirma que sobran 30 de los recomendados.
El pleno del tribunal siempre ha estado controlado por los dos grandes partidos, que se convierten en los fiscalizadores del dinero p¨²blico, que, por otra parte, ellos mismos gastan. Ahora el PP (ocho puestos) domina el pleno, frente al PSOE, que tiene cuatro asientos.
Esta misma semana el Tribunal Constitucional se ha unido al Supremo en la lucha contra la intromisi¨®n en el Tribunal de Cuentas. En una sentencia de la sala primera, presidida por Pascual Sala, declara inconstitucional que se rebaje la titulaci¨®n necesaria para acceder al cuerpo superior de auditores, como pretendi¨® el PSOE en 2008. Otra victoria para la profesionalizaci¨®n de este organismo.
El Tribunal de Cuentas es un objeto de deseo para los pol¨ªticos por ser el gran fiscalizador, a posteriori, de los miles de millones que gasta la Administraci¨®n. Incluso analiza las controvertidas cuentas de los partidos pol¨ªticos, eso s¨ª, con gran retraso. Por eso, el Tribunal Supremo alerta de la peligrosa situaci¨®n que ten¨ªa en 2011 ¡ªa?o del litigio¡ª cuando eran mayor¨ªa los funcionarios llegados de otras Administraciones: 94 frente a los 89 letrados y auditores de carrera. En la sentencia, cuyo ponente fue Vicente Conde, se recuerda al pleno que de los 206 puestos que ten¨ªan dotaci¨®n presupuestaria, "142 corresponden a la plantilla de los Cuerpos Superiores (...), por lo que solo podr¨¢n cubrirse por funcionarios de Cuerpos de Administraciones P¨²blicas y de la Seguridad Social 64 puestos, l¨ªmite que se halla hoy ampliamente superado". La afirmaci¨®n supone denunciar que hay 30 personas de otras Administraciones que trabajaban de forma irregular.
Por esta puerta de atr¨¢s lleg¨® al Tribunal Manuel Aznar, hermano del expresidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Primero fue funcionario, pero despu¨¦s fue ascendido a vocal del pleno; es decir, con ch¨®fer, secretaria y alto sueldo. Manuel Aznar es responsable de inspeccionar los Ministerios de Hacienda, Econom¨ªa, Fomento y Sanidad, todos ellos de gran peso.
Los partidos, vigilados por ellos mismos
La prueba del algod¨®n que demuestra que algo no funciona en el Tribunal de Cuentas es el mecanismo de control de los partidos pol¨ªticos. Pese a ser un asunto clave para el buen funcionamiento de una democracia y una barrera frente a la corrupci¨®n, este organismo dedica pocos medios a esta labor y con curiosas anomal¨ªas.
Mientras los departamentos normales, que fiscalizan la Seguridad Social, las comunidades aut¨®nomas o las corporaciones, cuentan con unos 60 o m¨¢s funcionarios, los de los partidos pol¨ªticos han fluctuado desde los 12 a los 26 que ahora han colocado tras los esc¨¢ndalos publicados. Con estas cifras, no debe extra?ar que el ¨²ltimo ejercicio analizado de los partidos fuera 2007.
Adem¨¢s, no existe un cuerpo de funcionarios asignado porque el departamento se crea y se disuelve seg¨²n el trabajo que haya. Cada vez que hay que escudri?ar a los partidos, se reclaman funcionarios de otros departamentos hasta formar el grupo. ¡°Vienen a rega?adientes porque salen de sus divisiones a la fuerza. Al no existir un grupo estable, no hay especialistas en partidos, lo que provoca que sean menos eficaces. Cada vez que llegan, empiezan de cero¡±, comentan fuentes del tribunal.
Pero hay m¨¢s peculiaridades. Todos los departamentos del tribunal tienen un vocal responsable. Es el que sigue las averiguaciones que realizan los funcionarios. ?Y qu¨¦ pasa en partidos? Pues que en lugar de un responsable (que siempre corresponde a un partido) hay dos; chico y chica, PP-PSOE. As¨ª que, se podr¨ªa pensar, t¨² no me molestas a m¨ª y yo tampoco a ti. En medio pueden quedar soterradas las verdades inc¨®modas.
