Negociar ?qu¨¦?

Cuenta un empresario catal¨¢n que el m¨¢s independentista de sus hijos le pregunt¨® si le preocupaba la independencia. ¡°No, porque creo que todo esto acabar¨¢ en nada. Si no lo viera as¨ª, seguro que me preocupar¨ªa¡±, le respondi¨®. Es probable que la Via Catalana y las encuestas que se han publicado recientemente perturben la tranquilidad de nuestro empresario. En cualquier caso, deber¨ªan hacer reflexionar a aquellos responsables pol¨ªticos que han optado por el inmovilismo convencidos de que el fen¨®meno se diluir¨¢ por s¨ª solo.

?Los datos que se han ido conociendo estos d¨ªas pueden resumirse as¨ª. Desde la gran manifestaci¨®n de hace un a?o, el independentismo ha seguido ganando terreno en la sociedad catalana y hoy es el ¨²nico proyecto pol¨ªtico realmente existente. La convocatoria de un refer¨¦ndum sobre el futuro de Catalu?a es el punto de acuerdo de una ampl¨ªsima mayor¨ªa de ciudadanos catalanes. Las soluciones intermedias ¡ªmejora de la financiaci¨®n, de infraestructuras, reformas en materia de lengua y cultura¡ª ya no seducen. Ni siquiera la equiparaci¨®n al concierto vasco motiva a los que est¨¢n por la independencia. El mapa pol¨ªtico catal¨¢n est¨¢ en plena mutaci¨®n. Los partidos tradicionales sufren grandes retrocesos electorales. CiU sigue en ca¨ªda, el PSC y el PP pasan a quinta y sexta fuerza. El unionismo queda en manos de Ciutadans, que sube a costa de socialistas y populares. Naturalmente, las encuestas no son fotograf¨ªas definitivas, las sociedades son vivas y se mueven mucho. No es lo mismo expresar la intenci¨®n de voto en un refer¨¦ndum que no tiene ni autorizaci¨®n ni fecha que hacerlo cuando el refer¨¦ndum ya est¨¢ convocado. Pero las se?ales que emite Catalu?a anuncian tiempos de alta tensi¨®n pol¨ªtica. Dicen que los problemas indivisibles son imposibles de resolver. ?C¨®mo convertir lo indivisible en divisible? Si en Catalu?a se ve el refer¨¦ndum como ¨²nica v¨ªa de soluci¨®n posible, porque es su reconocimiento como sujeto pol¨ªtico, y el Gobierno y los partidos espa?oles consideran que el refer¨¦ndum es imposible, porque hay un solo sujeto pol¨ªtico, ?c¨®mo se resuelve la apor¨ªa?

Estrategia calculada, pereza, irresponsabilidad, desconocimiento de la realidad, incapacidad de imaginar una soluci¨®n o simple autoritarismo constitucional, puede que estos y otros factores expliquen el inmovilismo del Gobierno espa?ol. Da la impresi¨®n de que la mirada del PP sobre Catalu?a est¨¢ lastrada por algunas ideas recibidas del pasado: se sigue confundiendo a Catalu?a con CiU, se sigue creyendo que CiU tiene autoridad para imponer un cambio de rumbo y se sigue pensando que los nacionalistas conservadores nunca se apartar¨¢n de la voluntad del mundo empresarial. Por eso, la estrategia ha sido dejar que CiU se debilite para que ella misma rectifique. Pero lo que est¨¢ ocurriendo en Catalu?a es que se ha ido desarrollando un poderoso movimiento social, surgido de las clases medias, pero ganando transversalidad, sin una correlaci¨®n exacta con la representaci¨®n de los partidos pol¨ªticos, que en muchos momentos van a remolque del proceso. Y no hay en este momento en Catalu?a nadie con la autoridad que pudo tener Pujol en el pasado para convertir en ¨¦xito una rectificaci¨®n de la hoja de ruta soberanista. Al mismo tiempo, las alternativas a la independencia se han quedado sin otra voz que la todav¨ªa imberbe de Ciutadans. El PSC est¨¢ completamente desubicado. Y el PP m¨¢s aislado que nunca.

La pregunta para el d¨ªa despu¨¦s es: ?qu¨¦ es lo que se puede negociar? He escrito muchas veces que en el fondo del asunto hay una cuesti¨®n de reconocimiento. Catalu?a quiere ser un sujeto pol¨ªtico completo, no el brazo de un sujeto pol¨ªtico. Y este reconocimiento s¨®lo lo puede dar un refer¨¦ndum. Se trata, por tanto, de negociar las condiciones del mismo: la pregunta, la participaci¨®n m¨ªnima necesaria, las mayor¨ªas exigibles para un cambio en la estructura del Estado, etc. Pero el Gobierno del PP y el PSOE se niegan rotundamente a contemplar esta hip¨®tesis, con el argumento de la inconstitucionalidad. ?Legalidad o miedo? ?No se sienten capaces de competir con ¨¦xito en un refer¨¦ndum en Catalu?a? ?Los dos grandes partidos espa?oles no tienen un proyecto pol¨ªtico que proponer que pueda resultar atractivo para los catalanes?

La cuesti¨®n catalana exige una soluci¨®n pol¨ªtica. En democracia, las soluciones pol¨ªticas pasan por la confrontaci¨®n de proyectos y por el voto de los ciudadanos. Parapetarse detr¨¢s de la Constituci¨®n para negar el refer¨¦ndum s¨®lo conduce al agravamiento del conflicto. En democracia, la Constituci¨®n no se puede utilizar como una c¨¢rcel. Hay que encontrar siempre una puerta para que la voluntad popular pueda expresarse. As¨ª lo entendi¨® en su d¨ªa el Tribunal Constitucional de Canad¨¢. Y adem¨¢s al Gobierno canadiense le sali¨® bien. Cuesti¨®n de coraje democr¨¢tico.