Cuando el agua mata
Desde junio han fallecido en piscinas o en r¨ªos 14 ni?os, ocho de ellos en solo una semana El ahogamiento es la segunda causa de accidente mortal tras el tr¨¢fico
David ten¨ªa 14 a?os y de mayor quer¨ªa ser m¨¦dico. No se cansaba de aprender, de ponerse a prueba y de superarse. Se entrenaba en kung-fu. Un d¨ªa de casi verano, peg¨® un salto en el r¨ªo y el agua se llev¨® sus sue?os de adolescente. Muri¨® el 7 de junio pasado en Pou Clar, una zona de ba?o del r¨ªo Clariano, cerca de Ontinyent, una ciudad de unos 40.000 habitantes a una hora en coche de Valencia. Un corte de digesti¨®n mientras estaba nadando provoc¨®, supuestamente, su ahogamiento. En lo que va de verano, desde junio hasta hoy, ya son 14 los menores de edad v¨ªctimas de este tipo de traumatismo no intencional.
En la misma franja de edad a la que pertenec¨ªan estas ¨²ltimas v¨ªctimas, es decir hasta los 14 a?os, en 2010 y 2011 fallecieron ahogadas 31 y 23 personas respectivamente, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). Al cobrarse alrededor de 450 vidas al a?o entre personas de todas las edades (461 en 2011 y 432 en 2010), el ahogamiento es, en Espa?a, la segunda causa de mortalidad en accidentes despu¨¦s de los siniestros de tr¨¢fico, afirma el director de la escuela de la Federaci¨®n Espa?ola de Salvamento y Socorrismo (RFESS), Alberto Garc¨ªa.
La mayor¨ªa de estos percances en menores no se producen en el mar, sino en las piscinas, sobre todo las privadas. No importa c¨®mo sean de profundas, sino la edad del menor. ¡°Los ni?os, sobre todo los que tienen menos de seis a?os, pueden ahogarse incluso en una cantidad m¨ªnima de agua¡±, asegura Fernando Panzino, coordinador de urgencias pedi¨¢tricas del Hospital Sant Joan de D¨¦u de Barcelona.
¡°Era una piscina de estas de pl¨¢stico, ten¨ªa como m¨¢ximo 25 cent¨ªmetros de agua¡±, relata Juan Antonio Miranda, alcalde de Campo Nubes, de unos 200 habitantes en la provincia de C¨®rdoba. En el patio de la casa que fue del profesor del pueblo y que el Ayuntamiento prest¨® a una familia en situaci¨®n de desamparo, encontraron el cuerpo de Noelia, una ni?a de apenas 17 meses. Flotaba boca abajo en su piscina hinchable.
No se puede dejar a los ni?os sin vigilancia en un espacio acu¨¢tico
¡°La madre hab¨ªa subido a la primera planta a por una toalla, mientras que el padre hab¨ªa entrado en el sal¨®n, dejando a la ni?a en el patio con su hermana de tres a?os¡±, recuerda Miranda, quien aquel 2 de julio fue avisado de los hechos y se fue a la vivienda de Noelia.
Desde que conoci¨® el resultado de la autopsia practicada al cuerpo de la ni?a ¡ª¡°muerte s¨²bita¡±, afirma¡ª Miranda dice estar convencido de que la peque?a no estaba jugando en la piscina cuando muri¨®, sino que cay¨® en su interior de repente, tras un paro card¨ªaco.
Cualquiera que haya sido la din¨¢mica exacta del siniestro, la falta de vigilancia por parte de los padres o de los tutores del menor es uno de los factores que multiplican el riesgo de que este sufra un accidente en el agua, seg¨²n un estudio publicado en la revista Anales de pediatr¨ªa en 2012. En el 80% de los 53 casos de menores atendidos con s¨ªntomas de ahogamiento en 21 hospitales espa?oles entre junio y septiembre de 2009 y de 2010, las personas que ten¨ªan a estos j¨®venes a su cargo se hab¨ªan ausentado o hab¨ªan relajado la vigilancia.
