La presencia de un 20% de diputados imputados divide al PP valenciano
Los implicados en casos de corrupci¨®n exhiben su apoyo al excluido Blasco
Las aguas bajan turbias en el PP valenciano. El partido que desde 1995 no ha dejado de acrecentar sus mayor¨ªas absolutas en la Comunidad Valenciana, ha perdido esta semana un diputado auton¨®mico de los 55 que obtuvo en las elecciones auton¨®micas de 2011.
El exconsejero y exportavoz parlamentario Rafael Blasco, empujado por la direcci¨®n regional del PP, se ha visto obligado a solicitar la condici¨®n de diputado no adscrito en las Cortes Valencianas. La renuncia, que tiene su origen en un caso de corrupci¨®n, ha puesto de manifiesto la fractura de un grupo parlamentario que tiene imputados al 20% de sus miembros y que cuestiona la gesti¨®n del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, ante los esc¨¢ndalos que azotan al PP valenciano.
Blasco est¨¢ imputado en dos causas por tr¨¢fico de influencias, malversaci¨®n de caudales p¨²blicos, prevaricaci¨®n y falsedad documental en relaci¨®n con el desv¨ªo de 10 millones de euros de ayudas al Tercer Mundo.
Los indicios son de tal gravedad que la propia Abogac¨ªa de la Generalitat, personada en el denominado caso Cooperaci¨®n, reclama para el exconsejero de Solidaridad y Ciudadan¨ªa 11 a?os de c¨¢rcel y 31 de inhabilitaci¨®n.
Sin embargo, no ha sido la petici¨®n de pena de la Generalitat contra el exconsejero ¡ªque entre 1999 y 2011 form¨® ininterrumpidamente parte de distintos Gobiernos al frente de las carteras de Empleo, Bienestar Social, Territorio y Vivienda, Sanidad y, finalmente, Solidaridad y Ciudadan¨ªa¡ª el detonante de su ca¨ªda. Su salida se ha precipitado por desafiar la autoridad del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y de la direcci¨®n regional del PP, a los que llam¨® ¡°melindres¡± en una entrevista en televisi¨®n por no aguantar la presi¨®n de la opini¨®n p¨²blica y de la oposici¨®n ante los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n.
El desaf¨ªo, el segundo en menos de 15 d¨ªas, oblig¨® a Fabra a ordenar la apertura de un expediente disciplinario, que se resolvi¨® el pasado d¨ªa 22 con una suspensi¨®n cautelar de militancia y la inhabilitaci¨®n para ocupar cargos de representaci¨®n. La negativa de Blasco a renunciar al acta de diputado hizo que Fabra se viese obligado a convocar una reuni¨®n para que los diputados votasen a favor de la expulsi¨®n del exconsejero del Grupo Popular.
Con la batalla perdida, Blasco decidi¨® pedir la condici¨®n de diputado no adscrito y evitar la expulsi¨®n. Una decisi¨®n, la de salir unas horas antes de que lo echasen, que ya hab¨ªa adoptado en 1989 en el PSOE, de donde tuvo que salir despu¨¦s de que el entonces presidente valenciano Joan Lerma lo destituyese por su implicaci¨®n como consejero de Obras P¨²blicas en un esc¨¢ndalo de recalificaci¨®n de terrenos.
De todos modos, casi dos d¨¦cadas de pol¨ªtica en el PP le han valido a Blasco un gran n¨²mero de afectos. Especialmente en el Grupo Popular de las Cortes Valencianas, donde hay seis imputados en causas relacionadas con el caso G¨¹rtel ¡ªentre ellos dos exconsejeras de Turismo y un exvicepresidente que est¨¢n a la espera de juicio oral¡ª; adem¨¢s de la exalcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, y su antecesor Luis D¨ªaz Alperi ¡ªque comparte bancada con su hija Elisa¡ª imputados en el caso Brugal, relacionado con el ama?o del plan de ordenaci¨®n urbana a favor de un constructor; y de la alcaldesa de Valencia, Rita Barber¨¢, y el expresidente Francisco Camps, que esperan que el TSJ valenciano decida si los imputa por su implicaci¨®n en el caso N¨®os.
El presidente de la Generalitat no expulsar¨¢ a otros cargos procesados
Buena parte de ellos, y otros muchos que no tienen problemas con la justicia como el presidente provincial de Valencia del PP, Alfonso Rus, han desfilado esta semana hacia el nuevo esca?o de Blasco para demostrarle su afecto. Todo un desaire hacia Fabra, que insiste en pregonar que impulsa ¡°a rajatabla una pol¨ªtica de tolerancia cero¡± contra la corrupci¨®n.
De hecho, Fabra, desde que asumi¨® el poder, ha destituido o apartado a m¨¢s de 15 imputados en casos de corrupci¨®n del Gobierno valenciano y de la direcci¨®n regional del PP. Sin embargo, la contundencia exhibida hasta ahora se ha ralentizado en el grupo parlamentario, donde la resistencia le ha obligado a singularizar el caso de Blasco y a dar garant¨ªas a otros procesados de que no ser¨¢n apartados aunque se decrete la apertura de juicio oral. Cuando Fabra sustituy¨® a Camps al frente de la Generalitat, G¨¦nova le dio un mandato claro: barrer la corrupci¨®n acumulada en el partido sin levantar demasiado polvo. Y en eso est¨¢.
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