Presos de las buenas intenciones
Espa?a acogi¨® 700 cubanos en 2011 como refugiados pol¨ªticos Ahora muchos viven en la pobreza y penan por conseguir un empleo
Tras 23 a?os, 7 meses y 11 d¨ªas de c¨¢rcel, Arturo Su¨¢rez era considerado el preso de conciencia m¨¢s antiguo de Cuba. Su primera condena le lleg¨® en los a?os ochenta por unas pintadas contra la dictadura; la ¨²ltima, por el secuestro de un avi¨®n para escapar de la Isla, fue de 30 a?os. Desde su celda, Su¨¢rez, hijo de una Dama de Blanco y defensor del pacifismo de Martin Luther King, se convirti¨® en un reputado defensor de los derechos humanos, relatando en sus cartas a los observadores internacionales los abusos en las c¨¢rceles del r¨¦gimen.
En nombre de casos como el de Su¨¢rez, para quien Juan Pablo II pidi¨® la libertad en 1998, el ¨²ltimo Gobierno del PSOE negoci¨® a trav¨¦s de la Iglesia cubana una excarcelaci¨®n colectiva. Se desarroll¨® entre 2010 y 2011, cuando 115 presos llegaron a Espa?a junto a 650 familiares. Las gestiones del entonces ministro de Exteriores, Miguel ?ngel Moratinos, y del cardenal de La Habana, Jaime Ortega, fueron alabadas como ejemplo de diplomacia y gesti¨®n humanitaria. Ram¨®n J¨¢uregui atribuy¨® al Gobierno socialista ¡°el orgullo de decir al mundo que ha sacado a los presos de conciencia de las c¨¢rceles cubanas¡±: mientras, por parte del PP, Esperanza Aguirre y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar acogieron a los presos como h¨¦roes de la democracia.
Fueron d¨ªas de flashes y rosas. Tres a?os despu¨¦s, el balance de la operaci¨®n es una met¨¢fora de los males de la acci¨®n humanitaria: grandes intenciones, deficiente planificaci¨®n, demasiados imprevistos y muy pocos recursos. Este martes el desahucio en Alicante del cubano Gilberto Mart¨ªnez ha devuelto a los disidentes a los focos. Mart¨ªnez, que asegura que fue detenido y condenado a tres a?os de c¨¢rcel por haberse hecho ¡°amistades opositoras¡±, no ten¨ªa dinero ni para el alquiler desde que en julio le retiraron las ayudas: 400 euros de Cruz Roja y 595 del Gobierno. ¡°Nos trajeron enga?ados a Espa?a: nos prometieron trabajo, una casa y ayudas, y no tenemos nada¡±, protesta. Sus hijos de 8, 15 y 22 a?os se alojan con otra familia cubana que el d¨ªa 26 se enfrenta a un lanzamiento. ¡°Si me dicen en Cuba la crisis que hab¨ªa en este pa¨ªs, me hubiera quedado all¨ª¡±, se lamenta.
Nos prometieron una casa y ayudas, y no tenemos nada¡±, dice un disidente
Como corresponde a una operaci¨®n de gran peso medi¨¢tico, la acogida de los cubanos se resolvi¨® de forma m¨¢s r¨¢pida que la de la mayor¨ªa de refugiados, y autom¨¢ticamente todos obtuvieron permisos de residencia y trabajo. Sin embargo, el dinero y el inter¨¦s escamp¨® a los 18 meses, plazo que contemplaban los convenios firmados entre Espa?a y los acogidos. Coincidiendo con la llegada al poder de Mariano Rajoy, las ONG Accem, CEAR y Cruz Roja, que gestionaban el programa, dejaron de recibir subvenciones por los excarcelados. El nuevo ministro de Exteriores, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo, solo se comprometi¨® a acelerar las homologaciones de t¨ªtulos y la inserci¨®n laboral, de la que no se tiene noticia. Los disidentes m¨¢s vulnerables (enfermos, familias monoparentales...) han recibido ayudas durante tres a?os; el resto han sido tratados como ¡°emigrantes normales¡±, explican desde el ministerio de Empleo, responsable del seguimiento de los cubanos que se han beneficiado de programas sociales . Fuentes del actual equipo de Exteriores aseguran que el PSOE pec¨® de optimismo trayendo una cantidad desorbitada de familiares y no exponi¨¦ndoles la situaci¨®n con realismo.
