Los muertos ¡®resucitan¡¯ en las estad¨ªsticas de Interior
Los crimin¨®logos consideran un desastre los registros oficiales sobre delincuencia Las tendencias son siempre favorables
No es posible un asesinato sin al menos un muerto. No lo es salvo en las estad¨ªsticas del Ministerio del Interior de los a?os 2005 y 2006, donde se produjo el absurdo de que el n¨²mero de homicidios consumados era superior al de v¨ªctimas. ¡°Salvo que los muertos sean divisibles¡±, razona la crimin¨®loga Antonia Linde, ¡°eso no es posible¡±. Pero lo fue. Como hay muertos que han resucitado entre una estad¨ªstica y otra. Estos y otros casos han sido objeto de la cr¨ªtica furibunda de la comunidad cient¨ªfica hacia las estad¨ªsticas oficiales de dicho departamento a lo largo de algo m¨¢s de una d¨¦cada.
Tr¨¢tese del ministro del que se trate, la tasa de criminalidad en Espa?a no para de bajar, como no para de subir el porcentaje de casos resueltos, hechos tan favorables y sorprendentes que han terminado por poner en seria duda la fiabilidad de las cifras oficiales, sobre las que termin¨® cayendo la sombra de la sospecha: no hay lugar menos transparente y donde se manipule m¨¢s que en Interior, si se escucha a los crimin¨®logos.
Hace unos d¨ªas, Interior present¨® el balance de criminalidad del primer trimestre de 2013, lo cual es una novedad del actual ministro, Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz: los datos no se dan ya por anualidades. Los malpensados opinan que as¨ª hay oportunidad de dar buenas noticias cada tres meses dado como est¨¢ de triste y deprimido el panorama nacional. Porque hay una ley no escrita entre la clase pol¨ªtica: salvo en los casos de atentados, Interior acostumbra a ser una fuente de buenas noticias.
La clase pol¨ªtica sabe que Interior suele ser fuente de buenas noticias
Y as¨ª ha sido esta vez: el n¨²mero de delitos y faltas ha bajado, como ha bajado un 26,4% el n¨²mero de homicidios y asesinatos. Ese es el dato bueno, ¡°dentro de un balance positivo y favorable¡±, recalca la nota oficial. El dato no tan bueno es que han subido los robos con fuerza en domicilios un 6,1%, pero inmediatamente la nota aclara que en la contabilizaci¨®n se han a?adido ¡°segundas residencias, garajes, trasteros, patios y zonas comunes¡±.
Un portavoz de la secretar¨ªa de Estado de Seguridad asegura que las estad¨ªsticas actuales son m¨¢s detalladas y van acompa?adas por primera vez de notas metodol¨®gicas y en formatos abiertos como excel y csv, para uso de investigadores y estudiosos. Dicho portavoz reconoce que, el pr¨®ximo mes de junio, Interior publicar¨¢ un anuario en el que recuperar¨¢ ¡°series hist¨®ricas, tipolog¨ªas penales y datos de v¨ªctimas que no se daban desde el a?o 2006¡±. ?Por qu¨¦ se perdieron dichas series? ¡°Los motivos, no los s¨¦¡±, explica, ¡°pero se pas¨® de dar tipolog¨ªas a dar indicadores, que posiblemente es m¨¢s sencillo de entender para el ciudadano, pero es una p¨¦rdida de datos importante para el experto¡±.
En Europa suben los delitos m¨¢s violentos. Aqu¨ª todo baja todo el tiempo¡±
Estas p¨¦rdidas, unidas a una serie de contradicciones estad¨ªsticas, han dado lugar a una merma de prestigio clamorosa entre el sector acad¨¦mico. As¨ª se entiende que haya publicaciones con t¨ªtulos tan sugerentes como el realizado por los expertos Marcelo Aebi y Antonia Linde, profesores de criminolog¨ªa de la universidad de Lausana (Suiza): El misterioso caso de la desaparici¨®n de las estad¨ªsticas policiales espa?olas. Este trabajo se public¨® en agosto de 2010. Un a?o despu¨¦s, Alfonso Serrano, profesor de Criminolog¨ªa de la UNED, titul¨® as¨ª una de sus obras: Dudosa fiabilidad de las estad¨ªsticas policiales sobre criminalidad en Espa?a.
La situaci¨®n era tal que una veintena de los m¨¢s reputados crimin¨®logos, adem¨¢s de las juntas directivas de las principales asociaciones, firmaron una nota de queja que dec¨ªa, entre muchas cr¨ªticas: ¡°Esta actitud, ileg¨ªtima en cualquier caso, resulta adem¨¢s incomprensiblemente torpe, pues suscita desconfianza hacia cualesquiera afirmaciones del ministerio sobre la evoluci¨®n de la delincuencia. Eso, en un momento en que todos los indicadores se?alan el descenso de la criminalidad en nuestro pa¨ªs en los ¨²ltimos a?os.Solo cabe pensar que se est¨¢ poniendo el parche antes que la herida, consolidando un secretismo que permita en el futuro impedir la divulgaci¨®n de evoluciones desfavorables de la criminalidad¡±. El ministro Rubalcaba mir¨® para otro lado.
