Aznar
Hay temas sobre los que el consenso es indispensable con o sin mayor¨ªa absoluta
Uno o dos d¨ªas despu¨¦s de la entrevista de Aznar en Antena 3, Ignacio Camacho, periodista que suele tener buena informaci¨®n sobre el PP, coment¨® en Onda Cero que esa aparici¨®n del expresidente formaba parte de un proyecto que inclu¨ªa un sondeo sobre los efectos de la entrevista y cuyo siguiente escal¨®n ser¨ªa otra intervenci¨®n p¨²blica en junio. Seguramente se trataba de la conferencia del lunes pasado en el Club Siglo XXI. La idea impl¨ªcita era que alguien estaba tanteando la posibilidad de un regreso de Aznar, y que, por tanto, lo que dijo sobre esa hip¨®tesis no era una improvisaci¨®n.
Pero no insisti¨® en ella el lunes. Seguramente alguien le aconsej¨® que no lo hiciera: porque la mera insinuaci¨®n es un factor de discordia en el PP y porque hacerlo va en contra de la imagen de s¨ª mismo construida por Aznar: la del l¨ªder que pudiendo seguir se retira voluntariamente. Cinco d¨ªas antes de las elecciones del 14 de marzo de 2004 (y dos antes de la masacre del 11-M), Le Monde publicaba una entrevista con ¨¦l cuyo t¨ªtulo, a cuatro columnas, era: ¡°La lecci¨®n de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar a la derecha francesa¡±. La lecci¨®n consist¨ªa en haber anunciado con tiempo que no permanecer¨ªa m¨¢s de dos legislaturas, y haberlo cumplido porque, como comentaba ¨¦l mismo, ¡°prolongar demasiado [la permanencia en el poder] tiene m¨¢s inconvenientes que ventajas¡±. Y a?ad¨ªa: ¡°Soy consciente del aspecto excepcional de mi decisi¨®n, que es el fruto de una reflexi¨®n pol¨ªtica y de un compromiso moral ante los ciudadanos¡±.
Que mantuviera ese compromiso fue motivo de elogios en los meses anteriores a las elecciones, incluyendo los de personas que apenas compart¨ªan otra cosa con ¨¦l. Pero si se trataba de una decisi¨®n moral, no condicionada por razones de oportunidad, la idea de volver una d¨¦cada despu¨¦s por los motivos que fueren destruir¨ªa esa imagen para devolver la de tantos dirigentes con s¨ªndrome de indispensables. Como si el Papa Ratzinger, cuya trayectoria tiende hoy a valorarse a la luz de su extraordinaria retirada, decidiera de pronto regresar por desacuerdo con la l¨ªnea del pontificado de Francisco.
En ausencia de ese factor personal que dio picante a la entrevista del 21 de mayo, lo sustancial de su conferencia del 10 de junio fue la apelaci¨®n a que Rajoy hiciera valer su mayor¨ªa absoluta para aplicar ¡°un programa de reformas de alta intensidad¡± no supeditado a la b¨²squeda de pactos o consenso sobre asuntos como la cuesti¨®n catalana, la reforma educativa o la fiscalidad. Se trata de una vieja convicci¨®n de Aznar, aunque a ¨¦l le fue mejor en su primera legislatura, cuando la falta de mayor¨ªa le obligaba a pactos diversos, que en la que se inici¨® en 2000 con esa mayor¨ªa asegurada.
El debate sobre la alternativa entre pactos o decisionismo es un cl¨¢sico de la pol¨ªtica europea. Hace m¨¢s de 20 a?os, Maurice Duverger public¨® un art¨ªculo titulado Europa, entre la impotencia y la decisi¨®n en el que sosten¨ªa que la distinci¨®n esencial entre los Gobiernos europeos no depend¨ªa de sus ideolog¨ªas sino de si contaban o no con una mayor¨ªa que ¡°permita resolver los problemas en vez de dejarlos en una permanente espera¡±. Una derivaci¨®n ulterior de ese debate fue el planteado en pa¨ªses con estructura federal, como Alemania. Thomas Darnst?dt es el autor de La trampa del consenso (Trotta, 2005), obra en la que intenta demostrar que la complicaci¨®n de los mecanismos constitucionales asociados a la descentralizaci¨®n no solo condiciona sino bloquea la toma de decisiones de las instituciones federales, en perjuicio de la eficacia.
La advertencia de Aznar ha coincidido, quiz¨¢s por casualidad, con un viraje de Rajoy a favor de explorar posibles acuerdos con la oposici¨®n en relaci¨®n a problemas como la posici¨®n espa?ola ante la pol¨ªtica europea o el bloqueo de la reforma educativa del ministro Wert. Este ¨²ltimo tema es uno de los que requieren consenso al margen de que el Gobierno tenga o no mayor¨ªa absoluta. Porque su aplicaci¨®n depende de una comunidad educativa muy plural y porque su eficacia requiere continuidad del marco legal.
Lo que no impide que cada vez que hay cambio de Gobierno el entrante se proponga cambiar el modelo anterior. Lo hizo el PSOE cuando gan¨® Zapatero, que primero paraliz¨® el calendario de aplicaci¨®n de la LCE, ya aprobada, y luego la derog¨®. Y lo ha hecho ahora el PP con su LOMCE; con el a?adido de que el PSOE ya ha anunciado su intenci¨®n de derogarla en cuanto vuelva a La Moncloa. La acusaci¨®n es siempre la falta de voluntad de consenso del otro.
Es un ejemplo de que no siempre la decisi¨®n para hacer valer la mayor¨ªa, modo Aznar, es el camino m¨¢s corto hacia la eficacia. Pero anunciar que la derogar¨¢ cuando pueda, modo Rubalcaba, no es corregir sino prolongar lo que se dice querer evitar.
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