El cierre del ¡®caso Blanco¡¯ desmonta ¡°afirmaciones nucleares¡± del instructor
El auto se remite a testimonios y pinchazos para descartar el tr¨¢fico de influencias
Tras numerosas diligencias, todas las solicitadas por el ministerio fiscal y la polic¨ªa, y una instrucci¨®n que se ha prolongado durante a?o y medio, el caso Blanco se ha evaporado. La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo dio ayer el portazo final a la investigaci¨®n judicial contra Jos¨¦ Blanco, unas pesquisas iniciadas cuando el socialista era ministro de Fomento del Gobierno de Zapatero y peso pesado de su partido, y archivadas ahora que el pol¨ªtico lucense es solo diputado en el Congreso, apartado incluso de la lucha por tomar las riendas del maltrecho socialismo gallego. El auto del Supremo desmonta la petici¨®n que realiz¨® el magistrado instructor Jos¨¦ Ram¨®n Soriano el pasado 11 de junio para que se le abriese juicio a Blanco por tr¨¢fico de influencias porque, esgrime, testimonios recogidos ya en marzo y en diciembre del a?o pasado contradec¨ªan algunas de sus ¡°afirmaciones nucleares¡±.
Aunque la investigaci¨®n a Blanco la inici¨® el Supremo a finales de 2011 por presuntos delitos de cohecho, prevaricaci¨®n y tr¨¢fico de influencias, las dos primeras acusaciones se cayeron por el camino. Las acusaciones lanzadas por el empresario gallego Jorge Dorribo, presunto cerebro de la trama Campe¨®n de fraude de subvenciones, cuando testific¨® en un juzgado de Lugo que hab¨ªa sobornado al exministro a trav¨¦s de un familiar para que le hiciera ciertos favores, se quedaron en nada. La instrucci¨®n del Supremo se centr¨® entonces en el tr¨¢fico de influencias por la licencia que obtuvo un empresario amigo de Blanco, Jos¨¦ Antonio Orozco, en un Ayuntamiento catal¨¢n gobernado por el PSC.
El instructor cerr¨® en junio pasado sus indagaciones sobre este asunto, apuntando a que un t¨¦cnico del Ayuntamiento de Sant Boi de Llobregat (Barcelona) hab¨ªa otorgado el permiso a Orozco gracias a una reuni¨®n con el alcalde que logr¨® por mediaci¨®n de Blanco. El tr¨¢mite se aprob¨®, a?ad¨ªa, pese a que en informes anteriores el empleado municipal hab¨ªa negado la autorizaci¨®n porque el proyecto ten¨ªa unas deficiencias que nunca fueron subsanadas. El auto de la Sala de lo Penal del Supremo que archiva el caso desmonta ahora este relato realizado por el instructor y en el que el magistrado apoyaba la acusaci¨®n de tr¨¢fico de influencias. Y lo hace remiti¨¦ndose a las declaraciones de los testigos y a conversaciones telef¨®nicas interceptadas con los pinchazos policiales.
Para empezar, el auto de ayer destaca que el t¨¦cnico del Ayuntamiento de Sant Boi declar¨® al instructor que otorg¨® la licencia a la nave industrial del amigo de Blanco tras verificar que ¡°el solicitante hab¨ªa solucionado las objeciones¡±. El alcalde, el socialista Jaume Bosch, relat¨® por su parte que cuando se reuni¨® con Orozco en febrero de 2011 ¡°los problemas t¨¦cnicos ya se hab¨ªan solucionado¡±. Ambos se?alaron adem¨¢s ante el instructor que no fueron ¡°influenciados, sugeridos o forzados¡± por Blanco en sus actuaciones administrativas. ¡°La calificaci¨®n del informe [del t¨¦cnico para conceder la licencia] como injustificado, sorprendente y causal a la entrevista carece de base probatoria alguna¡±, afirma el auto de archivo del caso refiri¨¦ndose al dictamen del instructor con el que se ped¨ªa abrir juicio al exministro.
La Sala de lo Penal del Supremo considera que los hechos que se han conseguido constatar en la instrucci¨®n ¡°no son subsumibles en el tipo penal de tr¨¢fico de influencias¡±. La comisi¨®n de este delito, subraya, debe incluir que la influencia del acusado se ejerza para alterar las decisiones del ¡°funcionario influido¡±, por lo que se excluyen gestiones como la solicitud de informaci¨®n. Asimismo, este tipo penal exige ¡°el abuso de la situaci¨®n de superioridad¡±, es decir, que esa posici¨®n de poder se use de un ¡°modo desviado¡±, con una ¡°presi¨®n impropia del cargo¡± y con un ¡°inter¨¦s espurio¡±. Tampoco las conversaciones telef¨®nicas pinchadas apuntan, se?ala la Sala, a un delito de tr¨¢fico de influencias. En ellas Orozco le ped¨ªa a Blanco que intermediara para lograr la reuni¨®n con el alcalde porque discrepaba de los informes municipales. De ellas solo se puede deducir que Blanco gestion¨® la entrevista, pero ¡°la motivaci¨®n de la resoluci¨®n [del Ayuntamiento de Sant Boi] fue t¨¦cnica¡±, concluye el Supremo. Sobre el ¡°alarde¡± que Orozco hizo de su amistad con Blanco en otras grabaciones, la Sala manifiesta que ¡°no acredita el hecho objeto¡± de las indagaciones ya archivadas.
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