El destino de todos los ¡®Fortunas¡¯ del Rey
Don Juan Carlos renuncia al ¨²ltimo de sus cuatro yates de igual nombre

Lo escribi¨® el rey Juan Carlos, en El encanto de Mallorca, un libro de Baltasar Porcel, de 1983: ¡°No cambio por nada una buena jornada marinera. Si no fuese porque tengo que fichar en La Zarzuela, me pasar¨ªa la vida en el mar¡±. Ahora las cosas son diferentes. A sus 75 a?os, el Rey ha renunciado al uso y posesi¨®n de su barco, el Fortuna, por imperativos de imagen en tiempos de crisis y, probablemente, por recomendaci¨®n m¨¦dica para evitar riesgos a su castigada osamenta.
El Rey abandona su Fortuna,el ¨²ltimo de su conocida flota privada conocida desde 1970. Se trata de tres yates y un velero, todos llamados igual. Adem¨¢s, el Monarca fue el patr¨®n y ca?a de hasta 13 de los 15 veleros Brib¨®n, f¨®rmulas uno de alta competici¨®n para regatas en el Mediterr¨¢neo.
El Monarca, como sus antepasados ¡ªy sus hijos¡ª, es un navegante apasionado, un regatista que particip¨® en los Juegos Ol¨ªmpicos en 1972. Su rostro se curti¨® al sol y el viento, entre calmas marinas, sorpresas del oleaje y tormentas. Surcar el mar fue para ¨¦l ¡°un t¨®nico¡±, no un entretenimiento ni una diversi¨®n.
¡°Cuando me siento cansado, me basta con subir a bordo, enfilar la proa hacia afuera, sentir el aire en la cara, y recupero la energ¨ªa, la vitalidad¡±, anot¨®. Zarpar fue algo, seg¨²n se rese?a en el libro El Rey y Mallorca, ¡°a incluir dentro de mi programa para mantener mi trabajo a tope¡±, apunt¨® cumplidos a los 40 a?os.
De ni?o, el ahora Rey naveg¨® en el Fortunita por la bah¨ªa de Palma junto a su tutor, el marqu¨¦s de Mond¨¦jar. El diminutivo de la diosa mitol¨®gica marc¨® la tradici¨®n porque con su nombre matricul¨® y protegi¨® sus sucesivas naves.
El primer Fortuna del Rey en propiedad fue un peque?o velero de competici¨®n de 8,9 metros de eslora. Un clase Drag¨®n de 1962, de los astilleros daneses Borrensen, con el que compiti¨® por Espa?a en las Juegos Ol¨ªmpicos de M¨²nich de 1972. El casco qued¨® en el olvido y deteriorado. Fue localizado hace a?os en un astillero y restaurado a costa de grupo de amigos del mar de don Juan Carlos. Pagaron 60.000 euros y lo donaron al Rey, que lo cedi¨® al Museo Ol¨ªmpico de Barcelona. Ese Fortuna fue el regalo de boda de la princesa Sof¨ªa, que fue ol¨ªmpica de vela en 1960, cuando Grecia consigui¨® el oro en la clase Drag¨®n. Su hermano Constantino, Alberto de M¨®naco y el duque de Edimburgo, entre otros, usaron esas mismas embarcaciones.
El primer yate de recreo, otro Fortuna, para navegaciones familiares en Mallorca, lo tuvo el Monarca en 1976 y lo disfrut¨® solo tres a?os. Era una embarcaci¨®n que encarg¨® a los astilleros catalanes Viudes. Ten¨ªa 20 metros y alcanzaba los 30 nudos. Pod¨ªa albergar a ocho personas. En ¨¦l, don Juan Carlos fue anfitri¨®n de los reyes de B¨¦lgica y del presidente Adolfo Su¨¢rez. En la bah¨ªa de Palma, este Fortuna era el vecino menor del motovelero Giralda, de don Juan de Borb¨®n, el padre del Monarca. Este barco, de 22,8 metros fue un obsequio que le hicieron fieles donjuanistas en 1956. En 1993, tras la muerte de su progenitor, el Rey don¨® el barco para pr¨¢cticas de guardamarinas de la Escuela Naval de Mar¨ªn. El Giralda evoc¨® otro yate real del rey Alfonso XIII.
En 1979, don Juan Carlos vendi¨® este Fortuna al marqu¨¦s de Mond¨¦jar, que fue jefe de la Casa del Rey hasta 1990. Con el cambio de due?o, fue rebautizado como Trinidad III.
