Cinco familias recuperan 70 a?os despu¨¦s los restos de v¨ªctimas del franquismo
Fallecieron, de hambre y fr¨ªo, en una c¨¢rcel de exterminio. Entre los cinco dejaron 18 hijos Luc¨ªa, nieta de un superviviente del penal: "La Guerra Civil no pas¨® hace tanto tiempo"
Cinco familias de presos fallecidos en la c¨¢rcel de Valdenoceda (Burgos), una prisi¨®n franquista donde se dejaba morir de hambre y fr¨ªo a los reclusos, recibieron este s¨¢bado los restos identificados de sus padres y abuelos, exhumados e identificados ahora gracias a una muestra de saliva de las personas que nunca les olvidaron. Muy emocionados, los hijos y nietos subieron al escenario del Ateneo de Madrid a recoger el peque?o cofre con los restos, que ahora podr¨¢n enterrar cerca de sus familias y de sus pueblos.
Los cinco presos que ahora regresan a casa son Roque Gonz¨¢lez Bueno, Pedro Blanco Cobo, Te¨®filo Gordillo, Miguel Carretero y Pedro Medina Lozano. El m¨¢s joven ten¨ªa 38 a?os, y el mayor, 61. Entre los cinco dejaron 18 hijos. Casi todos murieron, seg¨²n su expediente, de "colitis epid¨¦mica", un eufemismo para los estragos que causaban el hambre y el fr¨ªo. en el penal, una antigua f¨¢brica de sedas reconvertida, como tantas otras f¨¢bricas o conventos durante la posguerra, en prisi¨®n para albergar a decenas de miles de perdedores de la guerra.
Jos¨¦ Mar¨ªa Gonz¨¢lez, presidente de la Agrupaci¨®n de Familiares y amigos de Represaliados en Valdenoceda, explic¨® que todo empez¨® cuando su padre, despu¨¦s de 50 a?os de silencio -"de miedo", aclar¨®- le cont¨® c¨®mo hab¨ªa muerto su abuelo: hecho preso por sus ideas y enviado a la c¨¢rcel de exterminio de Valdenoceda. A finales de 2005, solicitaron la primera subvenci¨®n estatal para exhumar a su abuelo y los presos que le hab¨ªan acompa?ado hasta la muerte. En 2006 se la concedieron y la sociedad de ciencias Aranzadi recuper¨®, tras cinco meses de trabajo, los restos de 114 -los restos est¨¢n?en el Departamento de Biolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Madrid-, de los que de momento, han podido ser identificados y entregados a sus familias 26, incluidos los cinco de este s¨¢bado. En 2009, la agrupaci¨®n solicit¨® una nueva subvenci¨®n estatal para poder identificarlos a todos gen¨¦ticamente. "Pero no conseguimos todos los permisos en plazo y perdimos la subvenci¨®n. En 2012, el Gobierno nos exigi¨® la devoluci¨®n de la subvenci¨®n y el pago, adem¨¢s, de 3.927,55 euros en concepto de intereses de demora. Fue humillante", denunci¨® Gonz¨¢lez. "El Gobierno ha reducido las subvenciones a la memoria hist¨®rica a cero mientras destina mucho dinero a la rehabiltaci¨®n del Valle de los Ca¨ªdos", lament¨®. "No entiendo c¨®mo un Gobierno puede dejar pasar la oportunidad hist¨®rica de acabar de una vez con las dos Espa?as".
Francisco Etxeberria,? el forense que m¨¢s fosas del franquismo ha ayudado a abrir en los ¨²ltimos 12 a?os, declar¨®: "Puedo entender incluso a los que son indiferentes, pero no a los que se oponen a que se abran las fosas para que los familiares de las v¨ªctimas los entierren dingamente. En este tiempo, hemos abierto unas 300 y recuperado los restos de m¨¢s de 6.000 v¨ªctimas. Pero muchas fosas no las hemos podido encontrar y muchos restos no han podido ser identificados. Por eso, cada uno, como los cinco que entregamos a sus familias hoy aqu¨ª, representa a otros muchos que no hemos podido recuperar".?
Luc¨ªa, 10 a?os: "La Guerra Civil no pas¨® hace tanto tiempo"
Luc¨ªa Sempere, de diez a?os, nieta de Ernesto, uno de los pocos presos de aquel penal de exterminio que logr¨® sobrevivir, explic¨®: ¡°Hay personas que dicen que la guerra pas¨® hace mucho tiempo y que tenemos que olvidarnos de todo; que lo que hoy estamos entregando a las familias son solo unos pocos huesos, y que estamos abriendo heridas. Y yo digo que eso no es as¨ª. Yo solo tengo diez a?os. No s¨¦ todav¨ªa por qu¨¦ unas personas son capaces de hacer tanto da?o a otras. pero lo que s¨ª s¨¦ es que todo aquello no sucedi¨® hace mucho tiempo. Mi abuelo lo sufri¨® y cuando yo nac¨ª, me cog¨ªa en brazos. No pas¨® hace tanto tiempo. Yo he estado con mi abuelo. ?l siempre dec¨ªa: ¡®Yo perdono, pero no olvido'. Y yo le quiero decir a todas a esas personas que dicen que tenemos que olvidarnos de aquello, que se equivocan. Porque si nos olvidamos, quiz¨¢s los mayores cometan los mismos errores. Tengo 10 a?os. Soy una ni?a y quiero mirar al futuro.S¨¦ que el futuro es lo que tengo delante de m¨ª. Por eso quiero aprender de las personas que han vivido muchos a?os. Y para aprender, tengo que conocer todo lo que sucedi¨® en el pasado. As¨ª que para mirar adelante, primero tengo que saber lo que pas¨® y lo que vivieron nuestros abuelos. Y aprender de los errores".
Juli¨¢n de la Morena, nieto tambi¨¦n de un represaliado de Valdenoceda, declar¨®, al recoger los restos de Pedro Blanco Cobo: "Desgraciadamente, a¨²n hoy, m¨¢s de 70 a?os despu¨¦s, sigue libr¨¢ndose otra batalla de las dos Espa?as. Es la batalla de la dignidad, en la que los del bando de Pedro presentan las armas de la raz¨®n y de la libertad y el bando oponente, sus monstruosos tanques de la mezquindad y la indecencia. Un pu?ado de euros pueden ayudar a sanar las heridas de las familias con la recuperaci¨®n de los restos de sus seres queridos represaliados, como los de Pedro, que siguen rastreramente perdidos por la piel de esta patria que deber¨ªa ser com¨²n, digna y justa para todos".
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