¡°Hay una campa?a de acoso que busca forzar nuevas elecciones¡±
La decana est¨¢ a punto de cumplir sus primeros 100 d¨ªas al frente del colegio madrile?o Est¨¢ imputada por revelaci¨®n de secretos
Sonia Gumpert, madrile?a de 47 a?os, est¨¢ a punto de cumplir sus primeros 100 d¨ªas como decana de los 66.000 abogados de Madrid. Es la primera mujer que ocupa este puesto en los 417 a?os de historia de un colegio con 50 millones de presupuesto controlado en los ¨²ltimos decenios por decanos aupados al cargo con los votos de los grandes bufetes. Ajena a ese mundo de complicidades y contra todo pron¨®stico, Gumpert gan¨® por abrumadora mayor¨ªa: sum¨® 6.523 votos, m¨¢s del doble que el segundo (Antonio Hern¨¢ndez Gil, anterior decano) y tercer aspirante (Javier Cremades) juntos. Si la noche electoral fue de por s¨ª tensa, con presencia policial en el recuento de votos, m¨¢s a¨²n lo est¨¢n siendo sus primeras semanas de gesti¨®n. Las candidaturas que perdieron las elecciones la han denunciado por revelaci¨®n de secretos (el supuesto uso irregular de un listado de colegiados por parte del equipo de Gumpert el d¨ªa de las elecciones). Y un juez la ha imputado, contra el criterio del fiscal, por revelaci¨®n de secretos. Esta denuncia, as¨ª como la reciente renuncia de tres diputados de su propia Junta de Gobierno, es interpretada por muchos abogados de despachos modestos como parte de ¡°una campa?a sucia¡± que busca dejarla sin apoyos y forzar elecciones.
Pregunta. ?Hay en marcha una operaci¨®n para minar la Junta de Gobierno y forzar nuevas elecciones?
Respuesta. S¨ª, sin duda. Tenemos la percepci¨®n de que se est¨¢ haciendo una injusta campa?a de acoso y desprestigio a la nueva Junta de Gobierno.
P. ?Qui¨¦n le mueve la silla?
R. Viene del entorno del segundo secretario [se refiere, sin nombrarlo, a Juan Jos¨¦ S¨¢nchez Puig]. Quer¨ªa renovar toda la estructura de personal del Colegio.
P. La junta se compone de 14 diputados y tres ya se han ido.
R. Uno de ellos ha sido por un tema estrictamente personal. Pero la amistad se mantiene.
P. ?Y los otros dos?
Es mentira que haya utilizado viajes del Colegio en beneficio propio
R. Son el secretario segundo, que sustituy¨® al anterior, y la tesorera. El secretario plante¨® despedir a 50 personas y sustituirlas por no se sabe qui¨¦n. No acab¨® de concretar a qui¨¦n quer¨ªa cambiar y por qui¨¦n. En su planteamiento hab¨ªa injerencias de terceros. Nos pareci¨® una decisi¨®n prematura e il¨®gica. No se puede llegar a un lugar y cambiar a 50 personas. La tesorera luego se apunt¨® a su teor¨ªa. Fue una decisi¨®n desleal. Lo hicieron sin previo aviso a la Junta. El mensaje que se difundi¨® en esta casa es que ¨ªbamos a cortar cabezas. ?Pero c¨®mo se puede decir eso a gente que est¨¢ en su puesto de trabajo? Hay cargos de confianza en el Colegio, y ya se valorar¨¢ si hay que sustituir a alguien.
P. ?Eligi¨® mal a los miembros de su candidatura?
R. Se eligi¨® a los integrantes por las cualidades y disposici¨®n que ten¨ªan. Y el programa era un compromiso para modernizar y renovar el colegio
P. Se habla de que puede haber m¨¢s deserciones.
El segundo secretario plante¨® despedir y cambiar a 50 personas
R. No. Esta es una junta compacta. Somos tres menos, pero los dem¨¢s seguimos con la misma ilusi¨®n.
P. Le reprochan que ha realizado viajes innecesarios y que algunos lo han sido en inter¨¦s de su propio despacho.
R. Eso es mentira. En enero fui a la apertura del a?o judicial en Mil¨¢n, en el que deb¨ªa estar representado el Colegio. En nuestro programa est¨¢ revitalizar la presencia institucional. Luego estuve en la festividad de Colegio de Abogados de Barcelona, San Raimundo de Pe?afort, donde siempre estuvo presente el Colegio de Madrid. Y, finalmente, en el marco de un acuerdo amparado por el Ministerio de Exteriores, estuve en Montevideo, Buenos Aires y Brasilia, donde, entre otros objetivos, se fij¨® crear una corte de arbitraje iberoamericana. Se puede estar de acuerdo o no en la gesti¨®n, pero no decir que se hace en beneficio propio. Son maledicencias e insidias.
P. La jornada electoral estuvo marcada por la pol¨¦mica. Desde las otras candidaturas se dijo que se hab¨ªan cometido graves irregularidades. Y la polic¨ªa intervino y se llev¨® dos ordenadores en manos de personal de su equipo con el supuesto censo de colegiados.