Un sector de los expresidiarios reclama al PP que cumpla con las responsabilidades heredadas. Para record¨¢rselas a Margallo, desde hace 397 d¨ªas, 10 cubanos se turnan para dormir frente a la sede de Exteriores. Uno de ellos es Miguel Fern¨¢ndez, de 50 a?os, ebanista de brazos fuertes y tatuados que viv¨ªa en La V¨ªbora (La Habana). Aterriz¨® en Madrid con su mujer, y desde all¨ª los derivaron a M¨¢laga a unas instalaciones de la Cruz Roja. ¡°Nosotros vinimos en cueros, con lo puesto de la c¨¢rcel¡±, relata. Mientras come arroz en un tupper, explica que protestan porque el Gobierno no ha invertido en ellos dinero del Fondo Europeo para los Refugiados que aseguran que puso a disposici¨®n de Espa?a la UE, aunque desde Trabajo aclaren que ese fondo se reparte entre todos los refugiados del pa¨ªs y que no hab¨ªa ninguna partida espec¨ªfica para los cubanos. ¡°Nuestra inserci¨®n estaba aparentemente organizada, pero luego chocamos con esto¡±, protesta Miguel: ¡°Ahora quer¨ªan que nos ech¨¢ramos atr¨¢s, pero sabemos resistir¡±.
Otro de los acampados es el hijo de 21 a?os del expresidiario Alberto Santiago Dubouchet. El que fuera director de la agencia de noticias Habana Press se colg¨® en su casa de Las Palmas de Gran Canaria en abril de 2012 para poner fin a una profunda depresi¨®n. Los exiliados no han querido acusar al Gobierno de la muerte de Dubouchet, un hombre destrozado por la prisi¨®n, pero recuerdan que el periodista falleci¨® literalmente sin un euro, mientras desesperaba por no conseguir una ayuda con que viajar de Canarias a M¨®stoles, donde le esperaban sus hijos.
Grupo disperso
Una de las peculiaridades m¨¢s espinosas a la hora de tratar con el colectivo de expresidiarios es su heterogeneidad. No porque abarque de m¨¦dicos a obreros; sino, sobre todo, porque incluye desde presos de conciencia del Grupo de los 75 a balseros y tipos duros sin excesivas convicciones pol¨ªticas. En algunos casos el motivo del encarcelamiento es difuso. Por ejemplo, Miguel Fern¨¢ndez prefiere no explicar por qu¨¦ pas¨® cinco a?os en prisi¨®n. ¡°Los Castro son muy listos¡±, profundiza en la pol¨¦mica otro de los cubanos m¨¢s cr¨ªticos sin dar su nombre: ¡°Aprovecharon que el PSOE no puso filtros y, entre los presos les metieron lo mismo col que lechuga¡±.
Las grietas dentro del grupo impiden trazar el destino que han seguido muchos de sus miembros. El Gobierno tampoco ofrece muchos datos. S¨ª est¨¢ claro que una cantidad considerable ha abandonado Espa?a, preferentemente por EE UU, donde ya ten¨ªan familiares que han servido de puente. Otros trataron de entrar al pa¨ªs a trav¨¦s de su frontera sur, M¨¦xico, con ¨¦xito dispar. ¡°Nosotros lo intentamos el 3 de marzo, pero no nos dejaron y tuvimos que regresar a Espa?a¡±, cuenta Miguel Fern¨¢ndez.
Muchos han emigrado a EE UU al no encontrar trabajo ni apoyos
Mientras que los acampados de Madrid piden al Gobierno que les ayude a cambiar de pa¨ªs si aqu¨ª no les puede ayudar, algunos de sus compa?eros censuran esta l¨ªnea reivindicativa. ¡°Llevamos dos a?os y medio aqu¨ª: el que quiso integrarse ha tenido tiempo¡±, explica uno de ellos: ¡°Espa?a pasa una crisis terrible y no puedes agarrarte a promesas¡±.
En todo el vuelo de Cuba a Espa?a, Arturo Su¨¢rez no quiso soltar a su beb¨¦, al que hab¨ªa visto una sola vez. Ahora vive de las ayudas de la Comunidad de Madrid. ¡°Tengo una renta m¨ªnima de 534 euros y me apoyan algunos familiares, pero estoy agradecido. Vengo de una tiran¨ªa. Hay que reubicarse y esperar. Lo mismo descargo cajas que trabajo de jardinero¡±, cuenta. Espera ilusionado el nacimiento de su segundo hijo, pero no oculta que lo que no consigui¨® la dictadura lo han logrado los a?os, las circunstancias y los compa?eros de viaje: ¡°Aqu¨ª, pol¨ªticamente no hacemos nada. Fui un l¨ªder de los derechos humanos, pero mi prioridad ahora es mi familia¡±.
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