El que avisa al viajero no es traidor

¡°Cuando el Gobierno, en una situaci¨®n de emergencia consular, decida intervenir en operaciones de asistencia en el extranjero, que comporten la utilizaci¨®n de recursos presupuestarios del Estado, podr¨¢ exigir el reembolso de la totalidad o parte de los mismos a quienes se hayan expuesto voluntariamente a riesgos sobre los que el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperaci¨®n informa en sus recomendaciones de viaje, publicadas y actualizadas puntualmente, en relaci¨®n con las condiciones de seguridad en los distintos pa¨ªses y regiones del mundo¡±.

La previsi¨®n contenida en el anteproyecto de ley de Acci¨®n Exterior y del Servicio Exterior del Estado, actualmente en tr¨¢mite de consulta, ha puesto la mosca detr¨¢s de la oreja a las ONG que trabajan en zonas de conflicto. ?Acaso pretende el Gobierno cobrar a las v¨ªctimas el importe de los rescates pagados a sus secuestradores? Fuentes diplom¨¢ticas lo niegan rotundamente.

No ser¨ªa viable. El Gobierno no puede reconocer el pago de un rescate y, aunque lo hiciera, le ser¨ªa dif¨ªcil presentar la correspondiente factura a los exrehenes. Pero el rescate es una m¨ªnima parte del coste de un secuestro, seg¨²n expertos en seguridad. No solo se paga a los secuestradores, sino tambi¨¦n a un pu?ado de intermediarios, sin contar con el despliegue de agentes del espionaje, para obtener informaci¨®n, o la movilizaci¨®n de medios de transporte.

El secuestro es la m¨¢s llamativa de una serie de situaciones en las que, con m¨¢s frecuencia de lo que trasciende, se ven envueltos ciudadanos espa?oles. Desde amantes de la aventura hasta freelance se exponen, por vocaci¨®n u obligaci¨®n, a situaciones de riesgo en zonas de conflicto. En un mercado laboral cada vez m¨¢s precario, algunos periodistas trabajan sin ni siquiera un seguro que les garantice la atenci¨®n m¨¦dica o la repatriaci¨®n en caso de emergencia.

El jefe de la diplomacia espa?ola, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo, intent¨® forzar la salida de los cooperantes espa?oles de los campamentos saharauis en julio pasado, esgrimiendo la amenaza de secuestro por parte de Al Qaeda. Algunos se negaron a dejar los campos de refugiados y otros volvieron al poco tiempo. Exteriores no pod¨ªa imped¨ªrselo. Pero les advirti¨® de que lo hac¨ªan bajo su propia responsabilidad, La mayor¨ªa acab¨® regresando a Espa?a cuando el Frente Polisario as¨ª lo acord¨®.

La ley de Acci¨®n Exterior pretende reforzar los consejos de Exteriores con un instrumento disuasorio: la posibilidad de exigir el reembolso de los servicios prestados. Y se remite para ello a las recomendaciones de viaje que figuran en la p¨¢gina web del ministerio (www.maec.es).

Estas recomendaciones no siempre son claras. En las fichas de muchos pa¨ªses figura la anotaci¨®n ¡°se recomienda viajar con precauci¨®n¡± o ¡°con extrema precauci¨®n¡±; en otros, ¡°se desaconseja el viaje salvo extrema necesidad¡±; y, en siete de ellos, ¡°no viajar bajo ninguna circunstancia¡±. Muchas fichas carecen de una anotaci¨®n de este tipo y hay que deducir cu¨¢l es la recomendaci¨®n de Exteriores a partir de la lectura del apartado sobre ¡°condiciones de seguridad¡± del pa¨ªs.

El Ministerio pide no ir a siete pa¨ªses ¡°bajo ninguna circunstancia¡±

No se trata solo de que las fichas hayan sido redactadas por personas distintas con criterios diferentes (?realmente Pap¨²a-Nueva Guinea es m¨¢s peligrosa que Afganist¨¢n?), sino que no son ajenas a condicionantes pol¨ªticos.

Para pa¨ªses como T¨²nez o Egipto, que intentan recuperar el turismo tras las convulsiones de la primavera ¨¢rabe, es fundamental que Exteriores no ahuyente a los espa?oles que planean ir all¨ª de vacaciones. Tampoco tiene sentido que Rajoy o Margallo animen a los empresarios espa?oles a ir a Argelia o Libia en busca de contratos mientras la p¨¢gina web del Ministerio les disuade de tal cosa.

Exteriores asegura que sus recomendaciones ¡°carecen de efecto vinculante¡± y solo sirven como ¡°aviso o consejo¡±. Y a?ade: ¡°el Estado no resultar¨¢ responsable en modo alguno ni por ning¨²n concepto de los da?os o perjuicios [causados] tanto por la observancia como por desconocimiento o no atenci¨®n de la recomendaci¨®n¡±. Es decir: con las reclamaciones a otra parte.

Hasta ahora, la ¨²nica normativa al respecto es una orden de 25 de abril de 2002 que regula las ayudas que Embajadas y consulados pueden conceder a los espa?oles que se encuentran ¡°en situaci¨®n de necesidad¡± en el extranjero. Con excepci¨®n de las ayudas de subsistencia, a detenidos y para entierros o incineraciones, el beneficiario est¨¢ obligado a reembolsarlas. Habitualmente la ayuda no llega a los 200 euros, que es la cantidad que puede entregar el consulado sin pedir permiso a Madrid.

La situaci¨®n cambiar¨¢ cuando entre en vigor la nueva ley: si Exteriores puede exigir el abono de los gastos a quienes no sigan sus consejos de viaje, lo contrario tambi¨¦n vale. ?O no?