Gallard¨®n reformar¨¢ la ley del aborto pero no el matrimonio homosexual

Mariano Rajoy, un hombre creyente y que sus m¨¢s cercanos definen como un conservador cl¨¢sico, siempre ha estado muy atento a las reclamaciones del ala de su partido m¨¢s cercana a las posiciones de la Iglesia cat¨®lica. Fue ¨¦l quien orden¨® a los m¨¢ximos dirigentes del PP que se manifestaran con los obispos contra el matrimonio homosexual. Sin embargo, ¨¦l siempre busca una imagen de moderaci¨®n. De hecho no fue a esas marchas y trat¨® de no mojarse antes de las elecciones en cuestiones clave como las bodas gais o el aborto. Adem¨¢s, la relaci¨®n de Rajoy con la Conferencia Episcopal, y en especial con Antonio Mar¨ªa Rouco, un hombre que no disimula su intento por influir en el PP, nunca ha sido buena. La irrupci¨®n, ayer, del cardenal en un d¨ªa especial para Rajoy, en Roma con el Papa, la complicar¨¢ a¨²n m¨¢s.

Una vez llegado al Gobierno, Rajoy ha encargado a Alberto Ruiz-Gallard¨®n estos asuntos delicados. La posici¨®n en principio parece clara sobre las dos cuestiones clave que ayer reclamaba Rouco: el matrimonio homosexual no se va a tocar, el Gobierno acata la sentencia del Tribunal Constitucional y el asunto est¨¢ cerrado. Pese a sus ideas sobre la cuesti¨®n ¡ª¨¦l dijo en la oposici¨®n que no cre¨ªa que los gais debieran poder adoptar y que no deber¨ªa llamarse matrimonio a su uni¨®n¡ª Rajoy ha sido pragm¨¢tico y ha visto que la mayor¨ªa de los espa?oles y de los votantes del PP apoyan las bodas gais. En el PP y en su propio Gobierno algunos ministros como Gallard¨®n las respaldaban y hasta las lleg¨® a celebrar cuando era alcalde. As¨ª que Rajoy no dar¨¢ satisfacci¨®n a Rouco.

En el aborto, te¨®ricamente tambi¨¦n deber¨ªa estar claro: el PP se ha comprometido a reformar la ley para defender los derechos del nasciturus y para eliminar la posibilidad de que las menores de 18 a?os puedan abortar sin autorizaci¨®n de sus padres. Pero la reforma est¨¢ claramente encallada. Gallard¨®n la ha retrasado ya tres veces. Primero prometi¨® que estar¨ªa en oto?o de 2012. Luego a finales de a?o. Despu¨¦s se apunt¨® a la Semana Santa de 2013. Ahora parece que podr¨ªa estar para el verano. Aqu¨ª Rajoy, que ve a los espa?oles m¨¢s divididos que con el matrimonio homosexual y sobre todo a su electorado muy escorado hacia un rechazo a la ley socialista, no ha querido esperar a que el Tribunal Constitucional falle. O al menos eso ha prometido, porque la ley sigue retras¨¢ndose.

Fuentes del Ejecutivo insisten en que ya est¨¢ cercana su aprobaci¨®n. Tal vez esa inminencia explique el nuevo intento de presi¨®n de Rouco, precisamente el d¨ªa en que Rajoy se ve con el Papa en Roma, para recuperar protagonismo ¡ªopacando medi¨¢ticamente incluso a Francisco¡ª y garantizar que su contenido le satisface.

Pero no es f¨¢cil. La ley ser¨¢ una marcha atr¨¢s pero no impedir¨¢ el aborto. De hecho, mientras gobernaba Aznar se practicaron 500.000 abortos porque ¨¦l no toc¨® la ley. Gallard¨®n sabe que haga lo que haga recibir¨¢ el ataque de la derecha o de la izquierda, o de los dos a la vez. El ministro busca ahora un complejo equilibrio. Parece claro que va a eliminar la ley de plazos socialista ¡ªsimilar a la que rige en la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos y aceptada por la derecha de esas naciones¡ª para volver a una de supuestos. Pero de la definici¨®n de esos supuestos, sobre todo de la laxitud con que se entienda el da?o psicol¨®gico a la madre, depender¨¢ que en Espa?a el aborto sea accesible o una aut¨¦ntica pesadilla legal.