El debate ¡®Espa?a con Catalu?a¡¯ se abre con una alerta de riesgo insurreccional
Los historiadores Jos¨¦ ?lvarez Junco y Joaqu¨ªm Coll intercambian argumentos ideol¨®gicos sobre catalanismo y espa?olismo
¡°La incomunicaci¨®n entre Barcelona y Madrid es un hecho¡±. ¡°El clima pol¨ªtico en Catalu?a est¨¢ envenenado¡±. ¡°Las clases medias catalanas se encuentran movilizadas por el independentismo¡±. ¡°No cabe descartar un episodio insurreccional¡±. Sin embargo, ¡°entre Espa?a y Catalu?a no existe un problema ¨¦tnico al modo balc¨¢nico¡±. ¡°Hay un sustrato emocional, pero la emocionalidad catalana gira en torno a la lengua¡±. ¡°Cabe desactivar la tensi¨®n actual de manera inteligente. Y ello mediante una compensaci¨®n ling¨¹¨ªstica, como la vigente en Canad¨¢ respecto del franc¨®fono Quebec¡±. En definitiva, ¡°el seny catal¨¢n y el sentido com¨²n espa?ol son compatibles¡±.
Estas son algunas de las frases y consideraciones formuladas en voz alta este mi¨¦rcoles en el primero de los di¨¢logos Espa?a con Catalu?a que organiza la Fundaci¨®n Diario Madrid y la Asociaci¨®n de Periodistas Europeos. El di¨¢logo inicial comenz¨® con un debate entre Jos¨¦ ?lvarez Junco, catedr¨¢tico de Historia de las Ideas, autor del libro Mater dolorosa sobre el nacionalismo espa?ol y Joaquim Coll, historiador y articulista y autor, con Daniel Fern¨¢ndez, del libro A favor de Espa?a y el catalanismo. Presentado por Jos¨¦ Vicente de Juan presidente de la Fundaci¨®n anfitriona, el debate fue moderado por su vicepresidente, Miguel ?ngel Aguilar en la sede madrile?a de ambas instituciones ante una nutrida asistencia en la que figuraban juristas, acad¨¦micos, diplom¨¢ticos, militares y periodistas.
El historiador Joaquim Coll concibe el catalanismo ¡°en clave regeneracionista¡±, que entiende de manera ¡°compatible con la idea de Espa?a¡±. A su juicio, ¡°el catalanismo ha implicado tambi¨¦n un proyecto pol¨ªtico para Espa?a¡±. Asegura Coll que ¡°la idea auton¨®mica es una contribuci¨®n catalanista al pensamiento pol¨ªtico espa?ol¡± y considera que Espa?a como ¡°naci¨®n de naciones, es el paraguas permite cohonestar la idea de Espa?a y la idea catalanista¡±. No obstante, el historiador subraya: ¡°En Catalu?a hemos ca¨ªdo en el culto del resentimiento, nacido de la idea de humillaci¨®n, desencadenante a su vez de la eclosi¨®n independentista¡±. A su juicio, ¡°detr¨¢s de la pulsi¨®n independentista se encuentra el resentimiento derivado de una idea de humillaci¨®n, que se extiende desde el terreno fiscal hasta el desencanto pol¨ªtico hacia Espa?a¡±. Record¨® la frase del te¨®rico derechista alem¨¢n Karl Schmitt, seg¨²n el cual, ¡°el mito de la energ¨ªa nacional es m¨¢s fuerte que el mito de la lucha de clases¡±, para resaltar el componente emocional insatisfecho del catalanismo, incomprendido desde Madrid. ¡°Catalu?a se ha convertido en el epicentro de una crisis social, pol¨ªtica y econ¨®mica del Estado¡±, crisis que se vio precedida por el recurso del PP contra el Estatuto de Catalu?a. Por todo ello, a?ade Joaquim Coll: ¡°Creo que va a ser dif¨ªcil que no ocurra un episodio insurreccional¡± para remarcar luego que, ¡°desde postulados democr¨¢ticos, el argumento esgrimido por los independentistas sobre del derecho a decidir es imbatible¡±.
Por su parte el catedr¨¢tico Jos¨¦ ?lvarez Junco, mostr¨® estar b¨¢sicamente de acuerdo con el contenido del libro de Coll, si bien refut¨® la idea de ¡°naci¨®n de naciones¡± aplicada por Coll a Espa?a, por entender que ¡°los nacionalismos, tanto el catalanista como el espa?olista, son excluyentes¡±. ?lvarez Junco se inclin¨® por ¡°superar el concepto de naci¨®n¡±, en su sentido identitario, habida cuenta de ¡°la infinidad de identidades colectivas que singularizan hoy la vida de cada ciudadano, sin por ello generarle derechos pol¨ªticos¡±. M¨¢s adelante, Jos¨¦ ?lvarez Junco subray¨® que ¡°entre Espa?a y Catalu?a no existe un problema ¨¦tnico al modo de la antigua Yugoslavia¡±; admiti¨® la existencia de un ¡°sustrato emocional que en Catalu?a cursa en torno a la lengua¡± y sugiri¨® la oportunidad de ¡°una compensaci¨®n ling¨¹¨ªstica, como la vigente en la regi¨®n canadiense de Quebec¡±.
A prop¨®sito del argumento esgrimido por Coll sobre la imbatibilidad del argumento sobre el derecho a decidir, ?lvarez Junco destac¨® que ¡°la clave de esa cuesti¨®n no se encuentra en el derecho a decidir, sino en qui¨¦n decide, qui¨¦n compone el demos b¨¢sico de la decisi¨®n democr¨¢tica, los catalanes o todos los espa?oles que sienten que Catalu?a es parte de su propio cuerpo y que el independentismo se plantea separarlo¡±. Para el catedr¨¢tico de Historia de las Ideas, ¡°el problema es que las circunstancias pol¨ªtica han cambiado enormemente en clave favorable desde la Transici¨®n hasta hoy, pero los discursos pol¨ªticos ¨Cy sus numerosos t¨®picos sobre las rivalidades y animadversiones entre Barcelona y Madrid - no han evolucionado¡±, para referirse luego a los profundos contrastes existentes entre la Espa?a del inmediato postfranquismo y la Espa?a democr¨¢tica de hoy.
Tras se?alar que desde Europa ¡°se percibe esta cuesti¨®n de manera muy abierta, por no existir precedentes¡±, agrega que ¡°la independencia catalana implicar¨ªa una renegociaci¨®n de la propia entidad espa?ola en Europa, por haberse negociado su integraci¨®n en unos t¨¦rminos que la independencia alterar¨ªa¡±. Jos¨¦ ?lvarez Junco remarc¨® igualmente la importancia de los valores emocionales, pero resalt¨® ¡°la inexistencia de emociones compartidas entre los espa?oles¡±. El periodista Miguel ?ngel Aguilar, concluy¨® el debate con el anuncio seg¨²n el cual, los di¨¢logos, que ser¨¢n mensuales, pasan a llamarse ¡°Espa?a plural, Catalu?a Plural¡±.
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