¡°No cambio nada por una buena jornada marinera¡±, escribi¨® el Monarca
El rey Fahd de Arabia Saud¨ª cumpliment¨® a don Juan Carlos en 1979 con la donaci¨®n del siguiente Fortuna, como muestra de ¡°la entra?able amistad¡± entre familias reales. El segundo barco marc¨® otra diferencia: ten¨ªa inicialmente 30 metros de eslora y una velocidad de 40 nudos. Era de aluminio y hab¨ªa sido construido en Estados Unidos por Palmer Johnson. Al cabo de un a?o, el Rey mand¨® alargarlo por popa tres metros y cambi¨® los motores en Avil¨¦s. El invierno siguiente se ampliaron a cinco los camarotes.
La Familia Real realiz¨® viajes y traves¨ªas con sus distintos Fortuna: a Cerde?a, Porto Cervo donde el Ag¨¢ Jan, el pr¨ªncipe de la rama chi¨ª de los ismael¨ªes, tiene un complejo residencial. Tambi¨¦n a Barcelona o a Marbella, para ver a los amigos de las monarqu¨ªas saud¨ªes. O Motril para visitar al rey Balduino y la reina Fabiola. Las vecinas islas de Cabrera, Formentera y Menorca ¡ªo las Columbretes¡ª eran destinos f¨¢ciles, casi diarios en verano. Bill Clinton y Lady Di fueron dos de los m¨¢s importantes navegantes. Tambi¨¦n Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.
Aquel moderno Fortuna, de color gris para camuflarse en el mar, comenz¨® a averiarse. Una vez, con el pr¨ªncipe Carlos a bordo, tuvo que ser remolcado. ¡°Es un cuatro latas, el pobre¡±, dec¨ªa el Rey. Tras un intento de venta p¨²blica con un cat¨¢logo especial ¡ªque se abort¨®¡ª, el obsequio del rey Fahd fue desguazado al cabo de 21 a?os de uso.
El ¨²ltimo Fortuna, desde 2000 hasta ahora, tiene una historia m¨¢s conocida. Construido en C¨¢diz, tiene 41,6 metros y fue uno de los barcos de recreo m¨¢s veloces del mundo de su eslora, con dise?o de Donald Blount. Llenar a tope sus dep¨®sitos de combustible requiere un gasto de 20.000 euros. Cost¨® cerca de 21,5 millones y 25 empresarios aportaron 600.000 euros cada uno, hasta los m¨¢s de 18 millones del presupuesto inicial. El Gobierno de Baleares miembro de la fundaci¨®n creada para este fin, Fundatur, abon¨® 2,7 millones. Los donantes reclaman ahora su propiedad, al entender que su objeto y raz¨®n quedan rotos al renunciar el Rey a su uso y disfrute.
Los empresarios que donaron el yate piden ahora que se les devuelva
En la saga naval de los Fortunas hay un hueco, un nonato. Se trata del barco que encarg¨® el Rey a los astilleros Mefasa de Avil¨¦s, en 1989, a trav¨¦s de Patrimonio Nacional por m¨¢s de seis millones de euros. En 1991, y tambi¨¦n por una necesaria imagen de austeridad, el Monarca renunci¨® a tomar posesi¨®n de la nave, de 36,5 metros de eslora y dise?ada por Don Shead, cuya construcci¨®n hab¨ªa seguido paso a paso.
Los astilleros eran de Banesto, en manos de Mario Conde que intent¨®, sin ¨¦xito, obsequiar al Monarca con el barco. Era la ¨¦poca de los superyates fastuosos de los reyes del capitalismo del pelotazo. Javier de la Rosa ten¨ªa el Blue Legend, y Mario Conde, el Alejandra. Al renunciar el Rey a la nave, varios millonarios quisieron comprarla. Ya no fue el Fortuna sino el Corona del Mar y fue usado por la viuda del fundador de Pescanova. Naveg¨® en alquiler. Tras una reforma err¨®nea se hundi¨® en puerto. Ahora est¨¢ a la venta por 1,8 millones.
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Los barcos del Rey
El primer Fortuna de don Juan Carlos fue un velero de 8,9 metros de competici¨®n con el que fue ol¨ªmpico en 1972. Fue un regalo de boda de do?a Sof¨ªa. Restaurado, est¨¢ en el Museo Ol¨ªmpico de Barcelona.
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En 1976, el Rey adquiri¨® su primer yate. Med¨ªa 20 metros. Fue vendido tres a?os despu¨¦s al marqu¨¦s de Mond¨¦jar, jefe de la Casa del Rey hasta 1990.
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En 1979, el rey Fahd de Arabia Saud¨ª regal¨® a don Juan Carlos el tercer Fortuna como muestra de ¡°la entra?able amistad¡± entre familias reales. El barco ten¨ªa 30 metros de eslora y alcanzaba los 40 nudos. Fue desguazado en 2000.
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En 2000, 25 empresarios aportaron 600.000 euros cada uno para regalarle un yate de 41,6 metros. El Gobierno de Baleares puso 2,7 millones. Llenar sus dep¨®sitos cuesta 20.000 euros. El Rey lo ha cedido a Patrimonio Nacional.
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