Sin rebeli¨®n en la granja

Ma?ana, mi¨¦rcoles 22, est¨¢ convocado el Consejo Europeo, que re¨²ne a los presidentes y primeros ministros de los 27 Estados miembros de la UE para abordar la pol¨ªtica fiscal. En particular, por lo que se refiere a la evasi¨®n de impuestos, despu¨¦s de las declaraciones del G-20 y de la OCDE contra los para¨ªsos fiscales y otras jurisdicciones permisivas. Porque su funcionamiento como refugio contribuye a agravar la crisis financiera iniciada con las subprime y a generar una distorsi¨®n de la competencia leal. Se trata de un prop¨®sito loable, que fue anunciado en la primera reuni¨®n del G-20 en 2008, va para cinco a?os, sin consecuencia alguna. Porque los abusadores gozan de toda clase de consideraciones, mientras para los trabajadores y los pensionistas las austeridades se aplican de modo fulminante. Ser¨¢ tambi¨¦n buen momento el Consejo de Bruselas para verificar c¨®mo se plasma esa actuaci¨®n en¨¦rgica que prometen ahora los presidentes de la Comisi¨®n y del Consejo, decididos a terminar con los b¨²nkeres fiscales alojados incluso en pa¨ªses miembros: Reino Unido, Luxemburgo y Pa¨ªses Bajos.

Ocasi¨®n oportuna para comprobar qu¨¦ se ha hecho de las decisiones adoptadas hace un a?o sobre la uni¨®n bancaria y la supervisi¨®n ¨²nica de las instituciones financieras. Porque, como dijo el profesor Jos¨¦ Manuel Gonz¨¢lez P¨¢ramo, que hasta hace unos meses form¨® parte del Consejo del Banco Central Europeo, en la VIII Jornada ¡°Europa a Debate¡± del pasado viernes, organizada por la Fundaci¨®n Carlos de Amberes y la Embajada de Irlanda, falta una explicaci¨®n a la ciudadan¨ªa para aclararle que ¡°la uni¨®n bancaria pretende garantizar la igualdad de valor de un euro depositado en cualquier entidad financiera de la zona, lo mismo si el dep¨®sito se ha hecho en Berl¨ªn que en Nicosia. Dado que si esa igualdad falla se produce una huida de capitales hacia aquellos pa¨ªses percibidos como seguros, que es lo que ha estado sucediendo hasta ahora¡±.

Dicen las informaciones de prensa que nuestro presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tiene previsto conversar por separado con el presidente de Francia, Fran?ois Hollande, que acaba de lanzar algunas propuestas del m¨¢ximo inter¨¦s para recuperar el proyecto de la UE. Pero parecer¨ªa obligado que tuviera adem¨¢s unas palabras con la canciller de Alemania, Angela Merkel. Porque es imprescindible pedirle explicaciones sobre su comportamiento de la semana pasada, cuando las autoridades de Berl¨ªn convocaron a lo m¨¢s selecto de los corresponsales en Bruselas y se permitieron, bajo el paraguas transparente del off the record que impide identificar al interlocutor, sembrar dudas abiertas sobre el sector bancario espa?ol. De semejante pu?alada trapera, asestada a otro pa¨ªs miembro, no guardan memoria los registros disponibles. Adem¨¢s de que la agresi¨®n sirvi¨® de se?uelo para desviar la atenci¨®n del hecho de que en su buque insignia ¡ªel Deutsche Bank¡ª se ha detectado una v¨ªa de agua que amenaza su flotaci¨®n.

Se entiende perfectamente a qu¨¦ juega el Gobierno alem¨¢n, interesado en que Europa le siga pagando como otras veces, como cuando la reunificaci¨®n, como cuando los incumplimientos de las obligaciones marcadas por la UEM, el precio de la consecuci¨®n de sus objetivos nacionales. Pero resulta incomprensible y es del todo asombroso que ni en La Moncloa, ni en G¨¦nova, sede nacional del PP, nadie se haya sentido en la obligaci¨®n de salir al paso para replicar en forma debida y batirse por la credibilidad de nuestra banca, un intangible cuya merma generar¨ªa grav¨ªsimas e irreparables erosiones. En Berl¨ªn han intentado madrugarnos se?al¨¢ndonos como un error que solo hici¨¦ramos uso de 40.000 millones de euros para la recapitalizaci¨®n de nuestra banca cuando se pusieron 100.000 a nuestra disposici¨®n. Eso s¨ª, pretenden salvar a Rajoy aduciendo que sigui¨® el dictamen de las auditoras, pero ocultan que ellos mismos impusieron que las auditoras fueran extranjeras y que una de las tres, alemana.

Todo indica que ma?ana en Bruselas no habr¨¢ rebeli¨®n en la granja de la UE y quedar¨¢ claro, como en la novela de George Orwell, que todos los animales, es decir, todos los Estados miembros, son iguales, aunque unos seamos m¨¢s iguales que otros. La imagen de Mariano Rajoy ser¨¢ la del escolar aislado, siempre temeroso en busca de aprobaci¨®n por parte de Frau Merkel. En actitud suplicante en vez de exigente con el cumplimiento de las reglas adoptadas, que bloquea de modo pertinaz la canciller para nuestro perjuicio. Cantaban Olga Manzano y Manolo Pic¨®n aquello de ¡°me matan si no trabajo y si trabajo me matan¡±, y ahora nos imponen los recortes y se asombran del paro que aflora. Pero nadie deber¨ªa sorprenderse por lo que es del todo previsible. El PP iba a devolvernos el prestigio, pero nos ha dejado sin aliados.