R. No se cometi¨® ninguna irregularidad. Yo no vi los ordenadores ni lo que hab¨ªa en ellos, pero me dijeron que hab¨ªa un listado con los nombres de nuestros simpatizantes. Y que se cotejaron esos datos con los que hab¨ªan ido a votar. Eso no es ninguna irregularidad. El listado de profesionales es p¨²blico. No se revel¨® ning¨²n secreto. Eso s¨ª, el signo del voto ni lo conocimos ni lo pudimos conocer.
P. Se le acus¨® de pagar taxis a algunos colegiados para ir votar.
R. No lo s¨¦, no me consta. Aun as¨ª, resulta insultante pensar que un abogado puede cambiar su voto por pagarle un taxi.
P. ?Un juez le ha abierto diligencias por el asunto de los ordenadores?
R. S¨ª, y es sorprendente. Hubo una juez, sustituta, era Navidad, que archiv¨® la denuncia (presentada por las candidaturas que no ganaron) con el informe favorable del fiscal. Al incorporarse el otro juez, tras recurso de las candidaturas perdedoras, reabri¨® la denuncia. El fiscal no ve delito.
P. ?Hay intereses ocultos en la decisi¨®n judicial?
R. Quiero creer y creo en la justicia. Esto es una interpretaci¨®n jur¨ªdica. Tengo tranquilidad, nada malo hemos hecho.
P. ?Se siente reforzada para seguir al frente del decanato o teme nuevas deserciones?
R. Absolutamente reforzada, porque la junta de gobierno sigue unida, tenemos un compromiso claro de superar este intento de desestabilizaci¨®n. Hemos recibido mensajes de compa?eros que entienden que lo que est¨¢ pasando obedece a intereses que no est¨¢n por la independencia del Colegio.
Me sorprende estar imputada por revelaci¨®n de secretos
P. ?Para qu¨¦ quieren esos poderes f¨¢cticos apoderarse del Colegio de Madrid? ?Hay alg¨²n tesoro escondido o son los 50 millones de presupuesto?
R. Yo no he encontrado el tesoro. Cuando lo halle lo contar¨¦¡ [sonr¨ªe]. No s¨¦, quiz¨¢s por el prestigio. Aqu¨ª solo hay trabajo y gesti¨®n diaria. Y queda mucho por hacer.
Hay dos factores que denotan el descontento que hab¨ªa: tradicionalmente la participaci¨®n en las elecciones ha sido del 10%; en estas ¨²ltimas, fue del 15%. No es mucho, pero s¨ª bastante m¨¢s. Los abogados peque?os han querido darle oportunidad de gobernar el Colegio a alguien de otro corte, ajeno a los grandes despachos.
P. Su campa?a empez¨® casi un a?o antes. Todo eso cost¨® dinero, ?qui¨¦n lo aport¨®?
R. A medida que el compromiso se fue ampliando y se adhirieron m¨¢s compa?eros, cada uno aport¨® seg¨²n sus posibilidades. Quien pod¨ªa m¨¢s, m¨¢s.
P. En estos primeros 100 d¨ªas de su gesti¨®n, ?qu¨¦ ha cambiado?
No he hallado el tesoro del Colegio, cuando lo encuentre, lo contar¨¦ [sonr¨ªe]
R. Se ha puesto en marcha la figura del diputado de guardia, un cargo electo, a disposici¨®n de los abogados las 24 horas del d¨ªa para los problemas que le puedan surgir. Antes no hab¨ªa nadie. Ahora hay d¨ªas en los que se reciben seis y hasta ocho llamadas. Tambi¨¦n hemos implantado un contacto directo con la decana: los martes recibo a colegiados para escuchar sus problemas y sugerencias. Al llegar al Colegio nos encontramos, por otro lado, con que el Servicio de Orientaci¨®n Jur¨ªdica se hab¨ªa cerrado. Hemos decidido continuarlo, aunque m¨¢s reducido. Entendemos que ayuda a no incrementar los gastos del turno de oficio, del que ahora se ocupan tres diputados que han impulsado el llamado expediente electr¨®nico, que agilizar¨¢ los pagos y los tr¨¢mites. Y, adem¨¢s, estamos buscando soluciones para el servicio m¨¦dico. En la anterior legislatura, en noviembre de 2001, se acord¨® externalizarlo. Sacar del colegio un servicio tan valorado y convertirlo en una mutua sin garantizar su prestaci¨®n no nos parece bien. Este servicio sufre lo que se llama la inversi¨®n de la pir¨¢mide. Los mayores son m¨¢s, demandan m¨¢s servicios, y los de abajo no subvencionan a los de arriba. Queremos que todos los colegiados aporten ideas a una comisi¨®n de trabajo que se va a abrir en busca de alternativas. Pero de momento el servicio seguir¨¢ dentro del Colegio. Tambi¨¦n queremos implantar el voto electr¨®nico: que el abogado pueda votar desde su despacho.
P. ?Eso restar¨¢ poder a los grandes despachos en las elecciones?
R. Es democratizar al m¨¢ximo el Colegio. Hay 66.000 abogados en Madrid; ejercientes, 38.000. Y suelen votar menos de 15.000. Es facilitar la democracia interna.
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