La situaci¨®n ha llegado al nivel del esc¨¢ndalo cuando el PP asegur¨® que era un partido auditado porque entregaba todos sus datos al Tribunal de Cuentas. Pero resulta que desde 2007 no hay informes, no hay control y ha llegado el momento de desempolvar carpetas a toda prisa en los archivos. El Tribunal de Cuentas espera entregar en verano el ejercicio de 2008 y para fin de a?o los de 2009, 2010 y 2011.
El presidente del Tribunal de Cuentas, Ram¨®n ?lvarez de Miranda, calific¨® hace d¨ªas de ¡°mejorable¡± la fiscalizaci¨®n de las cuentas de los partidos. Tras afirmar que solo ten¨ªan acceso a ¡°la contabilidad de los partidos¡±, ?lvarez de Miranda admiti¨® que deber¨ªan poder acceder a informaci¨®n de la Agencia Tributaria que ahora le est¨¢ vetada. Tambi¨¦n reclam¨® ¡°una legislaci¨®n m¨¢s estricta¡± sobre los proveedores de los partidos. El martes acude al Congreso. Ah¨ª puede reclamarla.
La situaci¨®n fue denunciada por la Asociaci¨®n de los Cuerpos Superiores de Letrados y Auditores del Tribunal de Cuentas que consideran que el Supremo "denuncia la falta de voluntad de los m¨¢ximos responsables de dotar con profesionales que son los que gozamos de una independencia probada ya que accedemos por oposici¨®n. Nosotros no formamos parte de la Administraci¨®n porque no participamos en la gesti¨®n de ning¨²n organismo ni debemos nuestro cargo a nadie", apunta Elena Vicente, presidenta de esta asociaci¨®n. "Adem¨¢s, tenemos una falta de movilidad de hecho, ya que no podemos ir a otros cuerpos de la Administraci¨®n; solo podemos trabajar en el Tribunal de Cuentas", recuerda. Por ¨²ltimo, apunta que la Asociaci¨®n "no pone en duda la profesionalidad ni la capacidad de los otros funcionarios", pero recuerda que desde 1987, cuando ech¨® a andar el tribunal tal como se conoce ahora, "nunca se ha cubierto el tope de los letrados y auditores, mientras que no han parado de incorporarse personas de libre designaci¨®n". Esta situaci¨®n choca con el argumento oficial de que al tribunal le faltan efectivos.
Fuentes oficiales del tribunal comentaron que tras la sentencia del Supremo, "el pleno tomar¨¢ medidas la semana pr¨®xima para modificar la relaci¨®n de puestos de trabajo en el sentido marcado por la sentencia", sin m¨¢s detalles. El problema no es f¨¢cil de solucionar: este a?o hay 174 funcionarios de cuerpos propios (que podr¨ªan continuar), y 175 de otras Administraciones. De estos, sobrar¨ªan m¨¢s de la mitad, si se aplica la sentencia, que conden¨® a costas al tribunal.
No es el primer caso. En 2009, la sala de lo contencioso-administrativo del Supremo anul¨® el nombramiento como subdirectora de Carmen de Vicente, hermana de Ciriaco de Vicente, del PSOE, que era consejero e incluso fue presidente.
Esta injerencia pol¨ªtica lleva a situaciones tan esperp¨¦nticas como que el grupo de funcionarios que analiz¨® un a?o las cuentas de la Seguridad Social estaba compuesto en su totalidad por exfuncionarios de ese organismo. Es dif¨ªcil creer en su independencia de criterio.
Adem¨¢s, para los nombrados v¨ªa digital, la llegada al Tribunal de Cuentas tiene una ventaja salarial muy importante. Seg¨²n fuentes internas, los trasladados tienen retribuciones m¨¢s bajas, que son elevadas autom¨¢ticamente. Los sueldos en este tribunal son de los m¨¢s elevados de la Administraci¨®n para evitar la tentaci¨®n de aceptar sobornos. Muchos llegan con nivel 23 de la Administraci¨®n y pueden alcanzar hasta el 30 si se mantienen tiempo en su trabajo. Es otra raz¨®n para ser agradecidos con los que les han nombrado.
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