No hay marcha atr¨¢s
Una vez m¨¢s, la cuesti¨®n de los reclusos queda para ETA en segundo lugar
En los 17 meses transcurridos desde que ETA declar¨® el cese definitivo de la violencia terrorista, la banda no hab¨ªa emitido ning¨²n comunicado amenazante, hasta el que conocimos este martes que habla por primera vez de ¡°consecuencias negativas¡±.
Las ¡°consecuencias negativas¡± no se traducen en una amenaza de regreso al terrorismo. ETA no est¨¢ en condiciones ni materiales ni pol¨ªticas para hacerlo. Solo una ¨ªnfima minor¨ªa de la banda terrorista y de la izquierda abertzale est¨¢n por la vuelta atr¨¢s.
El propio texto difundido por ETA lo aclara cuando se?ala: ¡°Seguiremos trabajando por una soluci¨®n duradera¡±. Y aclara que ¡°mantiene activa su interlocuci¨®n¡± y que ¡°este pa¨ªs necesita la paz y la libertad¡±.
El comunicado es un toque de atenci¨®n al Gobierno de Mariano Rajoy, que ha presionado sobre las autoridades noruegas para la expulsi¨®n de la direcci¨®n pol¨ªtica de ETA hace unas semanas. Los miembros de la c¨²pula terrorista resid¨ªan en Oslo desde noviembre de 2011.
El texto del comunicado difundido este martes por la organizaci¨®n etarra ci?e esas ¡°consecuencias negativas¡± a que esa expulsi¨®n de Oslo, que ETA interpreta como resultado del inmovilismo del Gobierno espa?ol, dificulta la resoluci¨®n de lo que ellos denominan ¡°el conflicto¡±.
Es un hecho probado el inmovilismo del Ejecutivo en materia de pol¨ªtica penitenciaria relacionada con presos etarras en estos 17 meses transcurridos desde el cese definitivo de la violencia. Pero ETA, en su comunicado de este martes, no hace ninguna referencia a ello. El malestar de ETA radica en que el Gobierno no solo no ha atendido su petici¨®n de di¨¢logo, propuesta en la Declaraci¨®n de Aiete de octubre de 2011, sino que ha roto la interlocuci¨®n para expulsar a su direcci¨®n de Noruega.
ETA ha hecho saber tambi¨¦n estos d¨ªas que ha cumplido su compromiso de verificaci¨®n del cese definitivo de la violencia, como lo hizo constatar recientemente el Grupo de ?msterdam que lidera Ram Manikkalingan.
Una vez m¨¢s, la cuesti¨®n de los reclusos queda para ETA en segundo lugar y es un terreno en el que se pod¨ªa avanzar, simplemente, con permitir que los presos de la banda se acogieran a la reinserci¨®n individual tras cumplir una serie de requisitos fijados en la ley. Por no hablar de lo que facilitar¨ªa las cosas un desarme unilateral, como paso previo a su disoluci¨®n.
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