¡°A los ni?os se les debe vigilar siempre, en cualquier lugar¡±, afirma Panzino, autor de este informe. A pesar de ser muy com¨²n, la costumbre de prestar menos atenci¨®n a los ni?os cuando se tiran al agua en una piscina respecto a cuando lo hacen en el mar es un error, asegura este m¨¦dico.
Un socorrista no puede supervisar a todos los ba?istas en cada momento
Vallar las piscinas, tambi¨¦n las privadas, para que los ni?os no puedan entrar, uniformando al mismo tiempo la legislaci¨®n de las diferentes comunidades aut¨®nomas al respecto, es otra de las recomendaciones de este experto, junto con otras medidas que pueden reducir el riesgo, como aprender a nadar en una edad muy temprana y utilizar flotadores.
¡°Mi piscina tiene valla, pero los chicos abrieron la verja y entraron con una colchoneta¡±, recuerda Manuel Garc¨ªa con tristeza. Garc¨ªa es propietario de Vergilia, un complejo tur¨ªstico de Cabra de Santo Cristo (Ja¨¦n), donde el pasado 30 de junio perdi¨® la vida un ni?o de ocho a?os. ¡°Cuando el accidente ocurri¨®, los padres estaban comiendo con la abuela del ni?o en el restaurante¡±, declara. ¡°Pero no quiero acusar a nadie¡±.
En los seis d¨ªas posteriores, fallecieron ahogados siete menores, tres de ellos en el mismo 5 de julio. El d¨ªa 1, los padres de un ni?o de cuatro a?os de Godella (Valencia) dejaron a su hijo en la piscina del colegio privado Los Olivos. El peque?o nunca volvi¨® a su casa. Sufri¨® lo que este centro de primaria ha calificado como ¡°accidente¡±, a pesar de la presencia de dos monitores. ¡°Si estaban all¨ª, ?por qu¨¦ le ha pasado esto al chiquillo? Es una injusticia¡±, se desespera Esperanza Alca?iz, su abuela.
¡°No podemos dejar sin supervisi¨®n a un ni?o en un espacio acu¨¢tico, por mucho que haya monitores. Es imposible que un socorrista vigile individualmente a todos los usuarios de una piscina en cada momento¡±, insiste Garc¨ªa de la RFESS.
Si bien la gran mayor¨ªa de los ¨²ltimos casos de ahogamiento de menores ocurrieron en piscinas ¡ªseis privadas y dos municipales¡ª los ba?os o las ca¨ªdas de menores en los r¨ªos provocaron cinco v¨ªctimas. Dos de estos chicos se ahogaron en el Mi?o el 4 de junio: eran un ni?o de ocho a?os y su hermano de 12, quien se lanz¨® al r¨ªo para rescatarle y cuyo cad¨¢ver fue encontrado el d¨ªa siguiente. ¡°La se?alizaci¨®n de posibles riesgos en las zonas de ba?o fluviales deja bastante que desear¡±, admite Garc¨ªa.
Joaqu¨ªn Olcina, polic¨ªa y uno de los entrenadores del club de kung-fu al que acud¨ªa David, el chico de 14 a?os que muri¨® cerca de Ontinyent, recibi¨® un aviso de emergencia sobre las doce del 7 de junio: un chaval se encontraba inconsciente en la orilla del r¨ªo Clariano. Se fue a Pou Clar y se percat¨® de que el joven que los m¨¦dicos intentaban reanimar era David.
¡°Cuando lleg¨® al club era agresivo, revoltoso, pero cambi¨® much¨ªsimo, hasta el punto de que le ped¨ª dar clase a los m¨¢s peque?os. Era un buen chico, amable¡±, no se cansa de repetir Salvador Albert, su maestro de kung-fu. ¡°Quer¨ªa aprender, quer¨ªa ser m¨¦dico¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.