Desde 2007, el Ministerio no ofrece datos sobre delincuencia juvenil
¡°Espa?a ha estado fuera de los principales estudios sobre criminalidad porque no hay datos desglosados, ni series hist¨®ricas, ni se conoce la metodolog¨ªa¡±, explica Antonia Linde. ¡°En general no todo sube y no todo baja. En general, en los entornos europeos, suben los delitos m¨¢s violentos y bajan los delitos contra la propiedad. Aqu¨ª todo baja todo el tiempo. Es imposible que esto pueda seguir bajando durante m¨¢s tiempo¡±, anuncia Linde, quien todav¨ªa recuerda c¨®mo en las estad¨ªsticas oficiales ¡°pasaron de golpe a sustituir cifras por porcentajes¡±. El problema, seg¨²n Linde y otros crimin¨®logos, es que no se sab¨ªa por cu¨¢nto hab¨ªan hecho la divisi¨®n. ¡°Lo m¨¢s f¨¢cil es contar muertos. Nos encontramos en 2005 y 2006 con menos muertos que asesinatos. Y que yo sepa un muerto no es divisible¡±.
Entre los numerosos casos de frustraci¨®n cient¨ªfica est¨¢ el de la investigadora Esther Fern¨¢ndez Molina, especializada en delincuencia juvenil. ¡°Lo peor es que no hay perspectivas. Las reformas llevan m¨¢s al secretismo que a la transparencia. Es un esc¨¢ndalo: desde 2007, Interior no ofrece datos de delincuencia juvenil. Si los quieres, tienes que escribir una instancia y trabajar con la sensaci¨®n de que ellos controlan y te dan los datos si quieren. En cuanto a la producci¨®n, no tenemos manera de saber c¨®mo calculan los datos. Y luego hay cifras negras: por ejemplo, la de los menores que agreden a sus padres. En tres a?os se han triplicado las cifras¡±, explica.
Recuperaremos en junio series hist¨®ricas perdidas desde 2006
Linde prefiere ser optimista. Trabaja fuera de plazo para que Interior le ofrezca estad¨ªsticas que incorporar al European Sourcebook, la revista m¨¢s prestigiosa en la materia. Cree que lo conseguir¨¢ y que los datos de Espa?a podr¨¢n figurar por vez primera en esta publicaci¨®n. El actual ministro del Interior promete poner orden en las estad¨ªsticas. Los expertos esperan que no se limite a cambiar datos anuales por trimestres para as¨ª contar buenas noticias cada tres meses.
20 coches robados no son 20 delitos
Cualquier estad¨ªstica policial arranca en el acto m¨¢s b¨¢sico: la persona que acude a poner una denuncia o la detenci¨®n de un delincuente. Lo que sucede a partir de ese momento sigue siendo un enigma, a juicio de los sindicatos mayoritarios (SUP en la Polic¨ªa y AUGC en la Guardia Civil), muy cr¨ªticos desde tiempo inmemorial con el sistema estad¨ªstico de Interior.
Portavoces de ambos sindicatos reconocen que fue con la llegada de Rubalcaba al ministerio cuando el apag¨®n informativo en materia de estad¨ªsticas se hizo m¨¢s evidente.
¡°Nosotros ten¨ªamos un experto en estad¨ªsticas en el sindicato¡±, comenta el portavoz del SUP (Sindicato Unificado de Polic¨ªa), ¡°una persona que ten¨ªa fuentes y nos permit¨ªa saber la verdad de algunas cifras. Lo fich¨® Rubalcaba y nos quedamos sin experto. Las unidades policiales ten¨ªan acceso a los datos estad¨ªsticos, pero todo se termin¨® centralizando en Madrid y se prohibi¨® divulgar informaci¨®n estad¨ªstica¡±. ¡°Las cifras se manipulan y se maquillan, antes y ahora. Si un mismo ladr¨®n roba 20 coches, no se apuntan 20 delitos, sino uno. Eso sigue pasando¡±, a?ade.
En el mismo sentido se manifiesta el portavoz del sindicato AUGC (Asociaci¨®n Unificada de la Guardia Civil): ¡°Las estad¨ªsticas se falsean por sistema. No hay una orden por escrito, pero se hace. Tenemos agentes destinados en inspecci¨®n para revisar las cifras. Ellos hacen y deshacen. Son los supervisores del SIGO¡±. SIGO (Sistema Integral de Gesti¨®n Operativa) es el sistema inform¨¢tico donde los agentes vuelcan todas las incidencias, por peque?as que sean.
¡°Hubo un mes que controlamos todas las denuncias en algunas unidades. Contabiliz¨¢bamos todo. Luego, vimos que muchos delitos se convert¨ªan en faltas para rebajar la gravedad o por cuestiones de productividad¡±, se?alan.
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