Crear el acontecimiento

Sorprende que haya sido el ministro de Asuntos Exteriores, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo, quien al d¨ªa siguiente de la Diada, en la rueda de prensa ofrecida junto a su hom¨®logo portugu¨¦s, Rui Machete, en el Palacio de Viana, se?alara que ¡°la secesi¨®n de Catalunya ser¨ªa una amputaci¨®n extraordinariamente dolorosa¡±. Mas a¨²n, que reconociera c¨®mo la cadena de la v¨ªspera hab¨ªa sido ¡°un ¨¦xito de convocatoria, organizaci¨®n, log¨ªstica y comunicaci¨®n¡± y que la presentara como un reflejo de que el pa¨ªs cuenta con una Constituci¨®n donde se garantiza la libertad de expresi¨®n. Para el ministro, ¡°el mismo respeto que merecen esos manifestantes, lo merecen tambi¨¦n quienes no se movilizaron¡±. En su opini¨®n, el Gobierno tiene que ¡°escuchar a la calle¡±, pero ha explicado que no es ah¨ª donde se hace la pol¨ªtica y ha terminado propugnando el di¨¢logo.

En medio del estruendoso silencio de los dem¨¢s miembros del Gabinete, las declaraciones de Garc¨ªa-Margallo han marcado un punto de inter¨¦s. Suponen un fuerte contraste con la respuesta ¨²nica, ofrecida por la vicepresidenta para todo, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, a la veintena de preguntas que le hicieron los periodistas al d¨ªa siguiente, viernes, despu¨¦s de la reuni¨®n del Consejo. El mantra invariable de Sa¨¦nz de Santamar¨ªa se resume en que este Gobierno est¨¢ para cumplir y hacer cumplir la Constituci¨®n y las leyes. Pero es a partir de ah¨ª donde empieza la acci¨®n pol¨ªtica que corresponde al presidente, Mariano Rajoy. As¨ª que un primer reconocimiento de la realidad nos llevar¨ªa a coincidir en la apreciaci¨®n del ¨¦xito, en cada una de las cuatro coordenadas mencionadas por el ministro. El de la convocatoria se vio favorecido con las ayudas facilitadas a los convocantes. El de la organizaci¨®n deriva del buen encuadramiento de los efectivos que reposa en la disciplina y la confianza mutua. El de la log¨ªstica, con la disposici¨®n de los transportes y de los recursos festivos de la intendencia. El de la comunicaci¨®n se potencia con el apoyo del sistema medi¨¢tico disponible, porque la difusi¨®n inmediata a altas dosis y la interferencia entre un acontecimiento y su noticia arroja una incertidumbre radical sobre los hechos, como sucede entre el objeto y el sujeto experimentador en microf¨ªsica, seg¨²n nos previno Baudrillard en La ilusi¨®n del fin.

Napole¨®n, como gran estratega, sosten¨ªa que ¡°il faut cr¨¦er l¡¯¨¦v¨¦nement¡±. La perfecci¨®n de los c¨¢lculos del emperador se beneficiaba sobre todo de la ventaja que le reportaba su gran anticipaci¨®n de pensamiento respecto a sus adversarios. Estaban probadas sus facultades para la direcci¨®n de la batalla, pero tambi¨¦n era un as en el arte de crear el acontecimiento, de a?adir valor y trascendencia a lo conseguido, una vez las armas en silencio. Porque con esa creaci¨®n del acontecimiento provocaba la ca¨ªda brutal de la moral adversa. Para el general Beaufre, esa estrategia del acontecimiento escapa a toda codificaci¨®n. A veces, busca incidir en los integrantes de las propias filas, a veces solo apunta al l¨ªder adversario, arruinando su confianza en las disposiciones propias. Adem¨¢s en la concepci¨®n de la maniobra se ha podido comprobar c¨®mo en materia psicol¨®gica es posible apropiarse de posiciones abstractas, lo mismo que en la guerra militar cabe apoderarse de una posici¨®n geogr¨¢fica para prohib¨ªrsela al enemigo.

Javier Cercas, en su columna del domingo d¨ªa 16 publicada en EPS, describe bien ese fen¨®meno de apropiaci¨®n cuando explica que en los ¨²ltimos tiempos es posible que se est¨¦ viviendo en Catalu?a una suerte de totalitarismo soft; o, en expresi¨®n de Pierre Vilar, una suerte de ¡°unanimismo¡±: la ilusi¨®n de la unanimidad creada por el temor a expresar la disidencia. As¨ª, solo quienes est¨¢n a favor del llamado derecho a decidir acceden a la categor¨ªa de buenos catalanes y buenos dem¨®cratas, prohibida a quienes disientan. Otra cosa es que, como dice la leyenda de la vi?eta de El Roto del 12 de septiembre: ¡°No est¨¢ demostrado que toda causa nacionalista tenga un efecto emancipador¡±.

En definitiva, la Diada buscaba crear el acontecimiento. Trataba de conseguir una adecuada combinaci¨®n de tres factores: la credibilidad, la irracionalidad y la incertidumbre, que es el m¨¢s relevante. Desde el convencimiento de que el prestigio es la resultante compleja de la potencia y de la eficacia presente, as¨ª como de las que se estima podr¨ªan alcanzarse en el futuro. Porque sabemos que las actitudes se configuran en relaci¨®n con las expectativas, de las que se excluye el m¨¢s leve nublado.