Rescatados 59 inmigrantes en el Estrecho en menos de cuatro horas
La oleada de este fin de semana satura centros de internamiento y calabozos La mayor¨ªa de 'sinpapeles' llega a bordo de balsas hinchables
El Estrecho de Gibraltar ha vuelto a ser el escenario de un interminable trasiego de pateras llenas de inmigrantes que, durante el mes de agosto, est¨¢n intentando alcanzar la costa espa?ola desde el norte de Marruecos. La mayor oleada se produjo el domingo, con 92 personas rescatadas. Este lunes, otras 59 de origen subsahariano ¡ª56 hombres y tres mujeres, dos de ellas encintas y en avanzado estado de gestaci¨®n¡ª, fueron socorridas por las patrullas de Salvamento Mar¨ªtimo de C¨¢diz y Ceuta. Todos se encuentran en buen estado de salud, aunque dos varones fueron trasladados a un centro sanitario de Tarifa: uno presentaba signos de hipotermia y otro, una luxaci¨®n de hombro.
Con esta remesa, ya son 195 las personas rescatadas desde el viernes en Tarifa, donde entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2013 fueron auxiliadas 340 personas, frente a las 90 del mismo periodo del a?o anterior, casi cuatro veces m¨¢s. En toda Espa?a, Salvamento Mar¨ªtimo ha interceptado en 2013 112 barcas y 1.428 inmigrantes frente a las 57 y los 1.163 de 2012.
Quienes intentan cruzar los poco m¨¢s de 14 kil¨®metros que separan C¨¢diz de T¨¢nger ya no van en pateras sino en balsas hinchables, unas embarcaciones de juguete mucho m¨¢s peligrosas. Est¨¢n dise?adas para que no las usen m¨¢s de tres ocupantes a la vez y siempre cerca de la orilla, pero en algunas se han llegado a encontrar hasta diez personas hacinadas cuya ¨²nica forma de impulsarse es remando y sin m¨¢s protecci¨®n que la de un flotador o un salvavidas, aunque en raras ocasiones lo llevan. Son inestables y muy endebles, pero su principal ventaja consiste en que el pasajero se ahorra pagar a las mafias de las pateras a motor los m¨¢s de 900 euros que cobran por un traslado de un lado a otro del Estrecho.
Los rescates de este lunes se iniciaron hacia las siete y media de la ma?ana despu¨¦s de que el Centro de Salvamento recibiera varias llamadas de m¨®vil desde las propias embarcaciones que necesitaban ser socorridas. A partir de esa llamada se desarroll¨® un dispositivo de rescate que se vio dificultado por los fuertes vientos de hasta 70 kil¨®metros por hora que azotan la regi¨®n desde hace varios d¨ªas y que provocaron un fuerte oleje.
En las labores de salvamento participaron quince personas repartidas en unidades mar¨ªtimas y a¨¦reas, el helic¨®ptero Helimer 211 y las tres embarcaciones de rescate: Salvamar Alkaid, con base en Tarifa, Salvamar Gadir, con base en Ceuta, y Salvamar Atria, de Barbate. Tambi¨¦n tomaron parte tres controladores que coordinaron las labores de salvamento desde la sala de operaciones del centro tarife?o.
Las seis primeras balsas, con 38 personas a bordo, fueron localizadas por la tripulaci¨®n de la Salvamar Alkaid, a unas siete millas al suroeste de Tarifa. Todas navegaban en grupo, por lo que no se descarta que partieran a la misma hora y desde el mismo punto de Marruecos. Poco despu¨¦s, Salvamar Gadir rescat¨® a siete varones que viajaban en una s¨¦ptima embarcaci¨®n. Salvamar Atria, a su vez, encontr¨® a cinco subsaharianos que hab¨ªan sido avistados por un yate.
De los 195 subsaharianos rescatados este fin de semana, cinco varones y una mujer se encontraban a bordo del Rhosus, un mercante de bandera moldava que les avist¨® el domingo cuando se dirig¨ªa al puerto italiano de Ancona. La tripulaci¨®n les rescat¨®, les dio de cenar y les mantuvo a salvo durante las ocho horas que el buque tard¨® en llegar a las inmediaciones de la bah¨ªa de Ceuta, donde la Salvamar Gadir se hizo cargo de ellos.
Esta oleada de inmigrantes ha desbordado el centro de acogida y los calabozos policiales de Algeciras, donde est¨¢n siendo recluidos, ya que el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Tarifa est¨¢ cerrado desde junio debido a que la c¨²pula del edificio se est¨¢ desprendiendo. Solamente puede usarse el m¨®dulo de mujeres, que cuenta con siete internas. Los extranjeros que llegaron durante los ¨²ltimos d¨ªas fueron internados en el CIE de Las Palomas de Algeciras, pero este ya se encuentra al l¨ªmite de su capacidad, lo que motiv¨® el traslado de los llegados este lunes a las dependencias de la Polic¨ªa Nacional de Algeciras. ¡°Hasta 150 personas permanecen en los calabozos, lo que provoca una falta de espacio que puede agravar el problema si el flujo de inmigrantes contin¨²a¡±, indic¨® Juan Antonio Morillo, portavoz del Sindicato Unificado de la Polic¨ªa (SUP) en Algeciras. El secretario general de la Uni¨®n Federal de la Polic¨ªa (UFP) en Andaluc¨ªa, V¨ªctor Luque, entendi¨® que esta situaci¨®n requiere de ¡°un refuerzo de la dotaci¨®n policial en la zona¡± que no se est¨¢ produciendo. ¡°El sindicato va a pedir que los 40 funcionarios que acudieron en comisi¨®n de servicio para atender la Operaci¨®n Paso de del Estrecho se queden definitivamente¡±, afirm¨®.
Aunque la llegada de inmigrantes en los ¨²ltimos d¨ªas ha sido intensa, no se acerca a las cifras de hace una d¨¦cada, cuando centenares de ellos eran recibidos a diario en las costas de Andaluc¨ªa y Canarias. Una de las mayores oleadas de indocumentados se produjo durante agosto de 2006, cuando m¨¢s de 16.400 inmigrantes ¡ª388 de ellos, menores¡ª alcanzaron de forma irregular la costa canaria a bordo de los conocidos cayucos, unas embarcaciones muy precarias que llegaron a transportar hasta 300 personas de una vez. Con anterioridad se produjeron otras avalanchas de menor intensidad, como la del 18 de agosto de 2001, cuando 567 marroqu¨ªes y subsaharianos fueron detenidos en el Estrecho de Gibraltar y en la isla de Fuerteventura. El 15 de octubre de 2003, al menos 550 personas fueron arrestadas tras llegar en Patera a las playas de Tarifa, Motril y Fuerteventura.
Los subsaharianos rescatados este lunes fueron atendidos en el puerto de Tarifa, donde recibieron mantas y ropa seca antes de ser trasladados a las instalaciones de la Cruz Roja. All¨ª, los voluntarios les ofrecieron agua, zumos y galletas para paliar el hambre y la sed antes de ponerlos a disposici¨®n de los agentes de la Polic¨ªa Nacional.
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