Aznar exige a Rajoy que aproveche sus votos con reformas de ¡°alta intensidad¡±
El expresidente reclama ¡°dejar claro que no est¨¢ abierta la discusi¨®n sobre la naci¨®n espa?ola¡±
El tono cambia, los gestos se dulcifican. Pero el fondo permanece igual. Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar sigue creyendo que tiene que poner deberes a su sucesor, marcarle el camino, exigirle que no se desv¨ªe. Y en una conferencia en el Club Siglo XXI, con un texto le¨ªdo y medido, un formato mucho m¨¢s controlado que el de la dur¨ªsima entrevista en Antena 3, el mentor de Mariano Rajoy exigi¨® al presidente, sin mencionarlo, que aproveche la ¡°hist¨®rica¡± mayor¨ªa que obtuvo en 2011 para reformar en profundidad la administraci¨®n, el Estado del bienestar, las pensiones, los impuestos, la educaci¨®n. Esto es, lo que Rajoy ha prometido, pero ya y con m¨¢s dureza.
A Aznar no le import¨® que en primera fila estuviera, en un clar¨ªsimo gesto de cese de hostilidades, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, la vicepresidenta y mano derecha de Rajoy. Baj¨® el tono pero reivindic¨® su entrevista ¡ª¡°He transmitido un mensaje claro a la sociedad espa?ola sobre lo que es una situaci¨®n grave. Es mi deber¡±¡ª y pidi¨® que no le critiquen ¡ª¡°necesitamos una actitud de no estar nadie contra nadie¡±¡ª.
Esa entrevista ha sido considerada como una declaraci¨®n de guerra por el entorno de Rajoy. Sin embargo, una vez comprobada la soledad del expresidente dentro de la estructura de poder del PP, y con los datos del paro de mayo en la mano, que han cambiado el ¨¢nimo del Gobierno, Rajoy y los suyos marcan una especie de tregua. Eso era la presencia de S¨¢enz de Santamar¨ªa y Jos¨¦ Manuel Soria (Industria).
Los aznaristas esperaban esta conferencia como el remate de una serie de tomas de temperatura de Aznar antes del verano. La sala estaba repleta. Eduardo Zaplana, exministro y presidente del Club Siglo XXI, gener¨® a¨²n m¨¢s expectaci¨®n al recordar que hace 25 a?os, Aznar pronunci¨® en este mismo foro, cuando era presidente de Castilla y Le¨®n, una conferencia muy esperada en la que abri¨® las hostilidades contra el entonces l¨ªder de AP, Antonio Hern¨¢ndez Mancha. Ah¨ª empez¨® el asalto al poder de Aznar. Una imagen demasiado jugosa para sus fieles. El expresidente no busc¨® ayer un asalto al poder pero s¨ª dej¨® clar¨ªsimo que va a seguir ah¨ª, marc¨¢ndole las l¨ªneas rojas a Rajoy, sobre todo con el asunto de su relaci¨®n con los nacionalismos.
La idea fundamental del expresidente es que los espa?oles est¨¢n preparados para cambios duros ¡ªel Gobierno cree que hay que ir con cautela para evitar un estallido social¡ª y el PP tiene que aprovechar la ocasi¨®n. ¡°Necesitamos un reformismo de alta intensidad¡±, insist¨ªa el expresidente. ¡°No podemos resignarnos a ser la sociedad que nuestras administraciones nos imponen¡±.
Para ¨¦l, la mayor¨ªa absoluta de 2011 le da a Rajoy una ¡°responsabilidad hist¨®rica¡± que ¡°debe entenderse como un mandato para retomar un programa de reformas m¨¢s profundo como lo espera la mayor¨ªa de los espa?oles. Debemos encauzar la voluntad de cambio. Debemos aprovechar el momento irrepetible en el que nos encontramos. Debemos actuar frente a la fatiga y el desencanto¡±. Una lista de deberes clara, una marcaje estrecho, pero sin amenazar con volver como en la entrevista. Claro que ayer no hab¨ªa nadie para preguntarle, y por eso pudo evitar todas las cuestiones delicadas, incluida la del caso G¨¹rtel.
En lo que m¨¢s claramente marc¨® la l¨ªnea fue en el tema nacional: ¡°Debemos dejar claro que no est¨¢ abierta la discusi¨®n sobre la naci¨®n espa?ola ni sobre su soberan¨ªa. Quien rompe los pactos debe asumir que si se reconstruyen no ser¨¢ en los t¨¦rminos que dicte la minor¨ªa¡±. Un mensaje pensado para Catalu?a. Aznar no se va, ha venido para quedarse e intentar marcar el paso, aunque tambi¨¦n mostr¨® que puede regular el tono de su rega?ina.
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