¡°Nos estamos muriendo. Mi ¨²ltima esperanza es la comisi¨®n de la verdad¡±
V¨ªctimas y juristas reclaman un ¨®rgano de investigaci¨®n de los cr¨ªmenes del franquismo Reunidos en una plataforma, buscar¨¢n que la ONU presione a Espa?a para su creaci¨®n
¡°Nos estamos muriendo. Ya quedamos muy pocos. Mi ¨²ltima esperanza es la comisi¨®n de la verdad¡±. Julia Merino, de 79 a?os, hija y sobrina de fusilados en la Guerra Civil, subi¨® ayer al escenario del abarrotado auditorio Marcelino Camacho, en la sede de CCOO en Madrid, para presentar, con otras v¨ªctimas del franquismo, juristas y expertos en derechos humanos, la Plataforma por la Comisi¨®n de la Verdad.
La plataforma agrupa a m¨¢s de 40 colectivos que ayer iniciaron una ¡°campa?a nacional e internacional¡± para reclamar la creaci¨®n de este instrumento que la ONU recomienda a pa¨ªses que han pasado dictaduras. En los ¨²ltimos 30 a?os lo han hecho 40 naciones. Se trata de un ¨®rgano de investigaci¨®n oficial y no judicial.
Desde Buenos Aires, donde hoy declarar¨¢ ante la juez argentina que investiga los cr¨ªmenes del franquismo, Baltasar Garz¨®n envi¨® un mensaje para la plataforma, que apadrina a trav¨¦s de su fundaci¨®n. El exjuez de la Audiencia Nacional explic¨® la necesidad de una comisi¨®n de la verdad para investigar "los cr¨ªmenes de la dictadura franquista, los sufrimientos padecidos por las v¨ªctimas de desaparici¨®n forzada, asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, juicios sumar¨ªsimos, robos de beb¨¦s" y estudiar "las indemnizaciones y restituciones que correspondan". "De nuestra parte est¨¢ la historia y a raz¨®n. La omisi¨®n institucional es tan clamorosa como vergonzante", a?adi¨®.
Tambi¨¦n el exdirector de la Unesco Federico Mayor Zaragoza, otro de los padrinos de la plataforma, envi¨® un mensaje: ¡°La comisi¨®n de la verdad es, como se ha demostrado en otros pa¨ªses, la mejor manera de dise?ar el otro mundo posible que anhelamos. Es hora de afrontar el pasado para entre todos construir el futuro que merecen las nuevas generaciones¡±.
La abogada Cristina Almeida clam¨® contra el olvido: ¡°Para poder olvidar, como nos piden, tenemos que saber. Todos quieren pasar la p¨¢gina de la guerra, de la dictadura, pero para pasar una p¨¢gina y no ser tramposo, hay que leerla primero. Y si no la quieren leer, les vamos a obligar a que la lean. Este pa¨ªs no tiene que tener miedo a su historia. Tiene que tener miedo a la ignorancia¡±.
Jaime Ruiz, presidente de la Asociaci¨®n Memoria Social y Democr¨¢tica, anunci¨® que la plataforma trasladar¨¢ al Parlamento Europeo y a la ONU el "abandono" de los represaliados del franquismo ¡ª¡°los m¨¢s de 120.000 desaparecidos, los exiliados, en n¨²mero suficiente para llenar un segundo pa¨ªs...¡±¡ª para que presionen a Espa?a a crear esta comisi¨®n de la verdad.
Araceli Manj¨®n, profesora de derecho penal de la Universidad Complutense, explic¨® que al cerrarse la v¨ªa judicial para investigar los cr¨ªmenes del franquismo ¡ª¡°Cualquier juez que lo intentase correr¨ªa la misma suerte que Garz¨®n¡±, dijo¡ª, la ¡°¨²nica opci¨®n¡± para las v¨ªctimas era la creaci¨®n de esta comisi¨®n. "Muchos testigos han fallecido, pero quedan algunos, quedan indicios y sobre todo quedan archivos".
Y Paco Tena, soci¨®logo y portavoz de la federaci¨®n que agrupa a 24 asociaciones de ni?os robados, insisti¨® en la necesidad de que se cree este ¨®rgano ante la dificultad que los afectados tienen para acceder a ¡°archivos eclesi¨¢sticos, de cl¨ªnicas y registros civiles¡±. ¡°Esto es un problema de Estado, no de unas familias. Y es un problema de car¨¢cter internacional porque en Marruecos, Francia, Venezuela, EE UU y M¨¦xico hay ni?os y sobre todo ni?as espa?olas, que fueron exportadas. Vendidas por encargo. Este pa¨ªs no puede permanecer indiferente a un drama como este¡±.
?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.