Jos¨¦ Mar¨ªa Rodr¨ªguez Colorado y los a?os de plomo
Jos¨¦ Mar¨ªa Rodr¨ªguez Colorado falleci¨® el jueves pasado. No me dio tiempo a felicitarle por el buen juego que su equipo, el Real Valladolid, despleg¨® el pasado fin de semana en el Bernab¨¦u. Hijo de padre militar, su infancia transcurri¨® entre Burgos y Valladolid, y de ah¨ª le ven¨ªa su pasi¨®n por los colores blanquivioletas.
Desde que la vida se le dio la vuelta y m¨¢s tarde una fulminante enfermedad agrav¨® su existencia, Colo llevaba un tiempo silencioso. Su car¨¢cter expansivo se hab¨ªa vuelto m¨¢s reservado pero nunca, ni en los peores momentos, dej¨® de ser festivo y amistoso. Gran conversador, ingenioso, locuaz, afable y generoso, era el amigo que uno siempre quiere tener cerca porque no se agrieta nunca.
Nos conocimos a mediados de los sesenta en la Universidad de Deusto. A?os de rebeld¨ªa y descubrimiento de tantas cosas: la pol¨ªtica, las emociones, la amistad, y lo que realmente es importante de la vida. All¨ª se licenci¨® en Derecho y ¡ªcomo delegado en el Colegio Mayor¡ª dio los primeros pasos de una inquietud pol¨ªtica que a?os m¨¢s tarde, en 1974, le llev¨® a afiliarse al PSOE y ser elegido, con 30 a?os, alcalde de Majadahonda.
Para entonces, Colo ya era una joven promesa emergente del Partido Socialista y se consagr¨® como una s¨®lida apuesta en la nomenclatura socialista madrile?a, como presidente de la Diputaci¨®n, gobernador civil y posteriormente delegado del Gobierno de Madrid.
A partir de 1986, como director general de la Polic¨ªa, asumi¨® con eficacia e inteligencia la lucha antiterrorista, en tiempos especialmente duros, prestando grandes servicios a la naci¨®n, con riesgo para su vida.
Entre 1991 y 1995, el presidente de la Comunidad de Madrid, Joaqu¨ªn Leguina, le confi¨® su ¨²ltimo destino p¨²blico: la Consejer¨ªa de Pol¨ªtica Territorial, Obras Publicas y Urbanismo. De nuevo, su contribuci¨®n a tan estrat¨¦gico encargo se sald¨® con un ejercicio inteligente, donde predomin¨® la honestidad y la eficacia.
Tras 15 a?os al servicio del Estado, Jos¨¦ Mar¨ªa se cort¨® la coleta y ejerci¨® como abogado en una pr¨¢ctica sagaz y avisada del derecho. Pero en su ADN anidaba la pol¨ªtica y aunque en los ¨²ltimos a?os le invadi¨® una cierta inapetencia, su perspicacia para entender cuestiones complejas convert¨ªa sus an¨¢lisis ¡ªcompartidos y azuzados por Juli¨¢n Santamar¨ªa¡ª en conversaci¨®n siempre estimulante.
Cuando la vida se le dio la vuelta, su respuesta fue la prudencia, siempre reconfortado por sus tres hijos ¡ªPablo, Guille y Nacho¡ª y una mujer extraordinaria, ?ngeles. Sin olvidar tantos amigos, cirineos imprescindibles para entender la peripecia vital de los a?os de plomo: Oswaldo Rom¨¢n, Javier de Paz, Juan S¨¢nchez Calero, Mario Conde, Eduardo Junco, Jos¨¦ Mar¨ªa Tejerina y tantos otros.
Luis S¨¢nchez-Merlo fue secretario general del presidente del Gobierno (1981-1982).
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